miércoles, 30 de septiembre de 2020

Piden ambulantes vender durante las fiestas





 

Juan José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán

 

 

De manera pacífica y portando cartelones, las personas que se ganan la vida haciendo comercio los fines de semana en la plaza principal de Ciudad Guzmán, actividad suspendida desde hace meses por causas de las medidas sanitarias por la pandemia del COVID-19, demandan de las autoridades municipales de Zapotlán el Grande se les permita trabajar durante el Novenario de las Fiestas Josefinas, que comprende del 13 al 24 de octubre.



        

    Independientemente de la respuesta oficial a la petición hecha, las reacciones  provocadas entre las sociedad guzmanense y que se están manifestando en las redes sociales, van desde la solidaridad de algunos para que se les escuche y permita en lo que demandan, por considerar que son personas que se viven de esa actividad, las hay también que cuestionan el que se les impida trabajar mientras si lo hacen bares, cantinas y restaurantes en donde no se respetan reglas sanitarias, principalmente por la clientela.


            De igual forma, hay quienes cuestionan una y otra actividad comercial, pues consideran que los contagios del COVID 19 se producen e incrementan día a día precisamente porque se les está permitiendo la apertura de negocios a donde la gente va, donde no hay sana distancia, son sitios cerrados los más, sin la ventilación adecuada, entre otras carencias y deficiencias, mientras que el en sector salud, responsable y único que enfrenta, las más de las veces con desventaja, los resultados de esas libertades que se da la gente, se están muriendo médicos, enfermeras y demás personal de las distintas áreas de atención.


            En resumen, los comentarios y las críticas que está despertando esta acción de los llamados comerciantes ambulantes de Ciudad Guzmán, son en el sentido de que el piso no es parejo, es decir, se considera el que se privilegian ciertos sectores mientras que, a otros, señalados como más vulnerables, se les sujeta a reglas y condiciones, lo que pone en una situación crítica a la autoridad demanda por esta petición que debe atender y en su caso resolver.


            Lamentablemente la pandemia, según los expertos, va para largo y el pronóstico no es nada halagador en el futuro inmediato, sobre todo considerando que la gente hace lo que quiere y por ello hay crisis por contagios y, lo más terrible, en las áreas de atención de salud, su personal clama también un alto al libertinaje, se está muriendo también quienes se exponen atendiendo a los enfermos, y ahí siguen pese a los riesgos que corren, mientras que otros hacen caso omiso a las recomendaciones para el autocuidado, se abren negocios y otros claman por trabajo porque afirman no tienen para comer.


            Una decisión de tipo salomónico sería el que se dejara trabajar a todos, que al fin de cuentas las personas deciden por sí mismas, en el entendido de que mientras más contagios se produzcan peor será la situación, tanto de salud como económica, de esta manera no habría reclamos ni señalamientos de dar privilegios a ciertos sectores mientras que a otros se les restringe, lo que más obliga a una decisión de la autoridad local respecto de la petición que se les hace, así, si la gente, en este caso los clientes, se quieren cuidar o no, irán o no lo harán para consumir lo que les oferten los comerciantes ambulantes durante el Novenario, será lo mismo que sucede con la apertura de bares y cantinas, gimnasios y restaurantes, pero que, después, nadie busque culpables, que aprendamos como sociedad, en situaciones de crisis, como la que se vive, a ser responsables de nuestros actos. Dice el dicho: La carne es débil y el diablo tienta.

           

           

           


 

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