Víctor
Hugo Prado
Mientras
que en el escenario público está el distractor debate relativo a si se lleva a
cabo o no una consulta innecesaria y costosa cuyo resultado decidirá llevar o
no a juicio a los expresidentes, cuando en la ruta corta está que se lleven sin
encuesta, basta la denuncia ante la autoridad competente, en México
recientemente se votó en la Cámara de Diputados la extinción de un centenar de
fideicomisos que le permitirá al gobierno federal contar con unos cien mil
millones de pesos más para afrontar lo que resta de este año y lo que sigue en
2021, perfilándose este último como uno de los peores años en la historia
económica del país.
Los
recursos de los fideicomisos que desaparecen, harán falta, sin duda. De acuerdo
con un artículo de Roberto Breña publicado en la revista Nexos, 65 de los
fideicomisos, son fondos de investigación en los que está implicado el Conacyt,
cuyos beneficiarios en última instancia son miles, o quizás millones, de
mexicanas y mexicanos. En la afectación hay cuestiones como la sustentabilidad
energética, el medio ambiente y el desarrollo social; así como temas de género,
pobreza, salud, seguridad social y agua.
En
un segundo grupo de fideicomisos cuya supresión aprobó la mayoría de Morena y
sus aliados en la Cámara de Diputados, 26 que corresponden a los Centros
Públicos de Investigación que dependen del Conacyt que, a decir de Breña, llevan
a cabo una parte importante de la mejor investigación y de la mejor ciencia que
se hace en México.
Si
a los 65 fondos anteriores sumamos estos 26, tenemos un total de 91 que
dependen de una u otra manera del Conacyt, que por cierto la postura
institucional fue callar ante el desmantelamiento de la investigación
científica en México. Continúa Breña ¿Es
que todos son inútiles? ¿Es que todos son corruptos? ¿Es creíble que la
entidad responsable de la ciencia, la tecnología y las humanidades en este país
haya estado tirando dinero a espuertas durante años, lustros y décadas?
De
los restantes 17 fondos y fideicomisos que faltan para completar el total de
109, algunos de ellos se ocupan al cambio climático, defensa de los derechos
humanos de los periodistas, desastres naturales, financiamiento rural, deporte
de alto rendimiento, cine y exmigrantes. La lista de los 109 fideicomisos se
completa con un mandato sobre cooperación energética con América Central y el
Caribe.
Digamos
claro, no es verdad que los fideicomisos desaparecen para acabar con la
corrupción y limpiar a los aviadores que pudieran existir en
ellos. Desaparecen porque el gobierno necesita y usará esos recursos para sus
propios programas y ya no tiene de dónde sacar dinero porque el Fondo de
Contingencia Económica ya se gastó desde antes de la crisis sanitaria. Queda
claro también, que a este gobierno no le importa la ciencia.
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