Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
Aunque
será hasta el mes de junio del presente año cuando se lleven a cabo las
elecciones para elegir, en algunos estados desde gobernadores, diputados
federales y locales, así como para las presidencias municipales, entre los
ciudadanos priva un actitud de hartazgo de saber que, pese hay que hay opciones
por partidos y organizaciones de tipo político que han sido creadas para la
contienda, en general, por lo que se ha visto hasta el momento, sus posibles
candidatos siguen siendo los mismos.
De ello se está dando cuenta y se
cuestiona en las redes sociales, que sin duda jugarán un gran papel en el
proceso, cuando algunos de los ciudadanos que se han manifestado públicamente
para contender por tal o cual partido, con manifestaciones de que, si ya
ocuparon cargos de diputados federal o local, presidentes municipales y aun
regidores de algún ayuntamiento y no hicieron nada, que se abstengan de
participar. Esto sin duda no inhibe a los aspirantes, y aunque la mayoría de
éstos han brincado de un partido a otro y sin rubor alguno ahora se presentan
como aspirantes, el rechazo ciudadano a esta costumbre es muy notorio.
Pero, les guste o no a los
ciudadanos, aunque están en todo su derecho de votar o no hacerlo, así también
para escoger o dar su voto por quien o quienes elijan, partidos y candidatos no
tienen empacho, por no emplear otra palabra, para repetir sus intenciones de
mantenerse en el poder, recuperarlo en su caso y lograr consolidarse como
partido o como organización política con registro, para eso está el INE, que
valida todo en una mala entendida democracia a la que, por desgracia, no
estamos preparados para aplicarla y respetarla.
Este reciclaje de aspirantes a
cargos públicos se ha manejado como la necesidad de “aprovechar la experiencia”
adquirida en los cargos ocupados o en las contiendas en las que se haya
participado, aún no ganando. Bajo este esquema, muchas personas que militan en
un partido u organización política, nunca son consideradas para llenar ese
vacío y romper ese vicio que practica, por lo general, todos los partidos que
entran en contienda política. Hay casos en la Región sur y en el Distrito 19,
que algunos políticos han ocupado cargos por tres o más lustros, y tan campantes
y siempre listos, con el dedo levantado, “para aportar su experiencia en bien
de la sociedad” (¿?).
En base a ello, este medio de
difusión se dio a la tarea de preguntar, un pequeño muestro del sentir de los
ciudadanos al respecto, los que coincidieron en que nadie cree ya en partido
político alguno, menos en las promesas que han hecho y seguramente harán sus
candidatos. En ausencia de esta credibilidad, los hay que aún consideran que si
no son los partidos ni las propuestas las que les den confianza y el ánimo para
acudir a votar en las elecciones de junio próximo, sí lo harían en razón de los
candidatos, es decir, todavía se cree que en las buenas intenciones de los que
puedan aspirar a cargos públicos y por ello votar en su tiempo.
Esta esperanza, esta actitud de
credibilidad, debiera de ser considerada por los partidos y por los mismos
aspirantes a cargos públicos. Está bien conocido de que ganan más las malas
mañas que se emplean en los procesos de elección, como son: La compra de votos,
contar mal las actas, el acarreo de gente, etc., las que inclinan la balanza
del “triunfo”, y aunque ya está tipificado como delito grave cualquier acto
irregular en una elección, hay tanto truco y tanto interés por ganar a costa de
lo que sea, que seguramente se darán las mañas para lograrlo, pero, por el bien
de todos, que sea la voluntad de los votantes las que definan quién o quiénes
merecen ser los próximos “representantes del pueblo”, y que quienes resulten
realmente lo sean.
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