René
Chávez Deniz
Esta
hacienda que elaboraba azúcar y alcohol estaba ubicada en lo que era la orilla
de la población, donde actualmente se encuentra la colonia Revolución Mexicana,
se cree que dicha hacienda tuvo su origen entre 1815 y 1820 siendo propiedad de
Don Demetrio de la Mora, más adelante a principios del siglo pasado su
propietario lo fue Don Leopoldo Ochoa de la Mora posteriormente don Gonzalo
Ochoa y según parece el ultimo dueño de este ingenio lo fue el Sr. Jaime Ochoa,
dejando de funcionar el 15 de marzo de 1984.
En este espacio, como un digno homenaje, presento una semblanza de un ilustre personaje que dejo una huella en esta población, me refiero al Sr. Don: Gonzalo Ochoa de la Mora.
A
continuación, presento a usted, amable lector algunas anécdotas de su vida y
personalidad contadas por el Señor Gonzalo Ochoa al Señor Ramiro Martínez
Negrete, persona que estuvo cerca de Gonzalo por muchos años, ya que empezó a
trabajar en 1954 como bodeguero en el ingenio “La Guadalupe” propiedad de Don
Gonzalo y posteriormente como empleador de confianza.
Don
Ramiro se remonta a fines del siglo XIX a principios del siglo XX tiempo en que
se casaron los padres de don Gonzalo Ochoa, Don Leopoldo Ochoa Rodríguez y Ma.
Dolores de la Mora quienes tuvieron seis miembros de familia Gonzalo Salvador,
José, Edmundo, Esperanza, Dolores y Flavia.
Don
Leopoldo comenzó a elaborar piloncillo en una hacienda ubicada a la orilla de
la población de Tecalitlán como buen visionario empezó a agrandar el trapiche,
comenzó a elaborar azúcar en marqueta y alcohol, todo marchaba bien, pero… el
Sr. Leopoldo Ochoa a causa de la revolución tuvo que salir de Tecalitlán,
emigrando al estado de Michoacán trabajando en un ingenio como tachero y
encargado de elaborar azúcar.
Y
bien… volviendo con Don Gonzalo Ochoa, después de estar un tiempo fuera de aquí
regresa para hacerse cargo del ingenio que andaba mal. Luego el Sr. Gonzalo se
casó con la Señorita Ana María Hinojosa, tuvieron 4 hijos le sobreviven Yolanda
y Jaime Ramón, tiempo después encuentra su segunda esposa la Señora Elizondo.
En
sus traslados de Tecalitlán a Zapotlán, hoy Ciudad Guzmán, en uno de estos fue
interceptado en el cruce de la vía del tren, cerca de la puerta de Cadenas,
siendo secuestrado por unos bandidos, Don Gonzalo llevaba de chofer a Don
Aureliano Cisneros quien se mostraba muy asustado, el Sr. Ochoa de la Mora le
decía “MANO” no tengas miedo, al que quieren es a mí, caminaron buen tramo por
la vía del tren donde el Sr. Ochoa iba dejando pistas por donde lo llevaban,
tiro un pañuelo con su nombre grabado, luego una pluma fuente, su corbata y así
sucesivamente, lo ocultaron en una cueva del volcán, el Sr. Ochoa no les
demostró miedo, varias veces amenazaron con colgarlo, Don Aureliano su chofer
lloraba de miedo, los bandidos se llevaban a Don Aureliano a sus andanzas en
donde veía que les quitaban los almuerzos a la gente trabajadora, si se
resistían los ahorcaban, después de varios meses le hicieron llegar a la señora
Elizondo una petición en los que los bandidos le pedían $5,000.00 (cinco mil
pesos en oro).
Contaba
Don Gonzalo que por la mañana le daban de comer tacos y por las noches solo
tortillas remojadas en agua, se llegó el plazo de entregar el dinero ¡Ah! Pero
antes de eso, una hermana del Sr. Gonzalo Ochoa de la Mora estaba casada con el
Sr. Francisco de la Torre un Español que explotaba la Sierra de Tapalpa,
extraía la trementina de los pinos la procesaba y la trasformaba en Colofinia
que exportaba a Estados unidos de Norteamérica, una hermana de Don Francisco
era la esposa del presidente de la Republica el Gral. Manuel Ávila Camacho,
entonces el Sr. Ávila Camacho ordeno que el ejército peinara todas las faldas
del volcán, en Zapotlán la Sra. Elizondo reunió los $5000.00 pesos en oro, el
portador de dicho dinero fue el Sr. Aureliano Cisneros, salió rumbo al volcán
en una yegua blanca, era la clave para que el ejército no le disparara, todos
los caminos que conducían al volcán, en las labores en cada “MONO” de hoja se
escondía un soldado, la yegua blanca los llevo a donde se encontraba el Sr.
Ochoa secuestrado, entonces el ejército abrió fuego muchos de los bandidos
murieron y otros escaparon porque conocían todos los atajos y caminos del volcán,
el jefe de los bandidos escapo con el dinero, el Sr. Cisneros monto su yegua
blanca, se regresó y duro tres días escondido en el panteón de Zapotlán, salvo
su vida porque el ejército tenía órdenes de no disparar al jinete de la yegua
blanca, gracias a Dios este episodio amargo llego a su fin, Don Gonzalo llego
sano y salvo a su hogar con sus seres queridos cerrándose así una página de la
vida de este gran hombre.
Retomando
datos proporcionados por Don Ramiro Martínez Negrete acerca del ingenio “LA
GUADALUPE” nos comenta que Don Gonzalo contaba con muy buenos elementos, los
obreros dirigidos por los señores Emilio y Alfredo Rebolledo, el campo por el
Sr. Salvador Rodríguez y en las oficinas los señores Macario Ramírez torres,
Don José María Cantero. Las oficinas de los ingenios “La Guadalupe” y
“Santiago” se ubicaban en la calle Miguel Pérez Ponce de León #90.
En
1972 Don Gonzalo Ochoa falleció ese año el final de su vida llego, Tecalitlán
se ponía de luto al perder a uno de sus hijos predilectos.
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