Sandra Gómez
Estimado Lector, dando seguimiento al Taller
de Educación Financiera (EF), en esta ocasión le presento el tema de POSTERGAR,
y algunas de las acciones que podemos hacer para evitarlo.
El
entorno familiar y cultural en el que crecimos en definitiva nos ha
“condicionado”, la forma en la que asumimos los retos de la vida, las formas de
enfrentar nuestros miedos, en algunos casos nos paralizan, son creencias muchas
de ellas trasmitidas a través de dichos y/o frases que han dejado huella en
nuestro subconsciente. Algunos de
nosotros hemos visto ejemplos de personas quienes actúan sin pensar y se
avienta sin medir consecuencias y en el otro extremo están quienes se paralizan
y nunca hacen nada. Ambos extremos son inadecuados, debemos encontrar el valor
acompañado de la dosis adecuada de cordura para actuar; no dejar que el sobre
análisis nos paralice y tampoco dejar de hacer el análisis de cada
situación.
La
EDUCACIÓN, en este sentido es un VALOR AGREGADO a todo lo que hacemos. En
artículos anteriores he presentado entre las opciones para hacerte rico, una de
las más importantes es encontrar un gran problema, resolverlo y “vender la
solución”. Algunos de las mentes millonarias consultadas opinan que hay que
actuar rápido, por lo que ellos se proponen dar un tiempo fijo para pensar en
la situación, que varía de dos minutos a dos días, y siempre termina con si lo
hago o no lo hago; desde luego asumiendo las consecuencias de esa acción o
inacción, haciéndose responsable de su decisión.
Margarita Pasos (2016) dice: “La
vida se construye pensamiento a pensamiento, si cambio mis pensamientos cambio
mi vida”.
Para
eliminar la parálisis, es importante respetarnos a nosotros mismos atendiendo
nuestra nutrición, descanso-sueño, actividad física y mentalidad adecuada,
preparar el cuerpo para la acción; mantener una autoestima sana y trabajar con
nuestra inteligencia emocional; la productividad se encuentra altamente ligada
con el desarrollo de habilidades propias de nuestro quehacer (académico/técnico,
el liderazgo, el mercadeo, aprender a delegar), el mantener el equilibrio
emocional y la toma de decisiones acompañada de acciones. En otras palabras, hay
que preparar el cuerpo físico y desarrollar la mente para evitar la parálisis.
Mi
asesor el Dr. Eduardo Cooley (2018),
decía: “No leas las tesis, no consumas
datos de otros, el cerebro tiene la tendencia a copiar; esa inercia hay que
vencerla…esa es la parte formativa del Investigador”. Cuando estas
empezando un trabajo de investigación, necesitas una dirección y tomas
decisiones, en la medida que avanzas todo lo que siembras genera resultados.
Hay que dar paso a paso y consultar con tu asesor para corregir rumbo en caso
necesario, las palabras del asesor son una fuente de motivación para continuar.
Los
trabajos de tesis, son largos y en
muchos de los casos lo que les paraliza es el miedo al fracaso, pretenden
lograr controlar lo que piensan los demás y fracasan antes de empezar, esa
inacción es también una decisión cuyo resultado es no cerrar el ciclo con la
presentación de su tesis. No caigas en esa “trampa” termina tu carrera y opten
tu título, cualquiera que este sea. “El
dolor es temporal, el orgullo es para siempre” (María Esther Uriegas 2002).
Tres
puntos para dejar de postergar y mantener “viva tu visión”: #1. Mantén tu
pensamiento en presente; #2. Limita tu acceso a datos; #3. Vacía tu cabeza.
Reflexionemos
sobre estos tres puntos; Punto #1. Para mantener el pensamiento en presente es
necesario el manejo de la atención PLENA, por lo que es importante aprender a
ENFOCARTE, para ello existen ejercicios físicos que te pueden ayudar, entre
ellos los ejercicios de respiración y yoga; a la par de no dejar de tener
aquello que es importante para ti; puede ser una figura religiosa y/o tu
familia. En otras palabras, hay que estar presentes para disfrutarlos, las
relaciones interpersonales tienen un gran valor para la productividad, si nos
sentimos conectados tenemos esa motivación necesaria para emprender la acción.
Reflexiona ¿Quién eres?, ¿Qué te define como persona?
Punto
#2. Es importante limitar los mensajes que te llegan, esas palabras que te
invalidan que llegan de personas toxicas, esas noticias sobre las cuales no
puedes influir, esa cantidad abrumadora de mensajes, correos electrónicos,
WhatsApp, de personas a las que sigues; simplemente te distraen de tu META, y
no te aportan, no te entretengas por tantas horas, en cambio utiliza sabiamente
tu tiempo; dar valor a nuestro tiempo y al de los demás es la mejor manera de
fluir hacia la vida productiva y prospera.
Punto
#3. Desaprende; aprender a desaprender es la mejor de las habilidades del siglo
XXI; mucha de la información que tenemos en nuestra mente no es válida, muchos
de los datos que manejamos ya no forman parte de los CONOCIMIENTOS en el
presente. Así que hay que tomar con cautela
nuestras creencias, cuestionarnos y reaprender. Dejarnos fluir significa según Salvador Mingo “estar en el presente y
ser espontáneo”, ser como un niño pequeño, curiosos y preguntón. Acércate a
fuentes validadas científicamente para aprender; estas siguen una metodología y
son observables, reproducibles y comprobables.
Debemos
tener presente que al cerebro no le gustan los cambios, él vive cómodo con sus
rutinas y hábitos; de aquí la importancia de aprender a cambiar el procrastinar
por nuevas conductas que nos lleven a la acción.
Los
miedos siempre estarán presentes, la diferencia radica en la forma en que nos
enfrentamos a ellos, la parálisis por el que dirán las personas acerca de mí,
se derrumba con el manejo de tu autoestima; el miedo al fracaso se derriba
cuando ves tus logros, y todo esto se transforma pensamiento a pensamiento,
acción tras acción, de preferencia con un guía cualificado.
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te gusta este contenido, comenta y comparte; Hasta la siguiente Historia de
Vida. Dra. Sandra Gómez Patiño.
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