El Volcán
En
el proceso actual de relevo generacional en los núcleos agrarios hay buenas
señales de parte de los nuevos ejidatarios, una vez que éstos tienen
conocimientos académicos que no tenían sus antecesores, lo que facilita la
transferencia de tecnología.
Así lo expresó el extensionista de la Secretaría de
Agricultura y Desarrollo Rural (SADER Jalisco) en la Región Lagunas, Patricio
Ángel Castro, quien refirió que esto trae consigo avanzar con más velocidad en la
tecnificación del campo en sus distintas áreas productivas.
Este extensionista resaltó que el relevo
generacional es promisorio en el sector ejidal de Jalisco: “Lo veo positivo,
porque mucho muchacho, un alto porcentaje de ellos, muchos son universitarios o
técnicos en alguna carrera. Le estoy viendo mucha ventaja a eso. Eso nos
facilita a los agrónomos poder dialogar con más facilidad con ellos y hacerles
comprender que debemos de meterle (al campo) lo que es la vanguardia, sin descuidar
la cuestión ecológica”.
Como ejemplo de los cambios positivos que se
observan en el sector ejidal en la aportación de las nuevas generaciones, citó
el caso del municipio de Teocuitatlán de Corona, donde algunos jóvenes se han
decidido por productos más rentables que los granos básicos, por lo ahora están
a la vista las plantaciones de limón persa, aguacate y arándanos, entre otros
que tienen gran demanda en el mercado internacional y doméstico.
Advirtió que muchos jóvenes tienen una visión de
empresarios agrícolas y no ser tan dependientes de lo que ofrezca el gobierno
en sus programas de apoyo, dado que hay más complejidad en los nuevos cultivos
de la agricultura protegida y la fruticultura comercial que los productos
tradicionales, como los granos y la caña.
También se han visto algunas señales de que quienes
han retornado a la producción de productos destinados al autoconsumo, porque se
han dado cuenta que vale la pena producir para una mejor calidad en la
alimentación cotidiana.
En la ganadería, agregó que en gran parte de los
ejidos se ven transformaciones, como el gradual mejoramiento genético de los
hatos con razas europeas, por lo que ya no abunda el ganado criollo que existía
en las décadas de los años ochenta y noventa.
Trajo
a colación el municipio de Atemajac de Brizuela, donde en varios ejidos se ha
tenido importante participación de jóvenes ganaderos para avanzar hacia una
ganadería tecnificada, como se muestra en los logros para el combate de la
tuberculosis bovina y la garrapata del ganado, lo que supone conciencia social
ante la sanidad pecuaria.
No obstante, admitió que también hay aspectos
cuestionables, como las decisiones de los jóvenes en vender sus tierras ante
las facilidades legales que se tienen en el marco del estatujurídicos que
regula la propiedad social, lo que se originó después de las reformas al
artículo 27 constitucional en los años noventa.
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