Mercedes
Imelda Avalos Ruiz*
La
adaptabilidad a las circunstancias actuales ha prevalecido en todos los
ámbitos, espacios, rangos y actividades. Algo que en situaciones ordinarias de
impacto más breve y menos afectación, no siempre valoramos o nos percatamos de
ellas.
Para
el logro de una adaptación adecuada, es importante rescatar todo lo que sepamos
sobre la inteligencia emocional, ya que su manejo adecuado, favorecerá el
desarrollo socioemocional de cada individuo, pero también favorecerá la
eficiencia en nuestras actividades y obtener mejores resultados.
En
el ámbito educativo, se ha presentado la necesidad de llevar a cabo una
modalidad de trabajo a distancia por los medios al alcance de cada docente, lo
solicitado por autoridades y los servicios comunicativos con que cada comunidad
cuenta.
Consecuente
al trabajo a distancia, hay casos de docentes que se han apoyado con los padres
de familia que son representantes de grupo, diseñando el docente algunas
actividades y se las entrega a este personaje y el resto de los papás de sus educandos
van por su respectiva copia a la casa del encargado de distribuirlas.
En
otros casos, hacen sus actividades y de manera directa algún familiar del
educando va por ellas a la casa del profesor o a donde los citen para dicho
efecto.
Con
un poquito más de tecnología, algunos docentes han formado sus grupos de Waths
App, con los padres de familia de sus pupilos y con audios, imágenes,
videollamadas, fotografías, reuniones virtuales o textos, dan instrucciones
sobre lo que deben hacer los pequeños y ya realizadas las actividades, envían
fotos como evidencias de nuevo al docente.
Algunos
educandos afortunados, cuentan con el acompañamiento y paciencia permanente de
sus papás o algún otro familiar cercano; pero en muchos casos no sucede así, ya
que no hay coincidencia temporal, es perceptible la carencia de recursos y
conocimiento para trabajar de manera colaborativa con el docente y
lamentablemente en varios casos, el padre o tutor ha decidido que su vástago
mejor pierda el ciclo escolar, ya que ellos deben trabajar y no hay quien apoye
al pupilo y, en el caso en que contaran con medios o tiempo para el apoyo que
el menor requiere para su aprendizaje y tareas, los progenitores no tienen los
fundamentos para guiar la realización de la actividad. Situación lamentable
para el menor, pero entristecedora para los docentes, ya que resulta muy
difícil querer apoyar a “sus niños”, teniendo tantas cosas de su vida personal,
profesional y laboral por atender.
Pareciera
que no le afecta tanto al educador la postura q asuma el padre de familia; pero
es de comprender que sea frustrante que el niño no reciba ni el apoyo
indispensable para cumplir con sus tareas o actividades de estudio, lo cual
nulifica su esfuerzo y dedicación. Pero, al mismo tiempo resulta muy complicado
querer solucionar la situación de cada educando más la vida propia; muy
lamentable, si, pero también, sucede esto por la falta de concientización sobre
la responsabilidad y disponibilidad que debe tener cada participante en estos
ciclos o grupos de estudio a distancia.
En
algunas comunidades en que no se cuentan con los servicios que ofrecen las
redes, los maestros acuden a la escuela, haciendo adaptaciones a sus
actividades; entregando tareas o actividades para que las realicen en casa y en
algunos casos han tenido la osadía de atender a sus grupos en equipos pequeños
y por lapsos de una o 2 horas para cada equipo.
La
atención que los profesores deben ofrecer para el trabajo a distancia, les
resulta absorbente y generalmente se realiza con recursos propios, combinando
con las actividades del hogar, la atención a sus hijos, las tareas de estos
mismos y todo lo que implica la vida familiar y laboral, conjugadas en un mismo
tiempo y espacio.
Se
ha ido favoreciendo y aplicando la adaptabilidad a las circunstancias que se
viven, lo mismo que cuando ha sucedido un temblor o alguna otra situación que
nos hace salir de la normalidad y aparente comodidad en la que se supone que
estábamos inmersos y sin valorar sus bondades.
En
muchos de los participantes e interesados en la educación, nos queda la duda de
cómo se podrá recuperar tiempo y nivel educativo, después de estos diversos
intentos de educación a distancia. No sólo en situaciones como la que nos
acontece en el presente momento, sino en las que se pudieran presentar en lo
sucesivo, con más o menor impacto, deseando que todo resulte de la mejor
manera.
*Asesora en el Centro de Actualización del
Magisterio.
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