José
Mario Castillo/El Volcán
Gracias
a mi amiga Blanca León por proporcionarnos algunas historias de la lucha libre
datos recopilados de ella y de otros compañeros.
El
Solitario: Roberto González Cruz, luchador mexicano cuya mascara dorada emulaba
al antifaz del célebre personaje americano el llanero Solitario. Su carrera fue
corta, pero fructífera, se le considera el mejor luchador mexicano de los años
70.
Desde
niño se interesó por la lucha libre debido a que Jesús, uno de sus hermanos era
luchador semi profesional se hacía llamar Othón Banzica apodo que derivaba del
alemán Otho Van Zicka que después se recortó al Sica. Su hermano viendo el
interés de Roberto le enseñó secretos de la lucha.
En
1959 inesperadamente el Sica falleció por un mal golpe durante una función,
esta fue la motivación para que Roberto se dedicara de lleno a la lucha libre
adoptando el seudónimo de “el Solitario” en alusión al popular personaje
americano de TV “el llanero solitario” de quien tomaría el característico
antifaz para el diseño de su máscara, el apodo hace también referencia a la
soledad que le dejo la muerte de su hermano.
Por
esas fechas Roberto ya entrenaba en el gimnasio de Joe el hermoso, con la
desaprobación de sus padres, Joe sería su mentor y dio sus primeros pasos en el
mundo de la lucha.
Para
1960 empieza a presentarse gracias al empresario Elías Simón en estados
circunvecinos junto a su amigo Adolfo Contreras con distintas identidades
incluyendo falsos juniors del Santo y Blue Demon.
Utilizando
los consejos de su hermano Jesús “el Sica”, de Joe “el hermoso” y Cuauhtémoc
“diablo” Velazco, Roberto progreso en el mundo de las luchas. Y debido a
problemas familiares, deja su casa para irse a Tijuana, donde emprendería de
manera ardua, lograr ser luchador profesional, pero por tener apenas casi 16
años no es tomado en cuenta por los promotores de la ciudad.
LA HISTORIA DEL DEBUT
PROFESIONAL DE LUCHADOR EL SOLITARIO
Regresa
a Guadalajara donde en 1965 debuta de manera profesional, pero es hasta 1966
que lucha por primera vez en la arena Coliseo en la ciudad de México, entonces
iniciaría una carrera que poco a poco se fue haciendo más notoria.
El
Solitario nunca dejó de ser rudo, aunque luchaba con los técnicos, nunca dejó
de lanzar esa patada desconcertante de tristes recuerdos, la dominaba como
nadie, estamos hablando de la patada la filomena incluso mejor que Don Jesús
Velázquez Quintero, “El Murciélago Enmascarado”, su inventor.
En
esos años inicio una asociación con los luchadores Dr Wagner y Ángel Blanco
quienes serían conocidos como la Ola blanca, brindando tardes memorables, hasta
la desintegración del trio en 1972 por envidias profesionales iniciando una
rivalidad que derivaría en el despojo de las máscaras de sus antiguos socios.
En
1972 al ingresar oficialmente al bando de los técnicos es que la carrera del
Solitario se vuelve más sólida.
El
Solitario se vuelve parte de la cultura popular mexicana y en uno de los
consentidos de la afición, consigue varias máscaras y cabelleras, gana
campeonatos tanto nacionales como internacionales, logra gran popularidad en el
extranjero, especialmente Japón.
Inesperado
final: Los distintos golpes no atendidos de múltiples encuentros en los
cuadriláteros mermaron su salud a mediados de los 80, en abril de 1986 tuvo un
fuerte dolor abdominal que requirió atención médica inmediata, lamentablemente
se trataba de una hemorragia interna que requirió una operación de emergencia.
El
6 de abril de 1986 el Solitario murió sobre la mesa de operaciones a
consecuencia de un paro cardiaco. Su muerte consterno a la afición mexicana,
solo tenía 39 años de edad.
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