Víctor
Hugo Prado
La
Auditoría Superior de la Federación (ASF) es el órgano técnico especializado de
la Cámara de Diputados, con autonomía técnica y de gestión, encargado de
fiscalizar el uso de los recursos públicos federales en los Poderes de la
Unión; los órganos constitucionales autónomos; los estados y municipios; y en
general cualquier entidad, persona física o moral, pública o privada que haya
captado, recaudado, administrado, manejado o ejercido recursos públicos
federales. El resultado final de la labor de la ASF son los Informes
Individuales de Auditoría y el Informe General Ejecutivo del Resultado de la
Fiscalización Superior de la Cuenta Pública.
El
sábado, David Colmenares, titular de la ASF hizo la tercera entrega de informes
individuales de la cuenta pública 2019, en la que solicita aclaraciones al
manejo del presupuesto federal de Servidores de la Nación, Becas Para el
Bienestar, Jóvenes Construyendo el Futuro; en la Secretaría de Cultura,
Conacyt, Conade, Capufe, en aspectos de la construcción del Tren Maya, la
Refinería de Dos Bocas, la aeropista Felipe Ángeles y en el sobrecosto de la cancelación
del aeropuerto de Texcoco.
Por
supuesto, las reacciones presidenciales, que bien pudieron ser, vamos a
estudiarlas y desmarcar las observaciones, a hacer las aclaraciones e incluso
donde no se pueda aclarar y haya evidentes pruebas de corrupción, a actuar con
todo el peso de la ley. Eso no sucedió, desde la presidencia se linchó a la
ASF, acusándola de estar al servicio de sus adversarios, de prestarse a
implementar campañas para desprestigiar a su gobierno. Olvidando que ésta es
una entidad del Estado mexicano y su información da cuenta del manejo de los
recursos al que el gobernante, del partido que sea, está obligado a ejercer
escrupulosamente y con apego a la ley.
Lo
que ha informado la ASF es que pese al discurso de que la corrupción no existe,
está en entredicho la transparencia y la honradez en la 4T, de varias
dependencias señaladas y de muchos de sus funcionarios. Al menos, la entrada a
las observaciones, deben servir para transparentar el manejo opaco de los
recursos de los mexicanos y traslucir su ejercicio, debe servir para poner
orden en lo que a todas luces se observa una desastrosa gestión no solo de los
recursos públicos.
Lamentable
que sea el presidente el que sale a combatir desde la mañanera el informe, en
lugar de que sean cada una de las dependencias observadas. Lamentable que, con
el peso de su investidura, descalifique el informe realizado a cada
dependencia. Demandando que harán aclaraciones siempre que la ASF aclare
primero el porqué del señalamiento de las irregularidades. Las irregularidades
no se deben combatir solo afirmando que “tiene otros datos”, ¿usted qué opina?
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