Sandra
Gómez
Estimado
lector, inicie este año 2021 contándose a sí mismo una nueva historia. Pocos
conocen la Terapia Narrativa, pero se ha usado desde hace años, tanto por
especialistas como por quienes no lo son. Es tan sencilla que se le deja de dar
su VALOR. En la siguiente historia
encontrara ejemplos de su uso y algunas estrategias para que usted como padre
y/o maestro pueda aplicarla con sus seres queridos.
Cuando
hablamos de Escuela para Padres (EP), es común escuchar que: “no se nace
sabiendo ser padre”, y que para ser maestro “basta con la experiencia que se ha
tenido como alumno para dar clases”; esto sería el equivalente a que “para ser
padre únicamente es necesario recordar cuando se fue hijo” y que “haber sido
alumno te hace ser maestro”. Quienes
leen y comentan son sin duda personas a quienes les interesa su formación como
padres y/o docentes, y en ese caso estarían de acuerdo conmigo que en efecto se
tiene un marco previo adecuado o no para ser padre y/o maestro; sin embargo, en
ambos casos es necesario no descartar la educación académica para aprender a
ser docente o padre.
Una
de mis propósitos como profesional de las Ciencias de la Educación es poder
llevar a mis lectores un poco de ambas escuelas, mismas que no se debieran
desvincular, y es aquí en donde apareció por primera vez la “Terapia
Narrativa”.
A
continuación, le presento un segmento del marco teórico que sustenta la tesis
doctoral Gómez-2019: << La Narrativa como Estrategia Didáctica. La
sensibilidad narrativa es ante todo sensibilidad literaria: básicamente se
aprende leyendo, aunque haya otras importantes formas de narración que la
educación tampoco debe descuidar, como la cinematográfica. Pero leer es una
actividad en sí misma intelectual, un esbozo del pensamiento, algo más
activamente mental que ver imágenes: después de la palabra oral, la voz escrita
es el más importante tónico para el crecimiento intelectual que se haya
inventado (Savater, 2004, p.140). Poder monitorear el discurso mental de los
estudiantes, debe ser usada como estrategia docente, dar seguimiento a todo lo
que verbalizan y/o escriben (Benegas; Verstraete, 2013, pp.10-15).
Hablando
del cerebro y el lenguaje, Howard. Gardner escribe que los futuros escritores
son los individuos en los que ha florecido la inteligencia lingüística mediante
el trabajo y que quizá también a través de la suerte del sorteo genético. Se ha
dicho de manera convincente que “el lenguaje escrito Cabalga sobre el lenguaje
oral (Chomsky, 1968)” y en estudios sobre el cerebro se señala que dependiendo
de la forma en que la cultura haya utilizado como código para la lectura y
escritura, esta se representara en ese sistema nervioso en particular. Además,
Gardner citando a Jean Paul Sartre escribe que la identidad se expresa a través
de la escritura (…), “Al escribir yo existía”, en la cita de Sartre se observa
el desarrollo de las habilidades lingüísticas, y completa escribiendo un
proverbio que dice “no debe pasar un día sin una línea” (Gardner, 2001, pp.
76-85).
Gustavo
Martín Vivaldi, escribe que narrar es algo tan personal que escapa de toda
didáctica (Martín Vivaldi, 1997, p.378); la idea anterior generó en su momento
como estrategia didáctica de la materia de Comunicación Oral y Escrita (COE) que
los alumnos, narraran en un diario cada clase, rotando el cuaderno de tal forma
que cada uno de ellos lo hiciera por lo menos tres veces a lo largo del
semestre. Algunas narraciones pareció que usted está viendo “la clase”, el buen
narrador es entonces todo un artista; pero como dice Martin Vivaldi, tiene
partes que se aprenden y otras que no se aprenden. Generalmente el desarrollo
de la habilidad para narrar requiere del conocimiento de por lo menos un método
(Martín Vivaldi, 1997, pp.378-379). Como todo arte requiere de un andamiaje que
se relaciona con saber darle un determinado orden a la acción o acciones que se
van a contar (narrar).
La
narración es una escena compleja y también un encadenamiento de escenas por lo
que también es una descripción, solo que esta habla además de las acciones de
aspectos internos; de aquí los diferentes tipos de narrativas que dependen del
énfasis ya sea en hablar de causas morales; los sentimientos; el carácter
(Martín Vivaldi, 1997, p.381).
El
storytelling se le considera una narrativa digital, como se revisó a lo largo
del taller y en coincidencia con Vivaldi, para ganar la atención del lector se
requiere de regular la atención a través de los tres principios siguientes:
extensión limitada, intensidad modulada y objetivo variado (Martín Vivaldi,
1997, p.385).
Los
elementos fundamentales de toda narración son: los tipos, la acción y el
ambiente (Martín Vivaldi, 1997, p.390). Asimismo, el diálogo de los personajes
es el eje de un narrador que debe saber darle sentido a aquello que desea
comunicar>> (Gómez, 2019; pp.84-86).
Usted podrá pensar: ¿Qué tiene que ver con la
Terapia Narrativa, el aprender a narrar y escribir? Permítame explicar, nuestro
cerebro se cuenta historias a sí mismo, y estas pueden o no ser reales; el cerebro
no distingue si solo es ficción o son hechos, de igual forma se angustia y
estresa por un hecho que paso (real) a uno que esta por suceder (imaginario).
La
tradición oral tiene un largo peso en los aprendizajes y en el andamiaje para
aprender a narrar. Nuestros abuelos nos contaron sus vivencias y con ellas nos
hicieron sentir orgullo de nuestras raíces, ese es un primer paso en la terapia
narrativa, identificarnos con alguien, el fuerte sentido de pertenencia,
sembrar la idea de crecimiento personal y como grupo/familia. Aprender a
trabajar las pérdidas humanas desde la narrativa y presentar las pérdidas materiales
que ellos afrontaron en su momento y/o que nosotros acompañamos/vivenciamos o
conocimos a través de sus narrativas.
La
recomendación basada en mi trabajo de investigación es que a través de narrar
las historias se desarrollan habilidades que nos dan fortalezas para el diario
vivir. El cerebro y el lenguaje están
ligados, si queremos niños que se puedan adaptar a los cambios y que sean
equilibrados emocionalmente, es importante dar valor a narrar historias dentro
del hogar y, en las escuelas es importante enseñar a escribirlas.
La
organización de las ideas se hace enriqueciendo el vocabulario; el vocabulario
se aumenta introduciéndole al menor a nuevos usos de las palabras; aprender por
contexto es una habilidad para aprender nuestra lengua y cualquier otra; para
esta actividad la lectura es una base sólida en ese andamiaje.
Se le
llama terapia porque se hace de manera intencional, provocando el cambio a
través de enseñarles a escuchar a otros y escucharse a sí mismos. Recuerda
poner a trabajar a su “Pepe Grillo”. Los hijos y/o alumnos no nos tienen 24/7,
esto quiere decir que desde muy pequeños deben aprender a confiar en su
“sentido común” que se amplía a través de la observación y puesta en práctica
de todo lo que han aprendido desde lo que escucharon o leyeron.
No deje
de contar historias reales, comparta sus experiencias y ofrezca con ello una
terapia que ayude al crecimiento personal y grupal de sus seres queridos. En
este 2021 es particularmente importante aprender a comunicarnos, esto requiere
aprender a escuchar a otros y confiar en lo que nuestro sentido común nos
dicta. Hasta la siguiente historia de vida, comenta, te escucho…Dra. Sandra
Gómez Patiño.
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