Pedro Vargas Avalos
Quedó atrás el dificultoso 2020 y nos encontramos en el
esperado 2021, que nos ofrecerá retos, pero a la vez la oportunidad de
cristalizar proyectos. Los mexicanos nunca hemos tenido etapas fáciles, por lo
que habremos de salir adelante y no solo sobreponernos a los desafíos, si no
que resurgiremos más fortalecidos como nación.
Uno de los
primeros enfrentamientos lo es la pandemia del COVID 19, mal que se ha ensañado
causando muchísimos decesos y cientos de miles de enfermos; sin embargo, con
disciplina y perseverancia se podrá abatirla, auxiliados con las vacunas que
afortunadamente ya llegan a nuestro país, siendo una especie de luz al final
del túnel. El gobierno ha sido tajante al respecto: se protegerá a todos los
mexicanos. Incluso, si el sector privado quiere participar, no tiene obstáculos
para que intervenga y se sume a la gran tarea de someter esta terrible
calamidad. Junto a tal tema viene el vigorizar totalmente la estructura del
sector salud, a efecto de cumplir el mandato constitucional del derecho a la
asistencia universal, es decir, brindar servicios médicos completos a toda la
población.
Día a día
debemos nacionalmente redoblar esfuerzos y de esa manera tales adversidades y
atrasos serán superados. Lo mismo podemos decir de la situación económica, que
iniciando con los quebrantos que generó el año pasado ahora se agregan a la
problemática de la cuesta de enero. En
este frente, es alentador que para diciembre pasado ya se hayan recuperado
cerca de diez millones de personas trabajando (9.9 millones dice el INEGI),
pues la población económicamente activa (PEA), en relación a los doce millones
que en abril se habían perdido, era de 55.6 millones: así las cosas, el
porcentaje del desempleo se situó en 4.4%. En cuanto al empleo formal, en
números redondos, del millón de plazas perdidas se recuperaron 900 mil, afirmó
el presidente. Los datos no son para echar las campanas a vuelo, pero sustentan
una recuperación alentadora.
Un problema
sobre el empleo es que la informalidad alcanzó la cifra de 29.8 millones de
personas, que viene a ser un elevado 56.3% de la PEA. A esto se suma un 15.9%
de subocupados, individuos que, si bien tienen empleo, buscan un complemento
laboral. Ambos renglones tienen de donde vivir, empero se debe disminuir su
número, lo cual debe suceder a partir de este año. Anualidad en que se
robusteció el salario mínimo con un 15% general, incluyéndose en el sistema de
zona libre a la frontera sur de la República, tratamiento que solo recibía el
norte del país. Esta medida, congruente y de estricta justicia, le dará
evidente impulso a la economía de las Entidades federativas que limitan con
Guatemala y Belice, regiones más atrasadas que las del extremo norteño.
No podemos
soslayar el grave asunto de la inseguridad pública, en la cual se incluye la
violencia, la delincuencia organizada y la impunidad. En este capítulo la
exigencia ciudadana es irrestricta: anhela vivir con paz y tranquilidad. Sobre
esto existe una Estrategia Nacional de Seguridad, por medio de la cual se debe
atender tanto las causas que generan la violencia como el crimen organizado,
cuyos hechos sacuden a la comunidad constantemente.
En esa táctica
debe incluirse la participación del pueblo, principal afectado, y desde luego,
que actúen coordinadamente los órganos del gobierno, comprendiendo en esa ligazón
al gobierno federal como primordial responsable, y a los órdenes de gobierno
estatal y municipal. Para ello es trascendente funcionen eficazmente en Estados
y Regiones, las Mesas de Trabajo del ramo, conformadas con representantes de
cada esfera gubernamental, y el concurso sustancial de la Guardia Nacional,
además del apoyo cuando se requiera, de las fuerzas armadas. En estas
diligencias, las Fiscalías tienen específicas obligaciones pues de no
cumplirlas, se echaría por la borda el trabajo de la prevención y persecución
de los delitos.
Por cierto, en
esa lucha jamás deberá olvidarse el respeto a las garantías constitucionales o
en pocas palabras, a los derechos humanos, ambos aspectos tan vapuleados
anteriormente. De allí que el diálogo y la corresponsabilidad siempre habrán de
estar presentes, así como la Protección Civil dentro de ellas. No se debe dejar
a un lado a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) ya que el poder
económico de las mafias que azotan al país es inmenso, y debe combatirse a
fondo.
La Secretaría
de Seguridad Pública federal ahora está en manos de una mujer (Rosa Icela
Rodríguez Velázquez) quien expresó: “la propuesta rompe esquemas por ser la
primera vez que un Presidente se atreve en confiar en las mujeres para atender
esa, que es la principal demanda social”; agregó que no desconoce el ramo y que entiende que “no
se trata de ganar una guerra, se trata de ganar la paz”, a efecto de tener un
país en donde podamos vivir con tranquilidad.
Finalmente,
hemos de mencionar el aspecto político: es incuestionable que la nación está
polarizada; los grupos y partidos se aprestan para la gran jornada electoral
del 6 de junio venidero, visualizándose dos formidables alianzas: la
autollamada “Va por México” que aglutina a los adversarios de la Cuatro T (o
sea de AMLO) y los que apoyan la denominada Cuarta Transformación, que juntos
buscan “hacer historia”, es decir los que respaldan al presidente. En la
primera formación se atrincheran los disminuidos panistas, el priismo irredento
y los restos insepultos del perredismo, a los que se les sumaron empresarios
radicales y dizque intelectuales exorgánicos. En la segunda liga se alinean los
mayoritarios miembros de Morena, con sus tradicionales seguidores del petismo y
la poca recomendable adición de los convenencieros verde ecologistas.
Ojalá que todo
se decida democráticamente y las campañas sean reflejo de las esperanzas
renovadas de tener un año 2021, con paz y orden.
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