Juan
José Ríos Ríos
No cabe
duda, los mexicanos no solamente padecemos la pandemia por el COVID-19, ahora
también y por tiempos de contienda, estamos viendo la amenaza de quienes, por
medio de los partidos y como políticos, buscan retomar el poder haciendo
alianzas, señalamientos, promesas y se manifiestan preocupados por los males
que nos aquejan como país y por las enfermedades que estamos padeciendo, cuando
la mayor parte de éstos aventureros de la política fueron causa de esos efectos
que dicen quieren combatir, males que, por cierto; nos afectan a todos.
Qué poca memoria tienen, qué descaro
muestran al decirse preocupados, motivados, unidos y buscando mejores
condiciones para el país y para los mexicanos, van por México, por lo que queda
de él, y con recursos públicos en abundancia, con las malas mañas exhibidas
tiempo atrás y con un cinismo sin límite tratan de seguir engañando a los
ciudadanos, comprando votos para recuperar las prerrogativas que tuvieron y la
impunidad con la que actuaron.
Lamentablemente esta pandemia parece
que no tiene vacuna, si bien es cierto que hay más ciudadanos convencidos de
que el país y los que en él vivimos necesita cambios de fondo, definitivos y
encaminados a mejorar las condiciones de vida de todos, de que somos un país
rico en recursos pero que están en unas cuantas manos y concesionados de por
vida a otros, los hay también que se suben al carro de la corrupción, se dejan
comprar, se engañan o simplemente ven sus propios intereses y están dispuestos
a todo, incluso a apoyar a quienes nos han saqueado por siempre.
No ponemos en tela de duda de que
hay personas que son militantes o simpatizantes de esos partidos políticos, que
no son iguales a los que han asumido cargos públicos y viven en eterna
contienda, que brincan de un partido a otro y viven también eternamente del
presupuesto público, esas personas diferentes creen todavía que su partido es
el mejor y militan o simpatizan con él por convicción, sin buscar cargos
públicos o vivir del presupuesto, sin embargo nunca son considerados más que
para que voten o apoyen a los mandos y respeten fielmente las decisiones
cupulares, aun así sean las más aberrantes, como las alianzas, aunque estén
“permitidas legalmente”.
Por la pandemia del COVID-19 y como
parte de la estrategia que están siguiendo los partidos políticos con registro
y que entrarán en el proceso de elección, primero interna y posteriormente mediante el voto de los
ciudadanos, los aspirantes a representar a esos partidos y a contender en las
elecciones de junio próximo, tanto para la presidencia municipal y las
diputaciones local y federal, en este caso de Zapotlán el Grande y por el
Distrito 19, están haciendo su mejor esfuerzo, mostrando su mejor cara para
darse a conocer y ganar la simpatía una vez que tengan la calidad de candidatos
con registro y con ello el derecho a participar en las elecciones en puerta.
Esta forma de promoción previa a la
confrontación abierta, está permitiendo conocer cómo piensan, qué buscan y, en
su caso, a qué se comprometen todos y cada uno de los aspirantes a candidatos.
Esto es una novedad y de hecho una nueva forma de promoción, cuando antes las
candidaturas eran designaciones de la cúpula, afortunadamente parece que ya no
las hay, ahora los partidos recurren a sus “bases”, a sus militantes y simpatizantes
porque están agónicas esas cúpulas, sin credibilidad, aunque sí con recursos
públicos suficientes para seguir sacrificándose por el estado, por el país.
Esta primera pasarela, que la mayor
parte se hace en las llamadas redes sociales, es un cedazo, una forma de que
los ciudadanos conozcan a quienes buscan “representarlos” en los cargos por los
cuales se exhiben, de los ciudadanos dependerá la decisión a quién elegir en el
proceso de junio próximo, si se equivocan o si eligen bien, dependerá de cada
quien y del propósito de que los motive a votar por tal o cual partido o
candidato. Poco falta para saber cuáles serán los resultados de esa elección, y
también para conocer qué tanto nos ha cambiado los tiempos que vivimos y las
oportunidades que representan una crisis, en este caso de tipo político, porque
por la pandemia del COVID-19, ya estamos viendo las consecuencias.
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