Sandra Gómez
Estimado
lector, con el aniversario del fallecimiento del señor Alberto Aguilera, mejor
conocido como “Juan Gabriel” acaecido el 28 de agosto de 2016, vinieron a mi memoria
algunos casos que en su momento fueron motivo de consulta psicológica (…), en
las siguientes líneas escribo sobre un caso que conozco de primera mano en
presente (2020). A este capítulo lo llamaremos “los buitres #2”.
De acuerdo con Wikipedia, “los buitres son aves
rapaces del orden Falconiformes que suelen alimentarse especialmente de
animales muertos, aunque a falta de estos, son capaces de cazar presas vivas
(…). Hoy escribo de los “zopilotes humanos”, que en algunas familias abundan.
Es mi costumbre contar historias reales, y hoy no es la excepción; lo triste es
que de este modelo “buitre” tengo más de una historia.
Caso #2. Un hombre de 64 años, soltero, nacido en
Tijuana B.C.; estudio Ingeniería civil en el Politécnico Nacional en ciudad de México,
se distinguió por la construcción de grandes obras arquitectónicas con su
equipo de colaboradores; algún día, a sus 45 años, decidió emigrar a los
Estados Unidos de Norte América; el obtuvo la ciudadanía estadounidense; así
que se fue a trabajar en la construcción en la ciudad de San Diego California;
como muchos residentes de Estados Unidos, compro un departamento en la ciudad
fronteriza de Tijuana, mismo que amueblo y acondiciono para vivir. Un día se enfermó y termino con una embolia,
lo que le dejo secuelas, y le impidió trabajar al 100%; el inadecuado cuidado y
su desinterés por seguir las indicaciones de sus médicos, terminaron con mermar
su salud física haciéndolo preso de su cuerpo y encerrado en su departamento en
la parte alta de la torre; sus hermanos le visitaban y se percataron que en
ocasiones su refrigerador no tenía los alimentos que necesitaba; asimismo, no tenía
sus tratamientos médicos completos, ya que “sus amigos” quienes le
administraban su dinero, no veían por su salud, sino más bien se beneficiaban
de sus recursos económicos. Un tercer infarto le limito totalmente (invalido) y
sus hermanos decidieron que para poder atenderlo les era más conveniente vivir
juntos (65,64,60 años), dejando tras de sí el departamento amueblado que hasta
esa fecha había habitado. Algún día una sobrina que hoy tiene 45 años apareció
y dijo que necesitaba un lugar en donde vivir momentáneamente, y se decidió
abrir las puertas del departamento y que esta señora les pagara una módica
suma, equivalente a un tercio del valor de una renta en esa misma zona por un
departamento así. Este caso real ha evolucionado en estos últimos cuatro años,
lo que nos dice que la sobrina tenía 41 años cuando llego al departamento y en
ese tiempo ha vivido acompañada de varias personas, en su mayoría adultos
quienes son nacidos en Estados Unidos.
La “renta” asignada no la ha pagado, tiene de fecha hasta el 5 de cada
mes, y cuando ocasionalmente la ha entregado ha sido comiéndose cuantos meses
puede; en el mes de enero 2020, fue uno de sus hermanos a pagar el predial con
sus propios recursos y le dijeron a la sobrina que abandonara el departamento, ella
menciono que va a pagar y uno de los hermanos dijo: ya no pagues, desocupa (…).
La situación es que el propietario del departamento requiere cada vez más
atenciones que desde luego tienen un costo económico. La señora se ofendió e
insulto a los hermanos del propietario, incluso su hijo (sobrino-nieto) les
amenazo (…); al ver la situación, con los datos del predial fueron a revisar la
cuenta de agua que asciende a más de ocho mil pesos, lo que indica que en los
años que tienen ocupando el departamento no la han pagado (…), el ultimo
pretexto fue que ¡no van a pagar a otra persona hasta que el dueño se los pida!
(…).
Dígame usted si no es una actitud de buitre, desde el
inicio la sobrina sabia la condición de su tío -hermano de su fallecida madre-;
la persona de quien hablo (propietario) tiene un hijo biológico que vive en la
ciudad de México, quien eventualmente llama por teléfono para saber de su padre
e incluso le ha visitado; aun cuando puedo ver que no son cercanos, me queda
claro en el caso#2 citado, sería este joven de 32 años quien tendría derecho
sobre el departamento en el caso del fallecimiento de su padre, y no esta sobrina
quien se ha apoderado del inmueble.
En ocasiones las personas quienes por si mismas no han
logrado obtener propiedades por sus propios medios, les es “cómodo” despojar a
su propia familia de aquellos bienes que, con esfuerzo, dedicación, constancia
y ahorro han logrado “tener”. A estas personas quienes se aprovechan de las
circunstancias ya sea familiar o no, son a las que llamo “zopilotes”; ¡no ha
muerto y ya se lo están comiendo!
El dolor de ver situaciones como esta es grande, y LA
LEY TAN LENTA, desde luego que lo que procede es un juicio de desalojo, en el
que se tiene que invertir dinero que no abunda; ¿y por qué?, pues por una
persona con conducta de zopilote.
Las personas dejamos de pensar en la muerte, hasta que
la tenemos cerca y como en México hasta la festejamos hay quienes no tienen
miedo de morir poco a poquito. Este es el caso de las enfermedades a las que no
se les da seguimiento (hipertensión, diabetes, obesidad, etc.) y que te pueden
llevar a la invalidez, física y/o mental.
En septiembre generalmente hay oportunidad de hacer
testamentos a bajo costo, acérquese a la presidencia municipal y arregle todo
acerca de sus bienes materiales. Nunca sabemos cuándo nos vamos a morir, pero
es un hecho que eso va a pasar.
Cuídate de los zopilotes, aprende a conservar tus
amistades y/o familia. Ten la certeza que algunos familiares no son quienes tú
crees; lo mismo aplica con las amistades.
Vive plenamente, mantén fuerte los lazos familiares.
Los bienes materiales son para mitigar “los males”; sin salud, disfrutaras muy
poco de lo que tienes. Comparte y comenta, ¿conoces a alguien con conducta de
zopilote?; hasta la siguiente historia de vida, el caso #3. Dra. Sandra Gómez
Patiño.
Así, es no todas las personas tenemos los mismos valores y algo que se llama vergüenza... Leo Meza.
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