Sandra Gómez
Estimado lector, revisando material en YouTube me
encontré con la siguiente publicación, que deseo compartir con ustedes. En
situación de crisis ¡todos somos importantes!; aprendamos de la historia y
demos valor a la LIBERTAD.
En tiempos de la Segunda Guerra
Mundial, se realizaron actos atroces en contra de muchas personas; hoy “sin
guerra”, se siguen haciendo, todavía hay personas con hambre, todavía existen
desamparados y sin hogar, todavía se ve la desigualdad entre quien carece de lo
más mínimo y quien desperdicia lo que otros necesitan, llámese agua, comida,
salud o libertad. Me pregunto entonces: ¿Para qué son las clases de historia?,
¿Qué material debemos compartir con nuestros alumnos?; ¿Qué es significativo
para ellos?; ¿Quién escribe la historia?; ¿Existe la libertad de expresión?;
¿Es más importante a un científico que un Papa?
A pesar de
haber leído de esos eventos de la primera y segunda guerra mundial, no fui
testigo y por lo tanto el significado que le otorgo a ese hecho histórico no es
el mismo, que el que le daría mi padre o alguna persona quien lo vivencio o se
lo conto alguien que lo presencio. A lo que quiero llegar es que los impactos
emocionales fijan los eventos en este caso hechos históricos. La historia que
llega a nosotros a través de los libros en muchas ocasiones está contada de tal
forma que es solo un hecho narrado desde la óptica nublada del autor. En esta ocasión
encontré un texto de Albert Einstein que me dejo una enseñanza, y por eso la
comparto; tal vez a usted maestro o padre de familia le sirva para sus clases.
Albert Einstein: “Siendo un amante de
la libertad, cuando llego la revolución a Alemania mire con confianza a las
universidades sabiendo que siempre se habían vanagloriado de su devoción por la
causa de la verdad. Pero las universidades fueron acalladas. Entonces mire a los
grandes editores de periódicos que en ardientes editoriales proclamaban su amor
por la libertad. Pero también ellos, como las universidades, fueron reducidos
al silencio, ahogados a la vuelta de pocas semanas. Solo la iglesia permaneció
de pie y firme para hacer frente a las campañas de Hitler para suprimir la
verdad. Antes no había sentido ningún interés personal en la iglesia, pero
ahora siento por ella un gran afecto y admiración, porque solo la iglesia ha
tenido la valentía y la obstinación de sostener la verdad intelectual y la
libertad moral. Debo confesar que lo que antes despreciaba ahora lo alabo
incondicionalmente.
Time Magazine,
23 de diciembre de 1940 (Einstein, 1940)”.
El Papa Pío XII
(1876-1958) en silencio ayudo a cientos de personas en situación de
vulnerabilidad, eso antes y hoy son las relaciones diplomáticas, Albert
Einstein se dio cuenta de que muchas fueron las personas quienes contribuyeron
a la libertad de otros sin pedir nada a cambio, no pidieron reconocimiento y si
ofrecieron incluso sus riquezas para ayudar a muchas personas.
Haberme encontrado con esta lectura
me trajo a este momento de la historia de nuestra comunidad; cada eslabón
cuenta, las cadenas de ayuda son importantes. En tiempos de pocos ingresos,
consume local; en tiempos de escuela virtual, aprovecha la oportunidad.
La libertad de expresión es un
derecho, escribir y compartir un oficio. Gracias por leer, opinar y compartir
lo que escribo. Dra. Sandra Gómez Patiño.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario