Páginas

lunes, 22 de marzo de 2021

Atinos y desatinos de Krauze



 

Pedro Vargas Avalos

 

Las personas importantes son por lo general muy escuchadas en todo lugar y por todo mundo. Y si esos sujetos además son de grandes conocimientos, con mayor razón. Sin embargo, eso no quiere decir que sean sabios, aunque desde luego que pudieran serlo.



Sabio, es quien además de poseer conocimiento profundo en ciencias, letras, humanidades o artes, muestra buen juicio, prudencia y madurez en sus actos y decisiones; pero si estas repercuten en lo sociopolítico, también ha de ostentar civismo.


Lo anterior viene a cuento con motivo de las constantes opiniones críticas que vierten los intelectuales, del signo que fueren, sobre las acciones de la Cuatro T, lo cual es lo mismo que decir contra el presidente López Obrador.





De entre esos supuestos doctos personajes destacan Héctor Aguilar Camín y el ingeniero industrial Enrique Krauze. Del primero la mera verdad no vale la pena ocuparse, por sus manifiestos desapegos imaginativos (como injuriar al tabasqueño) y su congénito oportunismo. Del segundo, que se supo ganar un cierto aprecio por muchísimos mexicanos y no pocos extranjeros, ya por sus libros sobre historia, sus ensayos y labor editorial, nos deben preocupar sus expresiones recientemente publicadas (15 de marzo) en el New York Times, influyente diario estadounidense donde colabora.


La ocasión se presentó luego de la entrevista virtual entre los mandatarios de la nación del Tío Sam y de nuestro México, el uno del presente marzo. En conclusión, allí Biden expresó con una frase tajante cual será la relación entre ambos países: “Ustedes son nuestros iguales”, subrayó, agregando que, si se trabaja conjuntamente mayores serán los logros y fortalezas. Por su parte AMLO manifestó que el diálogo, se “desarrolló con mucho respeto, amistad y colaboración”.


En su artículo del periódico neoyorquino, Krauze afirma que “debemos trabajar para salvaguardar la libertad, la democracia y el Estado de derecho en México, bajo el régimen personalista del presidente Andrés Manuel López Obrador.” El encabezado de la citada colaboración es: “¿Puede Biden ayudar a contener el declive democrático de México?” y tras ese cintillo, agrega: “El presidente de Estados Unidos podría persuadir a Andrés Manuel López Obrador de que valores comunes hacen buenos vecinos, más si son socios y amigos.”





Ni tardo ni perezoso, AMLO contestó al historiógrafo: “Krauze escribe pidiendo la intervención del presidente Biden para que venga él a moderarnos. Es el colmo.” (mañanera del 17 de marzo). Y tras indicar que mejor debería pedir al norteamericano que lo nombre embajador en México, califica al susodicho colaborador del NYT: “La verdad es que él es un empresario de la industria editorial, que recibía muchos apoyos del gobierno anterior; más que historiador en sentido estricto, pues, es un empresario.”


Ciertamente, no se puede negar que Krauze es un atinado empresario: sus compañías como “Clío” y “Letras Libres” le han generado pingues ganancias, sobre todo recibiendo jugosos apoyos del gobierno, llámese federal o local, e incluso de negocios gigantes como Televisa.


En cuanto a su carrera profesional, poco o nada sabemos si ha hecho mayor cosa. En cambio, en su papel de ensayista se ha destacado desde que debutó en la revista “Vuelta” del bien recordado Octavio Paz. Y al fundar la publicación de “Letras Libres”, afianzó su posición y se volvió “intelectual orgánico”, pues los llamados gobiernos neoliberales no solo lo cobijaron en lo económico, sino que le hacían caso en cuanto a sus opiniones.





Para los seguidores de AMLO, con sus recientes opiniones, Krauze “lo que está planteando es que se tenga un embajador como Henry Wilson, que preparó el golpe de Estado y el asesinato del presidente Madero.” Quizás eso sea exagerado, pero sí que es desatinado plantear que Biden de lecciones y señale senderos al mandatario azteca.


Al respecto afirma Krauze, por cierto, practicante del judaísmo: “Biden puede transmitir a López Obrador el mensaje de que nada ayuda más a una buena vecindad que los valores compartidos, sobre todo si los vecinos son socios y amigos.” Porque según él: “Mientras el Estados Unidos encabezado por Joe Biden trabaja para fortalecer el sustento institucional de su democracia liberal, la joven democracia mexicana, encabezada por un líder populista que atiza la polarización, continúa declinando bajo su deriva autocrática.” Y con visión de augur, conjetura: “Este fenómeno podría ahondarse si su partido (MORENA) triunfa en las elecciones legislativas intermedias, que se llevarán a cabo en junio.”


La metralla de Krauze, ya sin cortapisas, se desencadena, pues afirma que López Obrador polarizó al país, “degradó el lenguaje político, mintió, defendió su realidad alternativa contra las “noticias falsas”, atacó a la prensa, insultó a los críticos, subordinó al Senado, evadió la transparencia, incrementó su control sobre el sistema de justicia, imperó sobre su partido y desacreditó al sistema electoral.”


Por lo anterior, si el partido de AMLO triunfa en los comicios de junio, para el ensayista de marras, “El gobierno de México se habrá convertido en el dominio de un solo hombre.” Ah, pero eso sí, en caso de que pierda las elecciones y con ello la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, México recuperaría cierto equilibrio en sus poderes.”


En conclusión, para Krauze, López Obrador, sencillamente, no cree en el Estado de derecho para resolver los problemas de México. Por el contrario, se comporta a veces como si él encarnara al Estado y a la ley.


Como podrá verse, los aciertos y desaciertos, atinos y desatinos, del multicitado editor empresario, caminan al parejo, de allí que no se le pueda creer todo lo que escribe. AMLO tendrá seguramente muchos defectos, pero su honradez, perseverancia pacifista, convicción libertaria, laboriosidad y amor por su patria, tanto como por la mayoría de sus conciudadanos, no pueden estar en tela de juicio. Bajo su mandato existe libertad de expresión y de trabajo, de educación y credos, renglones que hacen resaltar los desatinos de intelectuales que, para ser sabios, les falta sabiduría, civismo y buen juicio.

 

 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario