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lunes, 1 de febrero de 2021

Diversidad de experiencias ante la necesidad de adaptabilidad a la práctica docente



 

Mercedes Imelda Avalos Ruiz*

 

 

La adaptabilidad a las circunstancias actuales ha prevalecido en todos los ámbitos, espacios, rangos y actividades. Algo que en situaciones ordinarias de impacto más breve y menos afectación, no siempre valoramos o nos percatamos de ellas.




Para el logro de una adaptación adecuada, es importante rescatar todo lo que sepamos sobre la inteligencia emocional, ya que su manejo adecuado, favorecerá el desarrollo socioemocional de cada individuo, pero también favorecerá la eficiencia en nuestras actividades y obtener mejores resultados.


En el ámbito educativo, se ha presentado la necesidad de llevar a cabo una modalidad de trabajo a distancia por los medios al alcance de cada docente, lo solicitado por autoridades y los servicios comunicativos con que cada comunidad cuenta.


Consecuente al trabajo a distancia, hay casos de docentes que se han apoyado con los padres de familia que son representantes de grupo, diseñando el docente algunas actividades y se las entrega a este personaje y el resto de los papás de sus educandos van por su respectiva copia a la casa del encargado de distribuirlas.


En otros casos, hacen sus actividades y de manera directa algún familiar del educando va por ellas a la casa del profesor o a donde los citen para dicho efecto.





Con un poquito más de tecnología, algunos docentes han formado sus grupos de Waths App, con los padres de familia de sus pupilos y con audios, imágenes, videollamadas, fotografías, reuniones virtuales o textos, dan instrucciones sobre lo que deben hacer los pequeños y ya realizadas las actividades, envían fotos como evidencias de nuevo al docente.


Algunos educandos afortunados, cuentan con el acompañamiento y paciencia permanente de sus papás o algún otro familiar cercano; pero en muchos casos no sucede así, ya que no hay coincidencia temporal, es perceptible la carencia de recursos y conocimiento para trabajar de manera colaborativa con el docente y lamentablemente en varios casos, el padre o tutor ha decidido que su vástago mejor pierda el ciclo escolar, ya que ellos deben trabajar y no hay quien apoye al pupilo y, en el caso en que contaran con medios o tiempo para el apoyo que el menor requiere para su aprendizaje y tareas, los progenitores no tienen los fundamentos para guiar la realización de la actividad. Situación lamentable para el menor, pero entristecedora para los docentes, ya que resulta muy difícil querer apoyar a “sus niños”, teniendo tantas cosas de su vida personal, profesional y laboral por atender.


Pareciera que no le afecta tanto al educador la postura q asuma el padre de familia; pero es de comprender que sea frustrante que el niño no reciba ni el apoyo indispensable para cumplir con sus tareas o actividades de estudio, lo cual nulifica su esfuerzo y dedicación. Pero, al mismo tiempo resulta muy complicado querer solucionar la situación de cada educando más la vida propia; muy lamentable, si, pero también, sucede esto por la falta de concientización sobre la responsabilidad y disponibilidad que debe tener cada participante en estos ciclos o grupos de estudio a distancia.


En algunas comunidades en que no se cuentan con los servicios que ofrecen las redes, los maestros acuden a la escuela, haciendo adaptaciones a sus actividades; entregando tareas o actividades para que las realicen en casa y en algunos casos han tenido la osadía de atender a sus grupos en equipos pequeños y por lapsos de una o 2 horas para cada equipo.





La atención que los profesores deben ofrecer para el trabajo a distancia, les resulta absorbente y generalmente se realiza con recursos propios, combinando con las actividades del hogar, la atención a sus hijos, las tareas de estos mismos y todo lo que implica la vida familiar y laboral, conjugadas en un mismo tiempo y espacio.


Se ha ido favoreciendo y aplicando la adaptabilidad a las circunstancias que se viven, lo mismo que cuando ha sucedido un temblor o alguna otra situación que nos hace salir de la normalidad y aparente comodidad en la que se supone que estábamos inmersos y sin valorar sus bondades.


En muchos de los participantes e interesados en la educación, nos queda la duda de cómo se podrá recuperar tiempo y nivel educativo, después de estos diversos intentos de educación a distancia. No sólo en situaciones como la que nos acontece en el presente momento, sino en las que se pudieran presentar en lo sucesivo, con más o menor impacto, deseando que todo resulte de la mejor manera.

 

*Asesora en el Centro de Actualización del Magisterio.

 

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