Martha
Catalina Álvarez Godoy
En
este tiempo de confinamiento que estamos viviendo todos, sin lugar a dudas,
hemos experimentado diversas emociones en un mismo día, sean éstas provocadas
por el ambiente y contexto que nos rodea, así como las generadas a través de
las relaciones interpersonales con los miembros que integran las familias.
Las primeras son de gran impacto
social, surgen en torno a lo que se dice en los medios informativos, comentarios
y opiniones que se hacen en la propia casa del virus que aqueja a toda la
humanidad, en relación a los hechos o lo que se espera que hagan los demás para
poder sobrevivir a tal pandemia, todo esto influye sobre manera en las personas
más vulnerables, que da cabida al miedo, angustia, ansiedad, depresión,
preocupación, ataque de pánico que los lleva a actuar con desesperación, temor,
desconfianza inusual en todos.
Las segundas como resultado de las
relaciones personales que tenemos con los demás: familiares y otras personas
con las que nos relacionamos, así como la forma de asimilar, reaccionar y
comportarse ante situaciones específicas cotidianas que dificultan o facilitan
la armonía y convivencia familiar en el hogar.
El autoconocimiento, aceptación,
empatía y autorregulación personal, son las dimensiones fundamentales que nos
apoyan para conocernos y saber más sobre el manejo no sólo de nuestras propias emociones,
sino para orientar a los hijos, alumnos a sentir, reconocer y controlar las
emociones desde la propia autonomía, además para fortalecer el desarrollo personal
y social como individuos.
Ahora pasamos mucho más tiempo en
casa del que antes de la pandemia no disponíamos, porque trabajábamos fuera de
casa, llevar a los hijos a la escuela, hacer presencia en reuniones o eventos
sociales, salir de compras y un sinfín de actividades que reducían las posibilidades
de fomentar la convivencia familiar.
Hoy, es maravilloso contar con ese
recurso tan valioso, pero también nos enfrentamos a otras situaciones y
actividades cotidianas que nos ocupan y restan tiempo para realizar los
compromisos adquiridos, ahora se han sumado otras prioridades también
necesarias e importantes como el cuidado de nuestra salud e integrantes de la
familia que requieren de una actuación responsable de todos.
Se hace necesario organizar y
distribuir el tiempo lo mejor posible para optimizarlo, brindar la atención y
apoyo que los demás requieren de nuestra parte para el cumplimiento de tareas y
compromisos particulares como alumnos y empleados, tan importantes como las
obligaciones y responsabilidades propias que, por lo regular, suelen
postergarse para ayudar a los demás, ocasionando momentos de tensión y estrés
personal que nos lleva a experimentar un cúmulo de emociones. Es preciso
sentirlas, vivirlas, canalizarlas y manejarlas lo mejor posible como sugiere la
Terapeuta & Consultor Maricela Ochoa al abordar el tema: Pensamientos y
emociones. Es fundamental darnos cuenta, observar y atender todas las emociones
que somos capaces de sentir en los diferentes momentos y circunstancias que
vivimos todos, para mejorar la calidad de las relaciones familiares e
interpersonales y así manejar con más mesura esta contingencia sanitaria que
tiene impacto en todos.
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