Pedro
Vargas Avalos
En 2014
se reformó la Constitución Política del país y surgió el Instituto Nacional
Electoral (INE) que sustituyó al Instituto Federal Electoral (IFE). El objetivo
fue robustecer las prácticas democráticas, mejorar los comicios de cualquiera
índole y garantizar el ejercicio de los derechos político – electorales de la
ciudadanía. Así proclamados, suenan muy bien los objetivos de esa institución,
supuestamente “ciudadanizada” para evitar los malos manejos de los comicios.
Un
aspecto que cuidan mucho, según los mismos funcionarios del INE, es el de la
rendición de informes sobre gastos, tanto de partidos políticos, como de
agrupaciones de igual cualidad y de los mismos aspirantes a cargos de elección,
tanto en el orden federal, como estatal o municipal.
Bien
vistas las cosas, tanto la reforma constitucional como el organismo resultante
o sea el INE, no son más que una vuelta al centralismo.
Porque
en una república que es resultado del pacto de sus integrantes, estos (o sea
los Estados) conservan su soberanía interior, para resolver los asuntos que
atañen a sus habitantes, sus instituciones y su legislación. Sobre sale en
tales renglones el aspecto político, y dentro de esto, lo electoral.
Pero
ahora resulta que, desde la gran capital, la ciudad de México, se dicta la
totalidad de las reglas, se sancionan todas las actividades y se aprueban o
reprueban candidatos, sean del partido que sean. Esto es centralismo puro.
Los
escándalos que han protagonizado los señores consejeros del INE, han sido
mayúsculos, desde ridiculizar a grupos étnicos, no aceptar mandatos
constitucionales como el de los sueldos (reciben estos consejeros y otros
funcionarios del organismo, sumas que llegan o rebasan los doscientos mil pesos
mensuales, más prestaciones de verdaderos magnates) y no cumplir con sus
principales fines, como evitar la alquimia electoral y en su caso sancionar,
gastos desproporcionados en campañas electorales. Al respecto hay suficientes
ejemplos: la alteración de resultados en las elecciones presidenciales de 2006,
o los gastos monumentales de Enrique Peña Nieto durante su campaña electoral de
2012, que más que acreditados, no generaron mayor sanción.
Al
margen de esos crasos desaciertos, un día sí y otro también, están las
declaraciones que suelen hacer ante periodistas o en conferencias, los
susodichos consejeros, destacando sobremanera el presidente del INE (Lorenzo
Córdova) y su adlátere el señor Ciro Murayama. Y casi todas esas
manifestaciones, acaban siendo una especie de enfrentamiento con los
partidarios de la Cuatro T, especialmente el abanderado de ésta que es el
primer mandatario, los líderes del Senado y los diputados, así como el
dirigente de MORENA.
Ahora
están en labios de los mexicanos que les interesa la política y el devenir
nacional, los acuerdos recientes del INE sobre: a) número de candidatas, b) echar
atrás acuerdos relativos a la sobrerrepresentación de diputados, y c), desconocer
el registro de varios candidatos, especialmente de MORENA, entre ellos dos
aspirantes a gobernador.
Al
respecto, el coordinador de los senadores, Ricardo Monreal, declaró sobre el asunto
de candidatas: “Es un tema de constitucionalidad y es un tema de invasión de
poderes. Simple y sencillamente el INE no puede legislar. Hay un órgano que se
dedica a legislar. Si ellos legislan suplantan al Poder Legislativo, eso no lo
vamos a permitir…” y luego agregó sobre los acuerdos más recientes: “"Creo
que el INE debería ser cuidadoso y debería ser también un juez imparcial, siento
que carga con una dosis demasiado antiAMLO, antiMorena, anti4T, es evidente que
están actuando con sesgo y eso me parece una mala decisión para un órgano
constitucional autónomo".
El
periódico La Razón, informa el 26 de marzo: “El Consejo General del Instituto
Nacional Electoral (INE) aprobó por mayoría quitar el registro a 170 aspirantes
a un cargo de elección popular, entre ellos, cuatro candidatos a gobernador,
dos de Morena: Félix Salgado Macedonio en Guerrero y Raúl Morón, en Michoacán,
así como a Alberto Abraham Sánchez Martínez, de Redes Sociales Progresistas
(RSP) también por Michoacán, y Édgar Salvador Rivera Cornejo, del Movimiento
Dignidad Zacatecas, por no presentar a tiempo su reporte de gastos de
precampaña.”
Lo
anterior hizo que el primer mandatario de la nación, expresara que “es extraño
el actuar del organismo electoral, el cual se ha convertido en “el supremo
poder conservador” que tiene la capacidad de decidir quién es candidato y quién
no...” (milenio.com 26-III-21).
Desde
luego que el líder de MORENA, Mario Delgado, echó su cuarto a espadas y dijo
que lo acordado por el INE, era” maniobra oscura y vergonzosa”, y que al tratar
de cambiar al cuarto para las doce las reglas de asignación de diputados, solo
buscaban varios consejeros, “afectar a nuestro movimiento y que no tengamos la
mayoría”. (Karina Aguilar, Diario 24 Horas, 22-III-21). Esto porque en la
actualidad los morenistas tienen el control del Congreso de la Unión, y según
la mayoría de encuestas, esa mayoría se consolidará en los comicios de junio.
Por lo
anterior, es que, cada que hablan los señores consejeros del INE, o toman
acuerdos importantes, parecen “ave de las tempestades”, es decir, su accionar
se acompaña de truenos y relámpagos.
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