Sandra Gómez
Estimado
lector a unas semanas de la Navidad, he leído muchos MEMES que nos piden ¡no
arruines la navidad!, cuídate del COVID-19 usa mascarilla y mantén la distancia
social, #quédate-en-casa; y también he leído respuestas como ¡no lo creo
madre!, son muy egoístas…
El hecho es que, en efecto, algunas personas nos
cuidamos, pero no existe una conciencia colectiva del cuidado de los demás,
incluso muchos dudan de que sea real el VIRUS; como dicen los expertos solo
cuando alguna persona muy cercana pasa por eso, empieza a creer. Si nuestros
líderes, no usan barbijo ¿porque lo voy a usar yo?
Existe evidencia de que en el aire existen toxinas y
las absorbemos por las vías respiratorias, por ejemplo, en el documental “El rastro de la materia prima” publicado
por DW en octubre del 2020, se explican las consecuencias en salud de
quienes viven en lugares con minas a cielo abierto en América del Sur. Las consecuencias en la salud de los
habitantes, a cualquier edad, desde la mujer gestante, los niños y los adultos,
tienen altas concentraciones de plomo en la sangre, mercurio, potasio y
arsénico, son solo algunas de las toxinas que tienen.
El agua en esas comunidades ha sido contaminada debido
a los desechos sin tratar que se “tiran” al río. En los niños en edad escolar
se ve reflejado en falta de concentración y cansancio en exceso; asimismo, su
desarrollo físico se ve mermado y son demasiado flacos, su cuerpo no es
resistente, en esas áreas a 5000 metros de altura, solo hay basura, no crecen
los árboles, y las personas están ahí por el oro que podrían obtener de los
residuos de las minas. En esa región de Perú el clima es extremo en la noche
baja la temperatura a puntos de congelación. En esos lugares no se respeta la
ley, y por ese desorden mueren muchas personas incluyendo niños. Las
concentraciones de gases dentro de las minas es una de las razones de la
pérdida de vidas.
Ahora permítame relacionarlo con los VIRUS, estos
viajan en el aire, se introducen en nuestro cuerpo al respirar sin un filtro.
Algunos mineros enferman y mueren poco a poco, esto depende de las horas en que
han estado expuestos a esos gases tóxicos, en los casos en que se quedan sin
ventilación y no pueden ser rescatados es inevitable su deceso.
Existen legislaciones ambientales, existen leyes y convenios
internacionales que hablan de la calidad del aire que debe ser respirable,
existen semáforos como los que hay en Ciudad de México para avisar cuando no
debes hacer ejercicio al aire libre debido a la calidad del aire; en fin … en
papel está escrito, hay investigaciones que respaldan las sugerencias, pero
¿qué pasa con la gente?, simplemente no quiere cuidarse y se ofende si se
tratan de hacer valer las leyes.
La libertad, Oh gran palabra; los derechos, los
deberes del estado para cuidarnos y proporcionarnos bienestar. En efecto
es un derecho el tener servicios médicos y en consecuencia tener a quienes
cuiden de nuestra salud, ¿pero porque enfermarnos, si nos están diciendo como
cuidarnos?, aquí empieza el valor de la libertad de elegir si me cuido o no.
Aprendamos a vivir con menos, mucho de lo que tenemos
no lo necesitamos, son bienes que creemos nos dan “estatus”, pero se ha
preguntado ¿si realmente vive mejor?, es decir con esas posesiones obtiene un bienvivir.
El mayor de los BIENES es la salud.
En tiempos como el que vivimos con la presencia de un
VIRUS letal, al que todavía no se ha podido detener, es importante actuar
basados en los conocimientos que nos proporcionan los investigadores. Debo
poderme adaptar a salir de casa con las nuevas normas, organizarme con
algún familiar para ir por alimentos el menor número de personas y el menor
número de veces, llevar una lista, planear mi quincena y adaptarme con creatividad
a hacer las más saludables comidas.
Salvemos la Navidad… ¡si se puede! si todos
participamos cuidándonos a nosotros mismos y a quienes amamos.
Comenta, comparte y piensa en que somos privilegiados en vivir en una zona en donde hay comida, paz y libertad; cuidemos nuestro MUNDO, aprendamos a vivir con menos cosas materiales y más sentido común. Hasta la próxima historia de vida. Dra. Sandra Gómez Patiño.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario