Sandra Gómez
Estimado lector a continuación encontrara segmentos de
conversaciones que sostuvimos mi mentor Dr. Eduardo Cooley (médico psiquiatra)
sobre el tema de la salud mental; las pláticas tienen como experiencias
nuestras respectivas practicas especializadas en el caso del Dr. Cooley,
hablamos de algunos de sus casos revisados dentro del Hospital de Salud Mental
y en mi profesión hablo de la revisión de casos en adolescentes con problemas
de conducta dentro del Internado. Como docentes, revisábamos las noticias de
actualidad y las traíamos a las discusiones con nuestros respectivos alumnos. Una
estrategia eficiente para capturar la atención de los alumnos e introducir
algún tema propio de la clase.
“Contrario a
quienes creen que al ingerir drogas su proceso creador se potencializa, mi
experiencia con pacientes y mi condición de salud ha sido distinta “(Gómez,
2018).
El Dr. Cooley
Médico psiquiatra y yo tuvimos muchas platicas al respecto, el padecía
narcolepsia y leucemia y mi diagnóstico termino siendo neuralgia del trigémino,
todas condiciones que se deben tratar con medicamentos que afectan la
bioquímica del cerebro.
“La experiencia con drogas duras no es agradable
comentamos. Las sensaciones y consecuencias son molestas y dejas de sentir
dolor a cambio de debilitar los procesos creativos y el correcto intercambio de
ideas dentro de tu propio cerebro”.
En alguna
ocasión había observado que mis alumnos del internado no podían procesar la
información, e incluso me preguntaba si eran estudiantes con necesidades educativas
especiales (NEE), su aprendizaje era deficiente como si brincaran las
secuencias de información y no las pudieran integrar.
Platicando con
el Dr. Cooley ante la noticia publicada en diarios de la aprobación del uso de
la mariguana, expresábamos que desde luego existen usos medicinales de algunas
variedades de la planta (…) por ejemplo, sus aceites se utilizan con éxito en
tratamientos para calmar el dolor.
El problema con
el mal uso es lo que yo vi en el internado, podía ver con dolor a jóvenes
quienes quedaron impedidos mentalmente por el consumo de fármacos y/o mariguana,
imagen que compartíamos, el con sus pacientes y yo con algunos alumnos.
“Mi experiencia
con drogas recetadas es terrible, bajo la influencia de estás me encuentro sin
dolor y sin neuronas” “(Gómez, 2018). Me reía al compartir la experiencia, pero
la realidad es bastante seria. Y mi maestro asentaba con su cabeza, y me decía
“Amiga: Apechugar, no queda de otra; hay que tomar las medicinas y seguir
investigando” (Cooley, 2018).
Permítame introducir a los procesos
mentales de atención y memoria propios del aprendizaje, estos se ven mermados
(alterados) con el uso de las drogas, mientras que sin ellas tengo acceso
rápido a la información de en dónde fue almacenada, con las drogas en mi
sistema, esta memoria es un caos (Gómez, 2018).
Enseñar y
aprender, es la consigna que me dejo mi estimado Dr. Cooley. Enseñar a mi
cuerpo a vivir con dolor, aprender a reconocer en que momento debo intervenir
con medicamento para no dejar que el dolor me invalide.
Conservar la salud es una
responsabilidad individual y va de la mano con el cuidado y conocimientos de lo
que ingerimos, además de lo que emocionalmente nos afecta. Las emociones
también son alimentos y pueden ser saludables o no; debemos estar conscientes
de que las enfermedades tienen componentes genéticos, emocionales, y son
afectados por el ambiente y la ingesta de alimentos.
Algunos de los componentes
emocionales como el estrés, los disgustos, pueden incluso “matar”. Otros son los
que ingerimos por la boca. “Toda comida chatarra mata”; la ingesta de azucares
refinados, colorantes, endulzantes, grasas animales, harinas, son parte de la
lista no deseada.
Las drogas tienen diseños químicos
para contrarrestar el dolor específico; sin embargo, debemos leer las
contraindicaciones, las letras pequeñas que enuncian las consecuencias de su
ingesta. Algunos de ellos son las náuseas, el daño al hígado, ceguera, entre
otras. Además, se debe recordar que en la mayoría de padecimientos cuentan con
una comorbilidad, lo que quiere decir que la persona tiene a la vez otra
condición que le enferma. Por mencionar alguna el sobrepeso, que obliga a
nuestro corazón a trabajar de forma diferente a su propio programa, su diseño
es para mover “X” cantidad de sangre y ahora con el peso extra debe “bombear
X+Kg”, es decir lo que tenía que mover de sangre más cada kilo que tenemos de
sobra y necesita hacerle llegar ese extra de sangre hasta el cerebro.
Nuestro cerebro necesita oxígeno que
llega mezclado en la sangre que se bombea con el corazón así que X+Kg es
en sí misma una comorbilidad. Ahora que está sangre es más delgada por ejemplo
con el consumo de alcohol, o más grasosa con nuestros alimentos, o menos pura
con nuestros medicamentos (…). Resulta menor nutrición para el cerebro; y
este reacciona aletargado, flojo, entre otras conductas resultantes. Llagara el
momento en que se reúse a vivir bien y simplemente mi cerebro sobreviva como
sombi (muerto viviente).
En conclusión, Las
drogas ayudan si son controladas supervisadas y consumidas bajo estricta
vigilancia y siguiendo los protocolos establecidos por el médico. De otra
forma destruyen hasta el más inteligente y preparado puede dejar su vida en el
uso indiscriminado de drogas. Trabaja tu VOLUNTAD con algún especialista
psicólogo clínico y/o psiquiatra.
La creatividad por su parte requiere
de pureza y es claramente observable en niños sanos quienes la desbordan porque
no han sido influenciados por creencias, condicionamientos desde el exterior y
su interior está en equilibrio bioquímico. ¡En todas las profesiones se puede
expresar creatividad!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario