René
Chávez Deníz*
En
Tecalitlán existe un cerrito dedicado a la Santa Cruz y los tecalitlenses
acostumbran ascender a la capilla edificada en la cumbre del cerrito, en donde
desde hace ya muchos años se ha instituido como una visita obligatoria de los
habitantes subir y venerar la insignia de la cruz de dicha capilla.
Cuentan
nuestros ancestros que el Sr. Ireneo Muñoz originario de San Juan Espanatica de
la comunidad de Tuxpan, Jalisco tuvo la feliz idea de encender o iluminar por
las noches con “ocote “la vereda que lleva a dicha capilla.
La
iniciativa fue aprobada por el Sr. Cura J. de Jesús García de Alba en los
primeros meses del año de 1900.
Muchos
tecalitlenses continuaron la tradición de iluminar el cerrito de la santa Cruz
y entre los que destacan la familia Bernal quien tiene más de 90 años de llevar
a cabo esta actividad.
El
señor Lugardo Bernal Barajas a principios de los años 30´s dio inicio con esta
tradición, cuando en aquellos tiempos el camino se iluminaba los 365 días del
año, para ello se repartían los días entre familias tecalitlenses y así
mantener el cerro iluminado día y noche, a la familia Bernal en específico
desde entonces lo hacen el día 25 de noviembre de cada año.
El
señor Chuy Bernal comenta: “Al inicio prendemos las fogatas con ocote, al paso
del tiempo yo comencé a ponerle petróleo a los palos de ocote y así duraba más
tiempo encendidos, subía el ocote en burro hasta donde pudiera llega y de ahí
subíamos cargando el ocote hasta llegar a la cima del cerrito y ya con el paso
de los años se fue cambiando todo ya ahorita se prenden con botes, aserrín,
aceite quemado, diésel y un poco de gasolina”.
La
familia Bejinez Fregoso cuenta con 9 años realizando esta tradición todos los
12 de diciembre en el marco de las fiestas guadalupanas de esta población.
*Cronista
de Tecalitlán.
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