Muy apreciados lectores, muchos de nosotros tenemos
hermanos mayores, y así pocos pueden decir que sus hermanos mayores les
ayudaron con las tareas, y algunos menos pueden contar que sus padres estaban a
su lado para correcciones o explicaciones.
No sé, en que se basan las autoridades educativas para
delegar en los padres la función de “profesores”, si bien existe una situación
sanitaria particular, ¿En dónde está el plan de clases?; ¿Por qué creen que un
modelo de enseñanza con seudo-maestros va a cambiar y además ser positivo para
los alumnos?; me pregunto si es que algunos educadores piensan: si el padre no
puede, que lo haga el hermano mayor; o que tal la abuelita, alguien por favor
que le ayude (…)
Si se tiene la suerte de tener a alguien con la
paciencia y el conocimiento para apoyar, ¡qué maravilla! es un “ganar, ganar,
gana el alumno y gana quien enseña. Pero una situación así no es una regla,
sino una excepción; existen algunos estudiantes con esa ventaja y seguramente
algunos antes de la contingencia tenían a una persona de apoyo en casa; ¿Qué
pasa con quienes no tienen apoyo?
Caso #1: Conozco un caso con mi vecina quien es médico (32
años) y viuda, grita a sus niñas (6 y 8 años) y mi hijo me pregunta, mamá ¿no
creo así pueda aprender?, ¡pobre niña!; debo decir que en todos estos 9 meses solo
una vez la he escuchado, aun cuando mi hijo me ha reportado por lo menos tres
ocasiones. Sé que ella tiene que trabajar, es el proveedor de casa y su madre
la apoya con el cuidado de las niñas, y la abuelita también les grita…, más que
un estilo de crianza puedo aseverar que es una situación de falta de descanso y
estrés, generado por el “nuevo modelo educativo”. La madre de estas niñas si fue
una excelente hermana mayor, estudiosa y apoyaba a sus hermanos motivándoles,
incluso uno de sus hermanos es TDAH y ese fue uno de sus motivos para estudiar
medicina. No contare más de su vida porque es una novela dramática; solo
aseguro que es una buena mujer, preparada y ama a sus hijas. A lo que quiero
llegar es a ejemplificar, que sí esta situación se da en una familia con estas
características, ¿Qué puedo esperar de otras seudo-maestras?
Enseñanza entre pares. Algunos jóvenes son sin duda excelentes monitores, en
ocasiones únicamente hay que pedirles apoyo, si se les pide que ayuden pueden
enseñar a sus pares o a otros de menor escolaridad con excelentes resultados.
El enseñar a otros es el método mayormente comprobado de aprender sobre algún
tema, es a lo que llamo ganar-ganar; asimismo; es del conocimiento público que
al repetir varias veces los ejercicios unido a explicar a otros esta acción
“afianza” el tema. Además, enseñando a nuestros compañeros de clase se hacen
preguntas que generan respuestas (proceso mental) o más preguntas en quien
enseña, por lo que el desarrollo mental progresa. Otra forma de ver la
enseñanza entre pares es que el enseñar es hacerte preguntas que probablemente
nunca te hubieras hecho.
Si se tiene la fortuna de tener a alguien así,
aproveche la oportunidad y sensibilice al joven monitor de su labor, motívele y
apóyele con lo que necesite, de tal suerte que sea un ganar-ganar. En escuelas de nivel medio y superior se
piden horas de servicio social, esta actividad puede ser compensada con “horas”,
uno a uno o 2 a 1.
Los maestros cambian vidas y los alumnos cambian
maestros, en cualquiera de los niveles en que se encuentre quien enseña. Los
mejores cambios transcurren entre los intercambios de preguntas y respuestas;
estos cambios son la consolidación de los conocimientos transformándose en
aprendizajes significativos y trascendentales cuando se les encuentra un
sentido.
¿Se puede ser un buen maestro sin estudiar didáctica?, simplemente sí; pero no
te debes conformar con eso, si de verdad te gusta enseñar y tienes vocación de
servicio, debes estudiar didáctica a nivel profesional, conocer las áreas
teóricas y prácticas; además de muchas más materias que te ayudaran a ser un
maestro de excelencia. No es lo mismo dar clase, que ser un profesional de las
clases.
La mayoría de quienes dimos la primera clase sin haber
estudiado las Ciencias de la Educación, lo hicimos imitando a aquella maestra
con quien nos sentimos identificados y nos gustaba como daba la clase, la
admirábamos y desde luego reproducimos “ese modelo” de enseñanza. A eso le
sumamos, lo que no nos gustaba de otros maestros e intentamos mejorarlo, en
fin; todos tenemos un inicio con menor o mayor área de oportunidad para la
práctica y nos formamos a nosotros mismos. Cuando se hace una carrera como educador,
ese simplemente es el primer paso y existe un largo camino de enseñanza y
aprendizaje para ser el mejor “educador” que puedas ser, hasta llegar a ser
Investigar docente y poder compartir apoyado en experimentos científicos los
resultados de tus “puestas en escena” de clases modelo.
Hasta la siguiente historia de vida. No dejes de
enseñar y aprender, apóyate en esos alumnos quienes “brillan con luz propia”,
estimula y motívale, cada escuela debe tener incentivos para ellos. “La
educación es para siempre, cuando la incorporas a tu vida” (Uriegas, 2002).
Comenta, comparte y deja tu testimonio. Dra. Sandra
Gómez Patiño.
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