Homenaje a Margarita Palomar, 2010. |
Jorge
Mauricio Barajas Pérez
Margarita
Mendoza Palomar, poetisa y escritora, fue homenajeada en Zapotlán el Grande, su
tierra natal, en septiembre de 2010. Diez años antes, su madre, también
escritora, Margarita Palomar y Arias había sido elevada en vida, a la categoría
de "Hija Ilustre de Zapotlán".
Margarita
Palomar y Arias nació el 6 de junio de 1902 en la hacienda de Cofradía de
Nuestra Señora del Rosario, vecina de la laguna de Zapotlán. La misma donde,
según la tradición, poco más de dos siglos antes habían llegado traídas por un
misterioso arriero que ahí pernocto, las esculturas de la Virgen y Sr. San
José, proclamado Santo Patrono de Zapotlán el Grande desde 1747. Huérfana de
madre cuando aún lactaba, creció bajo el cuidado de su padre don Carlos Palomar
Calvillo y de su tío Juan Evangelista, hijos a su vez del empresario e
industrial, benefactor prodigo, comerciante sagaz, don José Palomar y Rueda, en
la citada hacienda, junto con sus seis hermanos.
A
los cuatro años fue enviada al Colegio de "las Damas" del Sagrado
Corazón ubicado en Hospicio 63, en Guadalajara. El Colegio que para entonces
tenía diez años de haberse establecido era obra de las gestiones que su tía
Concepción Palomar y García Sancho de Corcuera había realizado personalmente
con doña Carmen Romero Rubio de Díaz. Interna en el Colegio mostró una
habilidad innata para escribir. En 1914 al ser clausurado el Colegio que
atendían las religiosas de la congregación de las Siervas de María, Margarita
regresó a la hacienda de Cofradía del Rosario. Mientras su hermano mayor Juan
Evangelista, era enviado a estudiar a Lovaina y fallecía Julia, su hermana, de
tan sólo 18 años de edad, Margarita pasaba las interminables horas en los
límites de la hacienda escribiendo. Su tío Juan, que permaneció soltero y que
al igual que su padre, se había educado en Bélgica sólo le hablaba en francés y
la llamaba "Margot". Enviada al Colegio del Sagrado Corazón en la
Ribera de San Cosme en la Ciudad de México, regresó en 1920 con un Certificado
de Bachiller en Humanidades. La hacienda para entonces se encontraba en
condiciones lamentables. La lucha revolucionaria había dejado sus huellas
permanentes en cada rincón de la casa grande y en las tierras abandonadas sin
cultivar. Pesaban sobre ella las hipotecas y un proceso de repartición de
tierras. Don Carlos Palomar Calvillo murió en 1922. Y entonces, cosa del
destino, conoció a don Albino Mendoza Ochoa.
Don
Albino Mendoza Ochoa nació el 23 de julio de 1883, nieto de don Albino Mendoza
Mendoza, rico terrateniente de Zapotlán, hijo de don Rafael Mendoza y de doña
Rosa Ochoa dueña de los enormes potreros de Santa Rosa al poniente del pueblo
donde a inicios del siglo XX se construyó la estación del ferrocarril de
Zapotlán. Don Albino de 41 años y Margot de 22 se casaron el 20 de junio de
1924 en Guadalajara. En 1918 su hermano el futuro Ing. Juan Evangelista Palomar
y Arias, homónimo de su tío, se casó con Genevive Loriot de quien enviudó en
1927, y su hermana Ma. Dolores con don Guillermo Valencia de quien enviudó a
los dos años.
Don
Albino, inmensamente rico, como dicen era, adquiere la antigua casa de los
Sánchez Aldana en Zapotlán para vivir con su joven esposa y su madre viuda.
Doña Margot, como fue conocida, transformó la casa de la esquina oriente del
portal que ve de frente al enorme jardín zapotlense, en la espléndida
residencia que aún hoy en día permanece en pie, señorial y exquisita.
Margarita
Mendoza Palomar nació en Zapotlán el Grande en una tarde de otoño de 1934.
Heredó la clase y el garbo de su madre. El amor por las letras y la cultura.
Doña Margot fue una incansable promotora de las artes en Zapotlán. Miembro de
los grupos culturales formados a mediados del siglo pasado, fue el mecenas que
hizo posible que Pablo Neruda viniera a Zapotlán en la primavera de 1941. Bajo
su patrocinio se donó el terreno donde se construyó el Colegio Cervantes de los
Hermanos Maristas. Viuda, decide radicar en Guadalajara sin perder contacto con
las múltiples amistades que cultivó en Zapotlán. En 1999 el Gobierno del Estado
de Jalisco publica su libro “Pastorelas”, donde rescata esta hermosa tradición
zapotlense. Ello le valió el mayor reconocimiento otorgado por la Ciudad a sus
hijos esclarecidos. En 2001 a punto de cumplir 100 años de edad se le elevó al
rango de Hija Ilustre de Zapotlán.
Por
su parte Margarita Mendoza Palomar publica en 2003 su libro de poemas "El
sol de la noche", "Luz de patio" en 2004, "De sol y de
niebla. Y la otra orilla: relatos de campo" en 2007. En 2008 publicó
"Semillas de agua y luz", "Deshielo" en 2009 y en 2010
"Veneros". En ese año de 2010 se le realizó público reconocimiento
por su labor literaria en su tierra natal. Falleció a los 82 años en 2016.
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