Sandra Gómez
Estimado
lector, en esta ocasión les voy a compartir una parte de mi historia de vida en
relación directa con dos psicólogos fuera de serie. Muchas veces he escuchado
que existen los ángeles en la Tierra y ellos sin duda tenían alas, hoy ambos
están en otra dimensión, pero a través de sus enseñanzas estoy aquí
compartiendo lo que aprendí y recordándoles para no dejarles morir.
Mi buen amigo
Sergio (psicólogo de la UNAM) un compañero y confidente que me tomo del brazo
para salir de mi perdida en el año 2000, y que hoy quiero recordar a un mes de
su fallecimiento, han pasado 20 años y mucho ha sido el camino recorrido desde
sus asesorías personales; y el sacerdote católico Salvador Romo mejor conocido
como el Padre Chava (psicólogo clínico) quien hace 18 años falleció.
Cuando el hombre o la mujer a quien amas, admiras,
respetas y esperas compartir tu vida con él o ella pasa a mejor vida, ¿Qué
haces?; ¿Cuándo se está preparado?, ¿A quién acudir por respuestas?, sin
duda los psicólogos especialistas en tanatología son los indicados.
Los psicólogos
cambian VIDAS, por tanto, debes escoger muy bien a quien lo das el permiso de
opinar sobre tus creencias, debes validar que esa persona comparta tus
valores y creencias para que sus consejos sean certeros. Recuerda la sabiduría
popular que cita: “No hay peor sordo que quien no quiere escuchar, ni peor
ciego que quien se niega a ver”; así que una persona que te conozca tiene una
buena oportunidad para darte un consejo. Esta persona te remitirá a algún
colega para dar seguimiento en caso necesario.
En psicología es así, no te sirve
alguien quien no te habla basado en hechos; debe ser una persona objetiva y
justa. Recuerda que la verdad es una percepción; los hechos no deben
interpretarse para el paciente, el psicólogo únicamente deberá ponerlos sobre
la mesa de negociación entre tus emociones y tus percepciones.
Me gusta la
frase de Niurka Marcos frente a su divorcio: “tu verdad y mi verdad”. Esta frase se la recuerdo a mis pacientes
y la cito con humor y sabor cubano, llevando a mis clientes a la conclusión de
que: “entre parejas están las verdades a medias con los filtros de valores de
cada observador participante”. Mientras el observador externo que es el
psicólogo, está entrenado para ver los hechos y puede ser objetivo en la
narrativa. En otras palabras: mientras que el observador participante empaña su
vista con su percepción, el limpia lentes es el psicólogo. Un psicólogo fuera de serie es el que para ti funciona, de no ser
así busca a otro profesional en caso de ser necesario.
Mi buen amigo Sergio me dejó grandes
enseñanzas que deseo compartir: cualquier espacio físico puede ser un
consultorio, si se tienen las habilidades del psicólogo, por ejemplo, la
escucha atenta, saber hacer preguntas, dar espacios para las respuestas
acompañados de silencios. Poder recomendar lecturas, poder citar casos
prácticos con relación a lo que estas compartiendo como por ejemplo personajes
de películas novelas, o series. No
saturar de información, y dar seguimiento puntual por teléfono, estar abierto a
que se comuniquen. La apertura, la confianza y la cercanía con profesionalismo,
sin invadir espacio y sin dejar de acompañar. No romper las conversaciones con
“límite de tiempo”, dejar que fluya en lugar de acotar el tiempo de la sesión.
Por otra parte, y no de menor
importancia es tener como confesor a un sacerdote con estudios de licenciatura
en psicología. Contrario a lo que muchos creen algunos de los sacerdotes tienen
además estudios de licenciatura y posgrados en diferentes áreas. En este caso
el Padre Chava era psicólogo, y un hombre íntegro y honesto. Se distinguía por
decir la verdad de frente y en consulta también era así. Tener un poco de su
tiempo a solas me fue difícil, pero cuando se dio, fue claro y directo. Me dijo
entre muchas otras cosas que las mujeres tenemos un gran valor, que las madres
nos podemos superar por esa fuerza que da la maternidad; concluyo diciéndome
¡No permitas que se limpien contigo!, lo que tiene muchas interpretaciones (…);
para mí fue retomar mi vida reaprender a Ser Independiente, el me inspiro y
recordó a quien debían ver mis hijos, me motivo a ser fuerte, diciéndome:
¡ahora eres padre y madre!, tienes mucho porque vivir y vivir bien, ¡eres una
buena mujer!, el no supo valorar lo que tenía en casa.
Ambos me citaron a su manera lo que llamamos
las etapas para cualquier perdida, estas son: la negación el duelo, la
aceptación, retomar el camino, cambiar de rumbo, crecer. Elegir crecer es un
arduo trabajo nadie puede hacerlo por ti. El sacerdote y/o el psicólogo
simplemente aconsejan el trabajo es individual.
Gracias Padre Salvador Romo y Sergio Farfán,
en paz descansen ambos no les olvidaré, ahora comparto en consulta y a través
de mis historias lo que me enseñaron cuando lo necesite. Gracias Dios por
permitirme conocerlos.
Si has tenido alguna perdida reciente, no
esperes más; busca ayuda psicológica. Si no es el especialista adecuado
para ti, cambia. Tu opinión sobre su trabajo profesional es importante, pero
más importante es que aprendas a preguntarte a ti mismo ¿porque estas en esa
situación? Los amigos son ángeles de una
sola ala, cuando él o ella nos abraza solamente debemos desplegar nuestra ala
para poder volar juntos; y a muchos
de ellos les llamamos FAMILIA.
Las pérdidas se disfrazan: puede ser
la muerte, el divorcio, el engaño en un negocio, el secuestro, la traición,
entre otras situaciones que ocasionan ese sentimiento de vacío, que en efecto
nunca será llenado por otra PERSONA. No hay sustitutos. Lo que debe haber en ti, es dedicar un tiempo para la reflexión y
aprendizaje; para no cometer el mismo error y salir fortalecido de la
situación.
Recuerda que el AMOR es un verbo de
acción, practícalo, muévete y busca a quien dar tu amor. Si algo he aprendido a
lo largo de mi vida es que el amor es un don que en tanto más des desde tu
interior, no se vacía, sino que se multiplica dentro de ti.
Comparte, comenta. Dra. Sandra Gómez Patiño. Hasta la
siguiente historia de vida.
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