Sandra Gómez
Estimado lector, muchos hemos escuchado del COVID-19;
aprendamos que significa y porque se reproduce en mayor cantidad entre las
personas de escasos recursos económicos.
Basada en el documental presentado el 12 de octubre
del 2020; “A más pobreza, más virus” del
documental publicado en YouTube por DW, unido a los comentarios y notas
periodísticas de diversas redes de comunicación, me permito presentar un relato
cuya intención es sensibilizar al lector de su ROL protagónico ante esta
enfermedad, basada en el conocimiento informado por los científicos.
COVID-19. Debe su nombre a las abreviaciones que se derivan del
idioma ingles que son: CO=Corona; VI=virus; D=Disease= enfermedad, mal, afección; diagnosticada en el año 2019.
En repetidas ocasiones hemos escuchado que la mejor
forma de protegernos de la trasmisión aérea del virus es utilizando un barbijo
que nos cubra totalmente la nariz y boca.
Asimismo, es muy importante para cortar la trasmisión del virus en las
superficies que incluye la piel y ropa es el uso de jabón.
Mi padre con frecuencia mencionaba que; “la pobreza no está peleada con la limpieza,
se puede ser pobre y limpio o, rico y sucio”. Así que la pregunta de: ¿A
mayor pobreza, más virus?, no es necesariamente cierta, pero sí existe una
relación directa con la forma de vida de algunas personas, quienes se bañan
poco por no tener acceso al agua y jabón.
Los virus tipo corona se pueden destruir con alguna sustancia
jabonosa, y para hacerla es imprescindible el agua, pero también se pueden
destruir con alcohol al 70%-95%. Como el que se encuentra diluido en
presentación de gel. Asimismo, existen aerosoles de marcas reconocidas que
pueden eliminar hasta un 99% de los virus más comunes. Es aquí en donde el 1%
de los VIRUS NO COMUNES puede infectarnos y podría ser el caso del COVID-19.
Nuestro cuerpo puede luchar si esta fuerte y sano con
ciertas cantidades de virus, cualquiera que estos sean; pero no está preparado
para grandes concentraciones de cualquiera de los tipos de virus que nos
amenazan a diario, dado el caso de una infección, si sus defensas no le reconocen,
resulta esta lucha interna que se manifiesta en la presentación sintomática de
inflaciones severas en algunos órganos que afectan principalmente los músculos
que hacen posibles la respiración, teniendo como consecuencia una muerte
dolorosa por asfixia.
Cuidar de nosotros mismos es una responsabilidad
ligada al amor a la vida, a estar sanos para cumplir con nuestros proyectos
futuros. Cuidar a los demás, es parte de dar amor…
La forma de vida en hacinamiento es una de las
características recurrentes entre personas de bajo nivel económico, es decir “viven”
muchos dentro de un mismo espacio, generalmente reducido, por lo que, bajo
estas circunstancias, el aire que se respira tiene mayores concentraciones de
“cargas virales”. En otras palabras, nos contagiamos porque somos muchos los
que “viciamos” ese aire. Lo mismo ocurre en espacios cerrados como salones para
reuniones escuela, bares, restaurantes, oficinas, iglesias, gimnasios, cines,
reuniones familiares, etc.; si es que ahí dentro no se usa adecuadamente el
“cubre boca y nariz” seguramente nos infectaremos. Es conveniente diferenciar aquellas
personas quienes tienen la posibilidad de decidir estar o no estar en compañía
de otras personas; si puedes decidir, decide aislarte.
Todos somos sujetos en riesgo, por eso es conveniente
cumplir con las reglas simples de distanciamiento social acompañado del
barbijo, quedarse con los suyos en la medida de sus posibilidades, con el menor
número de personas posible.
Una característica recurrente entre las personas de
escasos recursos es que viven de su trabajo diario, por lo que generalmente se
tienen que desplazar de casa a su lugar de trabajo y en ese ir y venir, al
trasladarse se encuentran expuestos. También en espacios abiertos se dispersa
el virus, recuerde que viaja en el aire, y si el aire es capaz de mover un
árbol, claro que puede mover al virus; recuerde como ha visto viajar las
cenizas…, no ves las llamas de un incendio, pero puedes oler el humo, eso es un
indicio de su presencia en el aire, desafortunadamente el COVID-19 no se ve, ni
tiene olor.
Para quienes tienen que salir de su hogar es
conveniente extremar precauciones como dejar sus zapatos fuera de casa, llegar
a bañarse antes de tocar cualquier superficie y colocar su ropa en una bolsa de
papel aparte del resto de la familia y lavar inmediatamente; los cubre-bocas
también se deben lavar, si esto no es posible le recomiendo poner el
desinfectante en aerosol y dejar secar por 36 horas en una bolsa de papel con
su nombre. Las bolsas de mano, mochila y demás también deben desinfectarse, una
sustancia jabonosa o rociar adecuadamente con un aerosol.
Si es usted uno de los infectados aíslese y no espere
para ir al hospital; uno de los indicadores de la gravedad es el índice de
oxigenación que se realiza con un aparato (oxímetro) que se coloca en su dedo;
este debe marcar 75-90 milímetros de mercurio (mm Hg). Un nivel de oxigeno por
debajo de 60 mm HG se considera bajo y puede requerir suplementos de oxígeno, lo
que dependerá de la decisión del médico y el caso individual. Esta baja
saturación indica que al cuerpo le cuesta administrar oxígeno a todas sus
células, tejidos y órganos; en otras palabras, es una ALARMA. Debes siempre
llamar a un médico si tienes dificultad para respirar, y de esto te das cuenta
si es anormal cuando al realizar tus actividades cotidianas, en ese momento no
lo puedes hacer. Muchos infectados presentan síntomas como fiebre dolor de
cabeza y de espalda, pero cada día hay síntomas nuevos como enrojecimiento de
la piel, todo lo que no es normal para
usted, debe tomarse en cuenta y comentar con su médico, tal vez con una
video llamada sea suficiente para su diagnóstico.
Las personas pobres son más vulnerables, por la forma
en que viven, incluso algunas viven en zonas en donde no existe agua potable ni
drenaje; muchos no tienen servicios médicos a su alcance, y estos desde luego
“los más pobres” si tienen COVID-19 su probabilidad de trasmisión es mayor por
lo anteriormente explicado. El resto de personas, como usted y yo nos topamos
con ellos al transitar en la calle, al intercambiar servicios, etc. Por lo
tanto, es nuestra responsabilidad cuidarles y cuidarnos realizando las
sencillas ordenes de utilizar adecuadamente el barbijo y ser en extremo
precavido con la higiene en lo general, con la limpieza de superficies, con el
lavado de nuestra ropa, con el aseo de los zapatos, y utensilios, y desde luego
con el lavado de manos. Evitar la contaminación cruzada, es cosa de todos.
Sin salud, no abra manera de recuperar nuestros
“bienes”; se debe trabajar ahora cumpliendo todas las medidas de sanidad, ser
respetuosos y responsables; debo cuidar y cuidarme. Comenta, comparte y
ayúdanos a sensibilizar a quienes ven por sus intereses particulares y no por
los de la comunidad. Hasta la próxima historia de vida. Dra. Sandra Gómez
Patiño.
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