Sandra Gómez
Estimado lector, hay situaciones en la vida de una
persona que le impulsa y obliga a moverse de un lugar. Así que al escribir de
emigración sin contexto no es válido como una opinión critica. Esta es una
situación a nivel Global, y en momentos de crisis se requieren cambios,
particularmente en la forma de verlos a quienes deciden emigrar.
Hablemos de quienes son impulsados y deciden emigrar. El
Ser Humano, es soñador y de ahí nace su inquietud de buscar nuevos destinos,
hoy muchos jóvenes se llaman a sí mismos como “nómadas digitales”; viven con su
mochila, su móvil y computadora portátil, se dedican a trabajar dentro de la
WEB y viajan por el mundo, trabajando en empleos semi-temporales,
principalmente en RED, pero no únicamente de estos. No cuentan con un domicilio
fijo, se mudan constantemente (3-6 meses) y han aprendido a vivir con un mínimo
de posesiones. En este grupo de diversas nacionalidades se encuentran quienes
ofrecen “asesoría/coaching” para los nuevos nativos digitales; generalmente
viven solos y tienen menos de 35 años de edad; algunos de ellos han renunciado
a empleos bien remunerados como empresarios de alto nivel, cuentan con saberes
de mercadeo y manejan las nuevas tecnologías de la información.
Ahora hablemos de quienes son obligados a cambiar su
lugar de residencia. Muchas son las situaciones por las que algunos llegan a
pedir “asilo” a otros países, o simplemente se asientan en otras comunidades
cercanas a su antiguo domicilio; dentro de estas necesidades se encuentra la de
haber sido expulsados por una drástica situación cuyo origen fue el clima, esto
incluye, inundaciones por crecidas de ríos, subida del nivel del mar,
deslizamiento de tierra por movimientos volcánicos, contaminación de recursos
vitales como el agua, por los incendios forestales, entre otros. Algunos con origen
directamente con el mal manejo de los recursos, otros muchos eventos fuera de
nuestro control y pertenecientes a los reacomodos de la Madre Naturaleza. No se
puede vivir en terrenos con muy poca agua, ni en terrenos saturados de ella.
Lo único cierto es que existen millones de personas
quienes se mueven a diario y la historia se repite, solo hay que revisar las
evidencias arqueológicas y sabrás de lo que hablo. El crecimiento de la
humanidad es alarmante, pero lo que más me impacta como investigador es que no
hay una relación directa entre el número de personas que nacen con el número de
personas mejor educadas que existen. En otras palabras, cada día existen en
proporción menos personas educadas con posgrados en el mundo, en proporción con
el número de habitantes de las ciudades en donde estos generalmente residen.
Si reviso mi propia historia familiar, encuentro que
hubo migración, tanto mi padre como mi madre no nacieron en donde yo nací, y
mis abuelos igual, en otras palabras ¡no la libro!; en sus casos por
oportunidades trabajo, por invitación, por necesidad. Considero que esta
historia es la de muchos migrantes; personas quienes con o sin preparación se
mueven de su casa y construyen una familia y se mudan, en algunas ocasiones
volviendo ocasionalmente a visitar sus orígenes, en otras radicalmente se
alejan de aquella comunidad que les vio nacer.
¿Quién es un nómada?, ¿Quién es un refugiado?,
¿Quiénes son los migrantes?, ¿Cómo puedo ayudarles?, ¿Son personas malas, que
huyen?...
Se les llama nómadas a quienes no se establecen en un
lugar permanente. Mientras los
refugiados son las personas que se encuentran fuera de su país de origen por
temor a la persecución, al conflicto, la violencia generalizada u otras circunstancias
que hayan perturbado gravemente el orden público y, en consecuencia, requieren
protección internacional. Mientras que migrante se le llama a quien por más de
un año radican en algún otro país independientemente si ha sido de manera
voluntaria o involuntaria.
A priori no se puede determinar si la persona quien se
mueve de un lugar a otro es un “delincuente”, por lo que en principio todos
deberíamos tratarles como nos gustaría ser tratados en caso de alguna necesidad
personal o de alguno de nuestros familiares. Sin embargo, debo reconocer que en
algunas de las ONG en donde he colaborado he entrevistado a personas quienes
huyeron de la violencia porque ellos mismos tuvieron que ser violentos en ese
contexto (circunstancia).
Hay lugares en los que es imposible vivir con sanidad
y otros en los que es imposible vivir con dignidad. Si el agua cubre tu salón
de clase y vivienda y esa situación no va a cambiar en semanas es mejor
moverse, por sanidad. Si en tu comunidad hay violencia, y tú mismo eres
vulnerable y has sido humillado, por dignidad deberás cambiarte de residencia.
La forma de ayudar es practicando la tolerancia,
respeto, compartiendo lo que se tiene, educando para vivir en sociedad con
equidad, colaborando para tener una sociedad incluyente. Algunos de los
migrantes tienen una actitud positiva de cambio, y si se les da la oportunidad
todos podemos salir ganando, es decir aprender de ellos.
Quienes se mueven de lugar, y tienen una buena actitud
es decir son trabajadores y están dispuestos a aprender y esforzarse día a día
salen adelante. Pero quienes además de la actitud y entusiasmo ya están
preparados y se siguen preparando académicamente tienen mayores oportunidades
de alcanzar el éxito en donde quiera que lleguen.
En ciencias decimos que ¡no existe la suerte!, sino la
preparación y una actitud de hacer, equivocarte, aprender de tu error,
prepararte de nuevo, volver a intentar, hasta alcanzar el resultado deseado; y
después de ese “éxito” tener una nueva meta y seguir creciendo. Hay que sembrar
conocimientos, fertilizar con actitudes positivas y cuidar los conocimientos
transformándoles en habilidades para poder cosechar éxitos.
A donde quiera que llegues eres primero persona, ¿Qué
tipo de persona quieres ser?, es una pregunta individual, ¿Cómo quieres ser
recordado?, ¿Qué estás haciendo hoy para que se te recuerde de esa forma?,
trabaja en tus saberes, cultiva tus amistades, sé incluyente, haz del respeto
un verbo de acción, Cuida el medio ambiente. Comenta, comparte y aporta a la
sociedad.
Hasta la siguiente historia de vida. Dra. Sandra Gómez
Patiño.
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