lunes, 28 de septiembre de 2020

Las Drogas y el Proceso Creador. EP




 

Sandra Gómez

 

Estimado lector a continuación encontrara segmentos de conversaciones que sostuvimos mi mentor Dr. Eduardo Cooley (médico psiquiatra) sobre el tema de la salud mental; las pláticas tienen como experiencias nuestras respectivas practicas especializadas en el caso del Dr. Cooley, hablamos de algunos de sus casos revisados dentro del Hospital de Salud Mental y en mi profesión hablo de la revisión de casos en adolescentes con problemas de conducta dentro del Internado. Como docentes, revisábamos las noticias de actualidad y las traíamos a las discusiones con nuestros respectivos alumnos. Una estrategia eficiente para capturar la atención de los alumnos e introducir algún tema propio de la clase.




 “Contrario a quienes creen que al ingerir drogas su proceso creador se potencializa, mi experiencia con pacientes y mi condición de salud ha sido distinta “(Gómez, 2018).


 El Dr. Cooley Médico psiquiatra y yo tuvimos muchas platicas al respecto, el padecía narcolepsia y leucemia y mi diagnóstico termino siendo neuralgia del trigémino, todas condiciones que se deben tratar con medicamentos que afectan la bioquímica del cerebro.


“La experiencia con drogas duras no es agradable comentamos. Las sensaciones y consecuencias son molestas y dejas de sentir dolor a cambio de debilitar los procesos creativos y el correcto intercambio de ideas dentro de tu propio cerebro”.


 En alguna ocasión había observado que mis alumnos del internado no podían procesar la información, e incluso me preguntaba si eran estudiantes con necesidades educativas especiales (NEE), su aprendizaje era deficiente como si brincaran las secuencias de información y no las pudieran integrar.






 Platicando con el Dr. Cooley ante la noticia publicada en diarios de la aprobación del uso de la mariguana, expresábamos que desde luego existen usos medicinales de algunas variedades de la planta (…) por ejemplo, sus aceites se utilizan con éxito en tratamientos para calmar el dolor.


 El problema con el mal uso es lo que yo vi en el internado, podía ver con dolor a jóvenes quienes quedaron impedidos mentalmente por el consumo de fármacos y/o mariguana, imagen que compartíamos, el con sus pacientes y yo con algunos alumnos. 


 “Mi experiencia con drogas recetadas es terrible, bajo la influencia de estás me encuentro sin dolor y sin neuronas” “(Gómez, 2018). Me reía al compartir la experiencia, pero la realidad es bastante seria. Y mi maestro asentaba con su cabeza, y me decía “Amiga: Apechugar, no queda de otra; hay que tomar las medicinas y seguir investigando” (Cooley, 2018).


            Permítame introducir a los procesos mentales de atención y memoria propios del aprendizaje, estos se ven mermados (alterados) con el uso de las drogas, mientras que sin ellas tengo acceso rápido a la información de en dónde fue almacenada, con las drogas en mi sistema, esta memoria es un caos (Gómez, 2018).


 Enseñar y aprender, es la consigna que me dejo mi estimado Dr. Cooley. Enseñar a mi cuerpo a vivir con dolor, aprender a reconocer en que momento debo intervenir con medicamento para no dejar que el dolor me invalide.


            Conservar la salud es una responsabilidad individual y va de la mano con el cuidado y conocimientos de lo que ingerimos, además de lo que emocionalmente nos afecta. Las emociones también son alimentos y pueden ser saludables o no; debemos estar conscientes de que las enfermedades tienen componentes genéticos, emocionales, y son afectados por el ambiente y la ingesta de alimentos. 


            Algunos de los componentes emocionales como el estrés, los disgustos, pueden incluso “matar”. Otros son los que ingerimos por la boca. “Toda comida chatarra mata”; la ingesta de azucares refinados, colorantes, endulzantes, grasas animales, harinas, son parte de la lista no deseada.


            Las drogas tienen diseños químicos para contrarrestar el dolor específico; sin embargo, debemos leer las contraindicaciones, las letras pequeñas que enuncian las consecuencias de su ingesta. Algunos de ellos son las náuseas, el daño al hígado, ceguera, entre otras. Además, se debe recordar que en la mayoría de padecimientos cuentan con una comorbilidad, lo que quiere decir que la persona tiene a la vez otra condición que le enferma. Por mencionar alguna el sobrepeso, que obliga a nuestro corazón a trabajar de forma diferente a su propio programa, su diseño es para mover “X” cantidad de sangre y ahora con el peso extra debe “bombear X+Kg”, es decir lo que tenía que mover de sangre más cada kilo que tenemos de sobra y necesita hacerle llegar ese extra de sangre hasta el cerebro.


            Nuestro cerebro necesita oxígeno que llega mezclado en la sangre que se bombea con el corazón así que X+Kg es en sí misma una comorbilidad. Ahora que está sangre es más delgada por ejemplo con el consumo de alcohol, o más grasosa con nuestros alimentos, o menos pura con nuestros medicamentos (…). Resulta menor nutrición para el cerebro; y este reacciona aletargado, flojo, entre otras conductas resultantes. Llagara el momento en que se reúse a vivir bien y simplemente mi cerebro sobreviva como sombi (muerto viviente).


 En conclusión, Las drogas ayudan si son controladas supervisadas y consumidas bajo estricta vigilancia y siguiendo los protocolos establecidos por el médico. De otra forma destruyen hasta el más inteligente y preparado puede dejar su vida en el uso indiscriminado de drogas. Trabaja tu VOLUNTAD con algún especialista psicólogo clínico y/o psiquiatra.


            La creatividad por su parte requiere de pureza y es claramente observable en niños sanos quienes la desbordan porque no han sido influenciados por creencias, condicionamientos desde el exterior y su interior está en equilibrio bioquímico. ¡En todas las profesiones se puede expresar creatividad!


 Si quieres ser creativo, fórmate como una persona culta, esta es la mejor de las herramientas para la creatividad. Aprender a aprender, aprende a vivir con el dolor si es que como yo compartes alguna condición médica. No dejes a la suerte las riendas de tu alimentación, no creas ciegamente en los medicamentos, investiga, confía en tu médico y tengan una excelente relación que les permita a ambos crecer en sus conocimientos y avanzar en el camino de las nuevas formas de “contener” el dolor sin dejar de ser productivos.  Hasta la siguiente historia de vida. Comenta y comparte para que sigamos creciendo. Dra. Sandra Gómez Patiño.



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