El
Volcán/Sader
La
ancestral interacción del ser humano y las aves rapaces es motivo de un
agronegocio y de respuesta a una demanda muy concreta: el control de las aves
nocivas para la agricultura y ganadería.
En Jalisco esto es motivo de una creciente demanda
de servicios de las aves rapaces para controlar plagas en las plantaciones de
berries y en las engordas ganaderas.
Las
aguilillas de Harris, los halcones cernícalos y los halcones aplomados, son las
especies más utilizadas en el campo para contrarrestar los ataques de aves que
afectan seriamente a los plantíos de berries, con el arándano por delante, y a
las engordas del ganado.
El ingeniero de la empresa Raptor Control Biológico,
Luis Armando Arroyo González, precisó que al momento la experiencia de la
presencia de las aves de cacería en los predios agrícolas ha mostrado un 95% de
efectividad en ahuyentar a los organismos alados no deseables.
Detalló que el arándano, por el dulzor de su fruto,
es un producto muy apetecible para distintas aves depredadoras que se han
repelido a través de las aguilillas y los halcones.
Hizo notar que en el caso de las engordas de ganado
la proliferación de algunas especies de aves migratorias, como los tordos, trae
efecto devastador en el bolsillo de los productores: “Si el ganadero tenía
presupuestado terminar la etapa de finalización (del ganado), digamos en tres
meses, se les puede retrasar hasta 15 o 21 días. Y muchas veces el productor
interpreta que se debe a que el alimento no era bueno, que la marca que estaba
utilizando no le funcionó. No es esa la cuestión. La cuestión es que los
animales no recibieron la misma alimentación porque los tordos se la comieron”.
A su vez, el presidente de la Asociación Ganadera
Local Especializada en Bovinos de Tlaquepaque (AGLEBE), Joao Arenas
Covarrubias, aseveró que sí es severo el impacto de las aves migratorias, ya
que llegan en “parvadas de miles, además de que suponen el riesgo de transmitir
enfermedades de otras regiones”.
Refirió
que la cetrería (la disciplina del manejo de las aves rapaces) en el ámbito
regional supone el uso de estos agentes vivos para el control de las aves
nocivas con base en las condiciones de cada campo agrícola o de cada engorda
ganadera.
También
resaltó que la vitalidad de los halcones y aguilillas es aprovechada en favor
del sector agropecuario. Adujo que, en promedio, diariamente estas aves de caza
sobrevuelan de dos a cuatro horas diarias en las áreas de los predios donde se
les asigna su tarea de vigilancia de la fauna nociva.
Abundó que incluso este ejercicio que hacen las aves
rapaces, responde a los hábitos que tienen como especie, dado que si no lo
hicieran se atrofiarían.
Un detalle importante en el manejo de las aguilillas y los halcones, añadió, es que cuando se las trasladan de un sitio a otro, se les protegen los ojos con unas mascarillas (nombradas caperuzas) para que no se estresen, “dado que el cerebro de las aves trabaja en un 90% a través de la visibilidad”.
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