Rafael
Martínez
Son
días difíciles para todos, en un momento de reflexión todos estamos
encaminándonos al precipicio del hartazgo de las medidas implementadas en todos
los aspectos por la pandemia, a nivel psicológico muchos están en el suelo y
están enfilándose a la desesperación por diferentes factores, tanto económicos,
de salud y con esta cuarentena que parece interminable el aislamiento social está
desquiciando a muchos.
No
menos difícil la está pasando la educación en nuestro país, donde más que nunca
se ve la deficiencia de las autoridades educativas al tomar decisiones en la ya
conocida educación en línea, donde las disposiciones que adoptaron fueron un
desastre para el aprendizaje remoto, porque no se tomaron en cuenta los
factores socio económicos de los padres de familia, ignorando que solo el 56.4%
de la población mexicana tiene internet en casa.
Muchos maestros en su mayoría los que están en edad de jubilación, no dominan las herramientas tecnológicas en un nivel aceptable, esto ha conllevado a que ni el maestro pueda transmitir los conocimientos de manera eficaz, ni los alumnos obtener el aprendizaje de calidad, y esto en el corto plazo se convertirá en un atraso significativo en el nivel de progreso educativo de nuestros estudiantes.
Sin
duda en todos los niveles existe un rezago importante, pero es de especial
atención en aquellos niños que ingresaban a primer año de primaria, donde ese
grado es básica la enseñanza de la lectura y escritura, y ese atraso
irreversible ha desembocado una tragedia educativa que sin duda será
significativa en todos los aspectos, y aun no se estima cuanto tiempo tendrá
que pasar para poder recuperarnos de esa dilación formativa.
Gobernar
no es sencillo, pero gobernar de forma improvisada y ocurrente nos está
saliendo caro a los mexicanos, porque no es necesario hacer grandes estudios ni
realizar estadísticas del fracaso del manejo de la educación en tiempos de
pandemia, es palpable este déficit de lo que está ocurriendo y lo grave es que
nuestras autoridades federales hacen caso omiso a esta tragedia. Parece un acto
maquiavélico lo que hace este gobierno con la educación, pareciera que lo único
que importa es tener ciudadanos ignorantes y carentes de pensamiento libre,
pues hace todo lo necesario para que las clases no se lleven a cabo de manera
presencial y controlada, optando por un sistema arcaico e improvisado.
El
vaso se está llenando, el tiempo está corriendo para que las autoridades
federales opten por medidas drásticas para cambiar el rumbo de la educación en
México, pero si como ciudadanos no exigimos y no levantamos la voz, solo
seremos parte de ese plan de gobierno de estar oprimidos, ignorantes, callados
y sumisos. México tiene grandes pensadores, científicos, ingenieros, educadores
etc. que se forjaron gracias a mexicanos como José Vasconcelos, quien por ser
tenaz en su ideología y forma de pensar, logro instituir en México el
ministerio de educación y fue tan grande su labor que fue llamado el Maestro de
la Juventud de América, dotando a nuestro país con el primer sistema educativo
y cultural de la era moderna.
Estos
tiempos exigen hombres valientes que no teman al ataque de redes sociales que
solo ofuscan los grandes pensamientos y desorientan las mentes jóvenes, debiendo
ser de trayectoria reconocida y de entereza probada, donde los políticos no
tengan injerencia más que de apoyar un nuevo modelo educativo acorde a los
tiempos difíciles que vivimos. Evitemos que siga avanzando esta tragedia;
concluyo con el multicitado José Vasconcelos “no se puede enseñar a leer sin dar
que leer”.
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