El
Volcán/Sader
Las
flores de corte producidas en Jalisco que se requieren para los adornos de
altares y tumbas por la festividad del Día de Muertos, se muestran en estos
días de las festividades del Día de Muertos.
Las
tradicionales flores de cempasúchil y cordón de obispo, de gran demanda en
estas festividades de los difuntos, tienen su origen, tanto en pequeñas
plantaciones de varios municipios conurbados, como en viveros de gran
tecnificación, como los que se tienen en el municipio de Tlajomulco, por citar
un ejemplo.
Al
respecto, el director de Fomento Hortofrutícola de la Secretaría de Agricultura
y Desarrollo Rural (SADER Jalisco), Néstor Olivares Mora, expresó que hay un
gran potencial para la floricultura en el campo jalisciense, dado que se cuenta
con microclimas muy propicios para distintas especies de flores (tanto de
climas templados, como tropicales), además de un gran mercado interno para su
consumo y la cercanía con Estados Unidos para exportar.
El
funcionario estatal indicó que afortunadamente este sector registra un
crecimiento muy dinámico en varias regiones de la entidad.
Como
muestra citó la producción en invernaderos en varias localidades cercanas a la Zona
Metropolitana de Guadalajara, además de la producción de follajes de helechos
en Atoyac, cuya empresa productora ha tenido una notable actividad exportadora.
A
propósito de la demanda de flores para el Día de Muertos, la población de San
Gaspar, municipio de Tonalá, ha sido tradicionalmente un sitio de abasto del
mercado tapatío en los citados festejos.
Los
floricultores Cristina Casillas Gutiérrez y José González, refieren que, desde
sus ancestros, familiares han incurrido en la producción de flores en sus
huertas, donde cultivan varias especies de acuerdo a las temporadas.
Detallaron
que desde inicios de agosto realizan el trasplante de las plantas de un
almácigo al terreno donde crecerá; mientras que la flor del cordón de obispo
requiere que su planta ya se instale en el mes de julio, porque tarda más
tiempo en crecer. También incluyen en su portafolio de flores más especies,
como los perritos, los claveles, alhelíes, pinceles, las nubes, las margaritas
y los pompones, entre otras que incluyen producción a cielo abierto y en
invernaderos.
Otro productor de San Gaspar, Sebastián Olivares, expresó que, en la producción de girasol, la planta de semilla híbrida le va ganado el mercado a la semilla criolla, dado que tiene más demanda por su mejor vida de anaquel, lo que es un punto muy importante en la comercialización. Añadió que otras especies que produce de acuerdo a las temporadas, son alcatraces y leticias.
A
pesar de la invasión de los fraccionamientos que han acabado con terrenos donde
había huertas florícolas, todavía hay unos 100 productores en esta localidad,
según refiere José González.
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