El
Volcán/Sader
Ya está
en marcha la temporada de la flor de nochebuena, el regalo mexicano al patrimonio
botánico internacional y que se ha adoptado como emblema del tiempo navideño en
diversas culturas del mundo. La floricultura jalisciense también participa con
una oferta que realizan los viveros establecidos, tanto mayoristas, como de
pequeña escala.
El
director de Fomento Hortofrutícola de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo
Rural (SADER Jalisco), Néstor Olivares Mora, expresó que afortunadamente esta
flor se produce con muy buenos niveles de tecnificación de parte de los
viveristas y que como producto tiene normalmente una buena demanda, tan es así
que se recurre a plantas de otras entidades para completar la oferta
comercializable.
A
su vez, el viverista Víctor Mayagoitia detalla que, en el caso de la Región
Centro de la entidad, se tiene el establecimiento de 120 espacios de producción
de esta flor, lo que incluye grandes y pequeños viveros que en total aportan en
forma estimada 2.2 millones de flores para la temporada de consumo de esta
flor.
Estos
viveros se ubican en los municipios conurbados de Zapopan, Tlaquepaque,
Tlajomulco y Chapala, entre otros. Ahí se producen distintas variedades de la
planta, desde las pequeñas dimensiones, hasta las de tamaño jumbo.
Mayagoitia
resaltó que esta planta tiene una gran relevancia económica, comenzando por la
generación de empleos, dado que su cultivo se empieza desde mayo y los viveros
mayoristas realizan propagación del material vegetativo a lo largo del año para
servir de proveedores a los pequeños.
Además
de que es una planta muy exigente en su cuidado, dado que, si hay una nutrición
deficiente y se atrasa su floración, el vivero afectado se puede quedar con las
plantas y con sus consecuentes pérdidas por no venderlas.
Si
un vivero no vende su producción al término de la primera semana de diciembre,
entonces debe proceder a vender a precios de remate. La fecha guadalupana del
12 de diciembre es la última opción para venderlas a precios de menudeo.
Destacó
que actualmente haya grandes expectativas por parte de los viveristas para
lograr buenas ventas de nochebuenas para capitalizarse, no obstante que el cempasúchil
este año no tuvo el impacto positivo de otros años por el efecto de la pandemia
que trajo consigo muchos obstáculos, como el cierre de los panteones.
La flor
de Nochebuena o Cuetlaxóchitl (flor de pétalos de cuero) es un cultivo
originario de México, cuya producción en la época prehispánica tenía usos
ceremoniales y medicinales.
El
viverista trajo a colación que el hecho de que el primer embajador de Estados
Unidos en México, Joel Roberts Poinsett, se haya llevado plantas de nochebuenas
a su país, supuso la difusión de esta especie en todo el mundo, como se
constata actualmente con su producción en Norteamérica y toda Europa.
Citó
que el vivero líder en el mejoramiento genético de esta planta se ubica en
Encinitas, California, el cual cuenta con dos mil variedades registradas de
esta especie (Euphorbia pulcherrima, su nombre científico).
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