Pedro
Vargas Avalos
Ya
sabemos que pueblo que no conoce su historia, vuelve a repetirla. Es decir, se
tropieza dos veces con la misma piedra. Ciertamente la Historia, es luz de las
naciones, maestra de la vida y, por consiguiente, gobierno y comunidad debemos
conjuntamente pugnar porque se cultive.
El
presente año de 2021 fue declarado por el gobierno federal como “Año de la
Independencia y de la Grandeza de México” y para conmemorar sus efemérides, se
integró una Comisión Presidencial para la Conmemoración de Hechos, Procesos y
Personajes de México.
Los
sucesos torales son los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlán, 500
años de la Memoria Histórica de Tenochtitlán, es decir la caída de la capital
azteca y 200 años de la consumación de la Independencia, al entrar (el 27 de
septiembre de 1821) el ejército Trigarante a la capital mexicana.
Independientemente de esos acontecimientos que son una especie de eje, se irán
a celebrar actos como el aniversario luctuoso del Gral. Vicente Guerrero (14 de
febrero), la Promulgación del Plan de Iguala (24 del mismo mes); también el 19
de junio por el deceso del poeta Ramón López Velarde y el nacimiento de Simón
Bolívar el 24 de julio.
Hay
otras efemérides que serán encomiadas, como la de agosto 24 que fue la firma de
los Tratados de Córdoba (donde se convino en 1821 la Independencia nacional y
la retirada de las tropas hispanas de la capital del país, firmado por Agustín
de Iturbide, y por Juan O'Donojú, el último virrey español. Se incluye el
natalicio del Siervo de la Nación, Don José Ma. Morelos que sucedió el 30 de
septiembre de 1765.
Novedosos,
aunque justos, son los que conllevan una especie de “mea culpa” por agravios
inferidos a los pueblos yaqui, maya y a los emigrantes chinos.
Como
se puede ver, los acontecimientos son trascendentes, aunque susceptibles de contradicciones
o críticas, porque como se dice popularmente, “Ni están todos los que son, ni
son todos los que deben estar”. Porque, así como se recuerdan aniversarios
luctuosos de próceres, la interrogante es porque no se incluyeron otros de
enorme magnitud, tal es el caso del Padre de la Patria (Hidalgo), del vencedor
Gral. Ignacio Zaragoza, del Benemérito de las Américas (Juárez), del Apóstol de
la democracia (Madero) o del expropiador del petróleo (Cárdenas). Y desde luego
de algunas heroínas, como Josefa Ortiz de Domínguez o Leona Vicario.
Y
en cuanto a la figura ingratamente excluida de nuestros fastos nacionales e
injustamente sacrificado, la de D. Agustín de Iturbide, ¿se le irá a
restablecer en los altares patrios, como corresponde a un libertador? Desde
luego, como humano que fue, con sus defectos y virtudes.
El
presidente de la república, expresó: “Vamos también a exponer la grandeza de
México en lo artístico, en lo cultural; habrán exposiciones de códices, de
piezas arqueológicas, de pintura, mucha música, los desfiles del 16 y 27 de
septiembre con la representación de ejércitos de países hermanos. Estamos
trabajando de manera conjunta para este año…”. Y al respecto se informó que
habrá cinco comités para coordinar las acciones que realizarán diferentes
dependencias federales. Estos organismos se encabezarán por las secretarías de
la Defensa Nacional y la Armada; la de Cultura, la de Economía, Educación
Pública y Relaciones Exteriores.
Marcelo
Ebrard, el flamante y omnipresente canciller, manifestó: “Además, habrá
actividades culturales en más de 65 ciudades de las 32 entidades federativas de
la República…Sin temor a equivocarme podría decir que será el evento más
relevante de presencia de México en el mundo en lo que va de este siglo. (…) Es
un esfuerzo de unidad y proyección de la grandeza mexicana y por supuesto de
toda la sociedad”.
Visto
lo anterior, uno se pregunta, ¿y en todo ello que hace o que hará el Estado de
Jalisco? Porque innegablemente que nuestra Entidad fue y es un pilar
importantísimo en la edificación de esas grandeza del país, comenzando con el
adoptivo neogallego Bernardo de Balbuena y su Grandeza Mexicana en el siglo
XVI, la Abolición de la Esclavitud en 1810 (6 de diciembre) que puso a México
en el liderazgo mundial de los Derechos Humanos. Y no debemos olvidar que
Jalisco fue primero en declarar la independencia (el 13 de junio de 1821, antes
que se proclamara en México); que es cuna de la República Federal, ariete de la
Reforma, escudo ante la Intervención francesa (La Coronilla fue su tumba, precediendo
al Cerro de las Campanas), aportador del Derecho de Amparo (con Otero y
Vallarta, uno creándolo y otro fortaleciéndolo) y para no hacer más grande la
lista, pionero de la Revolución con Manuel M. Diéguez y culminador de nuestra
regeneración política con Luis Manuel Rojas, autor del Proyecto de Constitución
de Querétaro y presidente del Constituyente.
Con
todo lo anterior, surge la interrogante: ¿Por qué en nuestro Estado no se ha
creado una Comisión para enaltecer su Grandeza? O que, ¿también eso va dentro
del paquete de contradecir un día sí y otro también al gobierno de la Cuatro T?
Confiemos
que nada de eso exista y que pronto nuestro hermoso e histórico Jalisco se sume
al esfuerzo de conmemorar las efemérides locales, incuestionables factores de
la grandeza de la Entidad, de Guadalajara y de nuestra patria.
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