Pedro
Vargas Avalos
La
polarización que impera en la república es innegable. El mandato popular
emanado de la jornada electoral de julio de 2018, se respetó en cuanto al
triunfador de la elección presidencial, pero los vencidos en los comicios no
aceptaron su papel, específicamente porque no admiten perder sus privilegios.
La
lógica consecuencia de esa actitud, originó en contraparte una conducta de
acometimiento. Ahora tenemos en la palestra nacional dos fuerzas manifiestas y
al parecer irreductibles: los partidarios de la Cuarta Transformación o 4T, y
los seguidores de una especie de Bloque Opositor Amplio (BOA), que visto
objetivamente es una liga “antilopezobradorista”.
Al
respecto, el 28 de febrero reciente, tanto el Twitter como varios diarios y
otros medios de comunicación, dieron a conocer una misiva del senador
veracruzano Dante Delgado Rannauro, quien por la experiencia que tiene tras una
larga carrera política, causó impacto en el ambiente de los partidos y de los
ciudadanos interesados en el devenir nacional.
El
abogado a que nos referimos, ha ocupado todo tipo de cargos oficiales, desde
embajador de México hasta gobernador de su Entidad natal, diputado, senador,
líder de partidos políticos y aliado de Andrés Manuel López Obrador por muchos
años, pero ahora antagonista. Incluso, conoció la prisión por más de un año,
cuando a Veracruz lo gobernaba el infausto Patricio Chirinos, allá por 1994,
amarga situación de la que supo salir airoso.
La
epístola comienza recordando los tiempos de aliados entre Dante y AMLO, luego
reconoce las virtudes del primer mandatario, a la par que le señala sus
defectos. Enseguida le atribuye las derrotas de 2006 y 2012 al no querer
enmendar sus puntos de vista, es decir sus errores. En cambio, para la campaña
de 2018, expresa que AMLO cambió: “Escuchaste, acordaste y por eso ahora eres
presidente”.
Con
el respaldo de más de 30 millones de votos, (le dice Dante al primer
mandatario) estás “construyendo la oposición que necesitas, la que conviene a tus
intereses, pero no la que necesita el país”. Y sigue esta especie de Filípica:
“lo que has hecho es construir, con las formas tradicionales de operación
política, las condiciones que necesitabas para secuestrar al Congreso, capturar
al Poder Judicial y restituir la presidencia imperial”. En este capítulo, bien
se puede discutir lo que afirma el veracruzano, porque el Congreso no está
secuestrado, sino que ejerce una mayoría que el pueblo le otorgó en las urnas;
la captura de la Suprema Corte es solo una opinión muy subjetiva y lo de la
presidencia imperial, un mero lugar común en voz de los adversarios de la 4T. Estos
en junio tendrán la oportunidad de revertir esa apreciación.
Al
admitir que AMLO es un “ser político” singular, con sus acciones tiene a “los
empresarios, desesperados y ofendidos, y a los dirigentes de partido, ofuscados
y desconcentrados,” y por consiguiente, “Los tienes totalmente desorientados”,
y permanentemente aturdidos bajo la premisa de que la lucha es: “buenos contra
malos, honestos contra corruptos, amigos del pueblo bueno contra la mafia del
poder.”
Dante
expresa que el gobierno actual es cercano a la gente, por lo que el presidente
se siente honrado y procura mantener la cercanía con un pueblo que, lo reitera,
rechazó la forma en que las fuerzas que lo desafían a diario, gobernaron los
últimos años. Y ahora, aun cuando diario critican al régimen, no logran
“demostrar con hechos que son una oposición responsable. No lo son, eso ha
quedado claro.” Y agrega: “Porque hoy nuestro país tiene a la generación de
dirigentes más mediocres y torpes de la historia”.
El
inefable Delgado Rannauro, afirma que AMLO tiene una “estrategia para provocar
a la sociedad civil y a las organizaciones sociales, y desconcentrar a dirigentes
de partidos tradicionales… Lo trágico es que la solución que encontraron fue
exactamente la que necesitabas y prácticamente pediste: se unieron contra ti.
El BOA que anunciaste y denunciaste con oportunidad, es hoy una realidad.
Empresarios indignados y dirigentes nacionales desubicados, decidieron reeditar
el pacto por México, se les ocurrió que la mejor forma de hacerte frente era
unir a los partidos que representan corrupción, abuso de poder e impunidad”. A
ellos se unieron intelectuales, comentaristas y empresarios (tildados de
conservadores) y fatídicamente consideraron forjar una coalición como “un
vehículo para hacerte frente y ser contrapeso. Tú y yo sabemos que no hay nada
más alejado de la realidad”.
La
luenga carta prosigue infiriendo que: “La Coalición Va por México es la
oposición que querías y necesitabas. Una oposición construida por los partidos
que la gente alejó del poder. Una oposición por la que los mexicanos
conscientes no van a votar”.
Luego
el signante de la comunicación que nos ocupa, sostiene que la única manera de
combatir eficazmente a la 4T es logrando la “reivindicación ciudadana”, para
evitar los retrocesos históricos. Aunque eso sí, gentil, aunque amenazante, el
señor Dante le dice al mandatario: “Deseo que concluyas tu encargo como todos
los presidentes anteriores, pero no me quedaré callado mientras sigas
comportándote como ellos”. Concluyendo que su lucha (del redactor de la carta)
es para que no haya una presidencia imperial, para que el pueblo tenga una
alternativa distinta a la actual y a la que ofrecen los partidos que ya
fallaron y siguen en sus mismos errores.
No
cabe duda de que el exgobernador jarocho, expone algunas verdades duras y
conjetura hipótesis discutibles, pero de que el alegato es interesante, lo es,
aunque ciertamente, podemos afirmar que la multicitada carta encaja en lo que
dijo el sabio francés Blas Pascal:” Si he escrito esta carta tan larga, ha sido
porque no he tenido tiempo de hacerla más corta.”
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