La vida continúa
José Luis Vivar
En la tradición literaria, el
prólogo abre las puertas al lector para que conozca un poco de la obra que está
por comenzar a leer. Siempre resultará más enriquecedor encontrar las palabras
de alguien que no sea el autor, porque desde su perspectiva respaldará las
cualidades del texto en cuestión, y podrá referir lo que a su parecer sea más
importante.
Existen
infinidad de libros cuya fama se complementa por quienes se encargaron de
presentarlos. De ahí que sean famosos los prólogos de gente como: Jorge Luis
Borges, Gabriel García Márquez, Juan José Arreola, Elena Poniatowska; Julio
Cortázar, Mario Vargas Llosa, Manuel Vázquez Montalbán, José Emilio Pacheco,
Elvira Lindo, Juan Villoro, por mencionar unos cuantos.
En
ocasiones, esos textos no se limitan a ser comentarios, sino que se trata de
verdaderas joyas ensayísticas que despiertan la admiración y el entusiasmo de
los lectores, sin tomar en cuenta que a veces se trate de escritores
completamente desconocidos. El testimonio de la persona que lo recomienda no
deja lugar a dudas que se trata de una obra recomendable.
Muchos
son los autores que a la par de su obra personal se dedican a prologar textos
que lo mismo pueden ser de amistades, como por afinidad, o solicitud expresa,
de alguna editorial. Desde luego que la obra le debe resultar atractiva porque
sería decepcionante hablar sobre algo que no le atrae.
Uno de estos autores es el Dr. Vicente Preciado Zacarías, cuya labor clínica -es especialista en Endodoncia-, periodística, literaria y docente, le han permitido abordar a lo largo de los años diferentes temas, ámbitos y circunstancias, prevaleciendo su experiencia como escritor, y su vocación de lector.
“Prólogos
para Obra Publicada (1974-2020)” es una compilación de Ariana García Partida,
editado por Puerta Abierta Editores, y de reciente publicación. Comprende
treinta y cuatro textos del mencionado autor zapotlense, los cuales son
presentados en orden cronológico.
El
análisis reflexivo, las anécdotas, los datos históricos, la devoción más que
admiración a determinada obra literaria, son algunos de los tópicos que
desfilan en estas páginas. Lo más interesante de cada prólogo es la erudición
que manifiesta tanto en el lenguaje como en el tema, de forma amena y
entretenida.
Preciado en estas páginas dirige palabras de aliento al joven que empezó a estudiar Odontología y descubre la Endodoncia. Comparte sus recuerdos con su coterráneo Juan José Arreola. Conmueve y exalta los versos de María Cristina Pérez Vizcaíno y Roberto Espinoza Guzmán. Asimismo, celebra la colección de cuentos fantásticos del escritor tecalitlense René de la Mora, al tiempo que hace elogios del género epistolar, de lo que significaba escribir y recibir una carta.
Y
las sorpresas continúan apareciendo en este compendio que reúne cuarenta y seis
años de escritura. No está por demás decir que algunos de estos prólogos
invitan a ser releídos, para recrearse con el lenguaje y las imágenes que
proyectan. También merecen compartirse con las nuevas generaciones, para que
descubran la celebración en el arte de la palabra escrita.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario