El busto
en bronce del primer cronista de Ciudad Guzmán, Juan S. Vizcaíno, nombrado por
la entonces alcaldesa del ahora Zapotlán el Grande, María Elena Larios
González, pasará a ocupar un sitio en las instalaciones del Archivo Histórico
Municipal que lleva su nombre, en el interior del Centro Cultural José Clemente
Orozco, antes Escuela Primaria Ramón Corona.
Este fue un acuerdo tomado por el
pleno del ayuntamiento local, a propuesta del Regidor Vicente Pinto Ramírez, a
fin de distinguir la aportación del ex cronista de la ciudad, adoptado como
hijo ilustre de Zapotlán y con una amplia trayectoria en las comunicaciones,
literatura, y las artes plásticas.
Juan S. Vizcaíno, antes de ser
nombrado cronista, era director fundador de su periódico La Escoba, en donde
con sentido crítico ejerció la labor de informar y comentar sobre los
acontecimientos de su tiempo. Hombre inquieto, creativo y mordaz en sus
comentarios, dichos en tiempo y forma a través de su medio impreso.
Como testigo presencial del hecho,
puedo afirmar que don Juan Vizcaíno,
como de respeto se le llamaba, atendió un llamado de la profesora y
entonces Presidente Municipal, María Elena Larios González, para hacerse
responsable de poner, en principio, a salvo documentos valiosos de la historia
de la ciudad, para luego, tras penosas jornadas de trabajo, ordenar y dar forma
a lo que posteriormente se conoce como Archivo Histórico de Ciudad Guzmán.
En ese tiempo, toda la documentación
estaba apilada en un espacio del antiguo edificio que operaba como presidencia
municipal, en condiciones húmedas y en total desorden, lo que no intimidó a don
Juan para comenzar su labor de rescate y orden en la documentación, labor que
continuó como titular del archivo en las posteriores administraciones
municipales, hasta que fue relevado del encargo, sin duda por su edad y estado
de salud, dejando un legado importante que se ha sabido conservar, mejorar,
ampliar y modernizar ahora bajo la responsabilidad del arquitecto Fernando G.
Castolo.
En su tiempo y como titular del
archivo, don Juan hizo varias publicaciones, modestas debido a la falta de
presupuesto y apoyo, y con las limitaciones propias del tiempo en cuanto a
medios modernos para documentar sus investigaciones, de las que recuerdo se
encuentran: La historia de los temblores, 50 años de observaciones al Volcán
Colima y, su obra cumbre; El Rostro del Gobierno, una crónica extensa de los
personajes que han sido autoridades, con nombres y fechas, además de la
creación de la galería con las fotografías de casi todos ellos, de 1849 al
2010.
De la publicación “Rostros del
Gobierno”, en su página tres, tomo lo escrito y publicado por don Juan, donde
refleja su celo por lo que hizo en favor de la ciudad, aun estando fuera del
servicio público, donde plasma: ”Al iniciar un nuevo sendero de nuestra muy
particular y personal locura, tratando de defender nuestro trabajo, de más de
30 años, que sin los medios indispensables para obtenerlo, ahora a una
distancia de 33 años de estar expuesta a los destructores elementos, polvo,
humedad y alimañas que han tratado de destruir; en el mes de octubre del 2008,
me acerqué al C. Secretario General del H. Ayuntamiento Lic. Vicente Pinto Ramírez,
a quien expuse mi preocupación, y viendo el estado de la misma (la Galería de
los Ciudadanos Presidentes Municipales 1849/2010), me autorizó para buscar
quien pudiera hacer el trabajo”.
“Fue entonces cuando pude ver al C.
Alejandro López Ramírez, con una buena trayectoria profesional; lo llamé para
ver el estado que guardaban las fotografías de la galería, iniciándose el
trabajo: primero arreglarlos cronológicamente, hecho esto con el Excelente
equipo, se logró algo notable, la valiosa conservación de una gran parte
gráfica de nuestra Historia” (sic). Don Juan ya no está físicamente, pero allí
está su legado. Sin deuda, de vivir, le preocuparía lo que se aprecia en la
galería por él conformada, pues hay algunos huecos en la misma, lo que indica
que faltan fotografías de los ex Presidentes Municipales del ahora Zapotlán el
Grande.
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