Un
momento por favor
J.
Jesús Juárez Martín
Una
mirada retrospectiva a los pasados sucesos de los meses de octubre en Zapotlán
el Grande, son referentes para ubicarnos en estas Fiestas Juramentadas al Sr.
San José del 2020 y al cumplimiento agradecido del pueblo que pregona el
Patrocinio y cuidados del Patriarca para esta población y alrededores.
La celebración de estas fiestas sin reparto público y por las calles de programas, conocidos como “décimas” en el último domingo de septiembre como es la tradición, se han iniciado con el novenario a la Virgen del Rosario y continúan con suspensión de peregrinaciones, serenatas, quema de pólvora; la Familia Sagrada de Zapotlán no saldrá de Catedral, no habrá Carros Alegóricos, no visitará el día 23 a la Mayordomía, ni pernoctará en su domicilio la Familia Sagrada de Zapotlán. La Feria de Ciudad Guzmán simultáneas a las celebraciones Josefinas, también se suspenden, así como recibimientos, festejos taurinos y los carros alegóricos al Señor José, para proteger la población en el afán de superar al COVID19.
A
la llegada de los españoles y la derrota de los aztecas en Tenochtitlán en
1521, los españoles se esparcieron con las alianzas de los pueblos vencidos,
hacia el Océano Pacífico así llegaron a fundar Colima y con ello a esta región
donde ya sometidos los vulnerables pueblos; vencidos los purépechas. Los
pueblos prehispánicos eran independientes con fricciones por diversas causas,
no formaban un frente común, sus problemas los mantenían en tensión y
vulnerables sus pueblos, Alonso de Ávalos con su avance hacia el Sur de lo que
hoy es Jalisco, se constituye la Provincia de Ávalos, muy cercana a esta
región.
La
región de Zapotlán el Grande fue
transitada por Cristóbal de Olid
y Juan Rodríguez de Villafuerte, de 1521 a 1522, enviados por Hernán Cortés para explorar la región de
Coliman, posteriormente con la llegada de los misioneros se hizo la fundación
novohispana de esta población entre los tres asentamientos indígenas, una en
el arroyo de los Guayabos, otra por Chuluapan, y comentaba don Juan S,
Vizcaíno que el tercero fue un lugar donde había agua para su subsistencia, la población
primitiva llevaba el nombre de Tlayolan “Lugar de mucho maíz” o
“Tzapotlan”, “Lugar de frutos dulces y redondos”. Entre la rivalidad de
los purépechas y los colimotes, estos pueblos vivían con cierta autonomía, al
llegar los misioneros se realizó la fundación novohispana por Fray Juan de
Padilla el 15 de agosto de 1533 entre
los núcleos de la población primitiva en lo que ahora ocupa el Portal de
Sandoval y el Obispado con el nombre
segundo del lugar: Pueblo de Santa María de la Asunción de Tzapotlán,
posteriormente en el siglo XVIII la autoridad empleó el nombre de Zapotlán el
Grande, para señalarlo de otras poblaciones. En el año de 1856 con la lucha de
Conservadores y Liberales, el Gobernador de Jalisco Santos Degollado, decide
significar al Insurgente Gordiano Guzmán muerto en 1854 en apoyo al Plan
liberal de Ayutla y renombra a Tamazula:
Tamazula de Gordiano y a Zapotlán el Grande, como, Ciudad Guzmán, una decisión
rechazada por la población, pasó el Imperio de Maximiliano, el Porfiriato, la
Revolución, la Cristiada y en ella se perdió la vida del Padre Sedano, entre
muchos otros y los 25 mártires ya honrados. Pero... ¿Qué tal Zapotlán de Orozco? Sin apoyo
político fue perseverante la petición... En 1995 hay alternancia gubernativa
estatal y el Congreso en 1997 da un fallo salomónico, la cabecera municipal es
Ciudad Guzmán y el municipio es Zapotlán el Grande y ya con una Diócesis de
Ciudad Guzmán regional de 15 parroquias desde 1972.
Con
relación al origen de las sagradas imágenes veneradas en esta región, nos dice
la tradición que un arriero viajaba por el Camino Real a Colima llevando una carga en cajas voluminosas, llegó a la
posada de la Cofradía del Rosario a unos
12 km. de Zapotlán, el arriero encargó animales y carga y como el señor no regresaba, abrieron las cajas y con
sorpresa, descubrieron dos esculturas de excelente manufactura, representando
al Señor San José y la Virgen María, esperaron que alguien las buscara, luego
se dio aviso al Sr Cura de Zapotlán Fray Antonio Caro, Superior de la Comunidad Franciscana, que
llevó a su localidad las esculturas con devoción y formalidad.
La
población recibe las dos imágenes con fervor, en especial al Señor San José, una región poblada que
había sufrido desde siempre sismos, erupciones volcánicas, inundaciones,
diversos fenómenos naturales y confiaron al Señor San José, la protección de
sus comunidades, lo proclamaron “Patrono
y Protector” a Señor San José contra las calamidades, y se le prometió lealtad
y veneración. (Continuará)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario