Magaly
Pérez Ruiz Esparza*
Desde
hace ya varios años se ha popularizado y hemos adoptado de nuestro país vecino
del norte el concepto “bullying”, traducido al español como acoso escolar. Si
hacemos memoria siempre se ha dado este acoso, pero le llamábamos “carrilla”.
De manera lamentable este tipo de situaciones se han ido agravando debido a
varios factores como la falta de atención por parte de padres y madres que
tienen que ir a trabajar para poder ofrecerles algo digno a sus hijos,
orillándolos a dejarlos solos la mayor parte de día, algunos bajo la
supervisión de otro familiar, lo cual no es garantía de que sea adecuado su
cuidado y desgraciadamente otros tantos que se quedan solos. En ambos casos
pueden sufrir de algún tipo de violencia o maltrato por parte de sus
cuidadores, también pueden tener la influencia violenta por parte de la
televisión, el internet o los juegos de video.
El
ser humano nace siendo “bueno” con la necesidad de dar y recibir amor, ahí es
donde inicia la falta de amor al prójimo, la empatía y al crecer serán niños
agresivos, violentos y ajenos al dolor de los demás. Recordemos que la agresión
es un instinto nato que nos ayuda a la supervivencia ante algo que no nos gusta
o que nos resulta peligroso. Por otro lado, la violencia es una acción de
arrebato y muchas veces poco razonada que va en aumento.
Otra
influencia que tienen los niños, niñas y jóvenes son los juegos con pistolas,
flechas, los videojuegos con alto contenido de violencia. No hay que
generalizar y decir que todos aquellos que jueguen de esta manera serán
violentos, pero si aquellos niños que no tiene la supervisión y el
acompañamiento de sus padres o que están carentes de amor por de ellos.
La
mayoría de los casos en que los niños, niñas y jóvenes que ejercen la violencia
con sus compañeros de escuela, reciben la misma falta de atención por parte de
sus maestros, directores y demás personal que esté dentro de las escuelas.
Recordemos que ignorarlos, segregarlos y etiquetarlos también es violencia.
Ahora
¿Cómo podemos prevenir el acoso escolar en tiempos de pandemia, si estamos
trabajando a distancia?, podemos realizar dinámicas, implementar alguna
estrategia en la cual sientan el interés por cómo están, cómo se sienten,
tratar de ganarnos su confianza, muchos están viviendo en ambientes violentos,
hostiles y tal vez de agresión sexual. Las víctimas de violencia sexual tardan
mucho en confesarlo por miedo a sus agresores porque los tienen amenazados y
pocas veces confían en alguien para denunciar lo que les pasa.
Debemos
y estanos obligados a sentir empatía por nuestros alumnos, sobre todo por
aquellos que sabemos necesitan de nuestra atención, no podemos darnos el lujo
de decir que no está dentro de nuestras posibilidades porque es una total
mentira. Muchos de estos niños la escuela es el único espacio donde se sienten
seguros y a salvo, que pertenecen a un lugar. Casi siempre cuando se habla de “bullying”
nos preocupamos por las víctimas, pero los que requieren atención y urgente son
los victimarios, porque están manifestando algo que les está pasando, doliendo
o preocupando.
Compañero
docente recuerda que para un niño, niña o joven eres un modelo a seguir. La verdadera vocación de los docentes también
debe ser integral, lo académico y lo emocional deben ir de la mano. Sé un
docente recordado por tus alumnos como alguien que sabe, pero que también
comprende y se preocupa por su bienestar.
“El
medio mejor para hacer buenos a los niños, es hacerlos felices”, Oscar Wilde.
*Lic.
En Educación Especial en el Área de Audición y Lenguaje.
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