Rafael
Martínez Rodríguez
Fue el
Presidente de la República, Adolfo Ruiz Cortines, quien en 1953 publicó la
reforma constitucional para que las mujeres gozaran de la ciudadanía plena, en
lo cual, uno de los aspectos más importantes fue otorgarles a las mujeres el
derecho a votar, y fue este hecho un cambio de paradigmas en la política
Mexicana.
Una de las mujeres precursoras en pugnar por
el derecho al voto fue Elvia Carrillo Puerto, quien fue una activista social y,
quien se convirtió en una de las tres mujeres legisladoras en una época donde
las mujeres no tenían derecho a votar, y que luchó incansablemente para que ese
derecho fuera reconocido.
Hoy
en día las mujeres participan en la política de manera activa, postulándose a
diferentes cargos de elección popular, siendo representante de diferentes
agrupaciones sociales y agentes de cambio, aportando valor humanista a la
sociedad y agregando credibilidad al desgastado tema político, puesto que son
las mujeres las que dan una esperanza de cambio, de saneamiento gubernamental y
de inclusión.
El
reto de la mujer en su participación activa dentro de la política es grande,
puesto que en pleno siglo XXI encontramos machismo y violencia de género en
detrimento de las actividades sociales de la participación feminista, donde se
refleja un desprecio al mandato gubernamental dirigido por una mujer y no
termina de ser aceptado del todo. La mujer es un ser importante dentro de la
sociedad mexicana, pues el respeto a la madre, hijas, hermanas dentro del
círculo familiar es palpable, sin embargo, en temas gubernamentales parece
existir un freno y una falta de unión para apoyar a las mujeres que representan
un cargo público.
La
paridad de género es el resultado de la lucha que inicio hace más de 100 años,
que apenas comienza a dar frutos, y en hoy en día vemos leyes que protegen y
garantizan el acceso al poder por parte de las mujeres y que sin duda no basta
con eso, sino que debemos cambiar de paradigmas, no solo cambiar las leyes sino
la idea de que las mujeres gobernantes deben ser apoyadas por la sociedad para
que sus opiniones y pensamientos sean implementados para el bien social.
Es
momento de sumar fuerzas y restar apatía para con las mujeres gobernantes, es
momento de borrar los géneros en la forma de gobierno y es momento de hacer a
un lado los prejuicios para el bienestar común en los municipios gobernados por
mujeres, aportando valor y conocimiento para el desarrollo integral de la
población, por ello debemos tener claro que sin la participación de todos los
ciudadanos no será posible un avance social.
Abonemos a los proyectos encabezados por las
mujeres, aportemos ideas y valores, apostemos a transformar la política desde
la paridad de género, apostemos reivindicar los valores que se han perdido en
la forma de hacer política, y rompamos esquemas políticos. Culmino con la frase
de Mary Shelley: “no deseo que las mujeres tengan más poder que los hombres,
sino que tengan más poder sobre sí mismas”.
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