Daniel
Ochoa Ceballos
En México se tiene establecido un sistema
democrático como forma de gobierno, lo que significa que el poder es ejercido
por el mismo pueblo a través de mecanismos legítimos de participación en la
toma de decisiones políticas; esto con base a determinados principios básicos
como el de la Constitucionalidad, Responsabilidad civil, Valores democráticos
(como lo son libertad, respeto, tolerancia, compromiso y fraternidad) y la
Garantía de derechos.
Lo
anterior también garantiza por lo tanto que el pueblo tiene el derecho a
cambiar la forma de gobierno que mejor le parezca. Reza la canción de Mercedes
Sosa “cambia todo cambia” y si, cierto todo cambia en la historia de nuestro
país han ido sucediendo distintos hechos que han cambiado las condiciones que
prevalecían en determinadas épocas, como fue la llegada de los españoles y el
establecimiento de la Colonia, La Independencia, La Reforma y la Revolución.
El
país posterior a la Colonia adoptó un Sistema Democrático, como su forma de
convivencia de nuestra sociedad y de gobierno; posterior a la etapa
revolucionaria este sistema democrático estuvo marcado, por lo que conocimos
como el Régimen Priista, que si bien permitió la estabilidad del país y su
desarrollo, también estuvo marcado por ciertas prácticas y maneras de hacer
política que a muchos (como lo es a quien escribe estas líneas) nos
disgustaron, nos parecían injustas y que frenaban muchas situaciones y
libertades como lo era la libertad de expresión, sin duda hay una muy larga
lista de cuestionamientos que aquí podríamos señalar, pero solo quiero señalar
una cuestión que a mí siempre me incómodo y es la práctica del amiguismo y el
influyentísimo (una de tantas lacras del régimen anterior que señala nuestro
Presidente Andrés Manuel López Obrador) ya que estas prácticas limitan el
desarrollo de las personas, no valorándose por sus capacidades y relegándoseles
de alguna manera, en lo personal siempre he anhelado que todos tengamos las
mismas oportunidades, que a toda persona se le vea como igual y no discriminarle
de ninguna manera y en ninguna situación por la que estén pasando.
Cambio…
palabra tan utilizada en las campañas políticas, me recuerdan a Vicente Fox con
su lema “El cambio que a ti te conviene”, que pena que se mal utilice esta
palabra, porque ella encierra algo muy importante para toda persona, que es la
esperanza (estado de fe y ánimo optimista basado en la expectativa de
resultados favorables), que pena realmente que se traicione a las personas,
como lo fue con el Gobierno de Vicente Fox, donde nada cambio y de la misma
manera con el siguiente gobierno Panista de Felipe Calderón. Hoy con un
gobierno de distinto perfil, AMLO nuestro presidente, volvió a establecer en el
pueblo y con más fuerza la idea de un cambio, del cambio verdadero, por esa
razón y por lo que comento en las líneas anteriores, nuestro presidente está
muy comprometido con su pueblo, y con frecuencia dice “no les voy a fallar”
porque él tiene muy claro la enorme responsabilidad que se ha echado a cuestas,
por el significado de lo prometido políticamente.
Ahora
si sabemos que el compromiso que tiene el presidente para con el pueblo, ¿Qué
nos corresponde a nosotros? Aquí quiero citar unas frases: “Nadie hará nada por
México, que no hagamos nosotros”. “Nadie hará nada por Zapotlán el Grande, que
no hagamos nosotros”. “Nadie te da nada, hay que luchar e ir por ello”. Hoy en
estos tiempos de cambio, se busca establecer una democracia participativa,
donde también como pueblo nos hagamos responsables, nos organicemos, estemos
bien informados, para tener el conocimiento de las cosas, y participemos, no
esperando que otros vengan a resolvernos nuestros problemas. Si queremos
cambiar esta historia reciente de nuestro país donde han predominado una serie
de lacras para nuestra sociedad como lo es la corrupción, ¡pongamos nuestra
alma y partamos desde la colectividad para cambiar nuestra realidad¡ y desde
cada municipio hagamos patria interesándonos en el manejo de los recursos
económicos y públicos, para que se tenga un adecuado manejo y no permitamos más
abusos, ya que el fin último de los gobiernos y de la política es el bienestar
del pueblo el bien común.
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