Víctor
Hugo Prado
En
estos momentos, hay que decirlo, México es un país devastado por la pandemia
que suma ya casi millón y medio de contagios y poco más de 127 mil fallecidos,
ante ello la vacuna representa la mejor inversión para contener primero los
fallecimientos crecientes, luego las hospitalizaciones que rebasan la capacidad
de los nosocomios y después el retorno a una normalidad económica, social y
educativa.
Mientras
que ya sabes quien afirma que fue un milagro tener en tiempo inusitado la
vacuna contra la COVID 19, quienes al menos tenemos una noción de ciencia,
sabemos que fue un logro de científicos, academia, empresas y gobiernos.
Los
grandes retos ahora estriban en establecer los acuerdos con las empresas
generadoras de las vacunas para la compra, distribución y aplicación de la
vacuna, algo nada sencillo. Ello implica
blindar a la población frente al virus de la pandemia que deberán asumir el
gobierno federal, los estatales y la iniciativa privada, el despliegue
logístico no tiene proporciones comparativas.
Con la
vacunación de los profesionales de la salud, la lentitud del proceso, los
vicios observados en el orden de aplicación nos dicen que la prueba piloto no
está dejando la mejor experiencia. Y no
se ven estrategias de cómo se va a atender, de entrada, a los 25 millones de
personas mayores de 50 años para que, como lo afirma el presidente, serán
vacunados con la vacuna China Cansino antes de que concluya marzo.
Si
a los retos de contener la pandemia y desplegar el plan de vacunación le
sumamos, el regreso a la formalidad miles de empresas y millones de empleos
afectados con la brutal caída del Producto Interno Bruto, la inseguridad y la
presencia del crimen a lo largo y ancho del país, el regreso a clases para no
heredar una generación de niñas, niños y adolescentes con irrecuperables
carencias de aprendizajes en el ámbito de las disciplinas que les permiten la
explicación del mundo y sientan las bases para la convivencia humana y la
inserción en los ámbitos laborales. Si a ello le sumamos la elección federal y
locales concurrentes en puerta que polarizará aún más a la sociedad, el 2021
que está iniciando se avizora complejo.
Obligados
estamos a enfrentar el año y sus grandes desafíos a con planes sistemáticos,
con responsabilidad, dedicación, profesionalismo y sobre todo congruencia entre
lo que se dice y lo que se hace.
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