Pedro Vargas Avalos
A pocos sorprendió que el
organismo llamado FRENAAA (Frente Nacional Anti AMLO) dirigido por fuerzas de
la más radical oposición al gobierno del actual presidente de la
República, hiciera un nuevo sainete el pasado 19 de septiembre en la ciudad de
México, al pretender ocupar el zócalo de la gran metrópoli, cuando se recordaba
por ciudadanos y gobierno, los tristes hechos de los temblores
de esas fechas: el más mortífero en el año de 1985 y luego, una réplica menor
en 2017.
El
sensacionalismo que caracteriza a ese minus-movimiento de la derecha más
reaccionaria que existe en el país, hizo que se bajaran sus prosélitos de los
lujosos autos en que protestaban y ahora se recurrió a las tiendas de campaña,
por cierto, todas como uniformadas y flamantes, con la novedad de que lucieron
vacías, en tanto su vociferante “líder” reposaba en confortable hotel. Toda una
anécdota de la ridiculez.
¿Quiénes
integran este grupo extremista y picapleitos? Nos dice el estudioso de
cuestiones religiosas y sociológicas, Dr. Bernardo Barranco, que lo componen
grupúsculos de la clase media alta que no están dispuestos a aceptar, ni
siquiera tolerar, el resultado electoral de 2018, por lo que, recurriendo
a un discurso de odio, exigen la renuncia del primer mandatario federal.
Como
entre los pocos dirigentes identificados están personas aburguesadas (Gilberto
Lozano, Lic. Juan Bosco Abascal, Pedro Ferriz de Con) de
quienes es fama pública su oposición visceral a la Cuatro T, a la par
de su poder económico, el mismo primer mandatario los trató con guante blanco y
les manifestó en una mañanera, que les daba cordial bienvenida al
zócalo, pero pidiéndoles que durmieran en las casas de campaña (no solo algunos
sencillos ciudadanos que se asegura son modestos empleados de varios
patrocinadores del movimiento) es decir, que pernocten
“los machuchones, los chipocludos, los fifís” que sostienen al
desenfrenado FRENAAA.
En entrevista que el respetable periodista Rubén Luengas
le hiciera al ininteligible señor Lozano, éste se desbordó en calificativos
groseros hacia el presidente: lo llamó criminal, ilegítimo, corrupto y hasta
comunista, además de espetarle otras bajezas.
Estos
señores de la mencionada entelequia camorrista, se valen de todos los medios
para lograr sus fines: presiones mediáticas, uso de internet, ejercer acciones
jurídicas, tramar ardides políticos, difundir noticias falsas y entonar rezos a
grandes voces, sobre todo del Rosario, que a manera de reto lo pregonaron
frente al hemiciclo a Juárez, en retadora actitud
sinarquista cristera, que se enlaza al Yunque empanizado que
añora la divisa de ¡Viva la religión!”. Tal pareciera que el FRENAAA
tuviese lazos de hermandad con el ultraderechista partido político español
autollamado VOX.
Entendido
lo anterior, ¿cuál es el proyecto de este grupúsculo radical? Pues
sencillamente liquidar (ellos dicen que antes de diciembre) la
Administración Federal de Andrés Manuel López Obrador.
¿Cómo
lo harán? Aseguran que de igual manera como actuaron sus pares en
Bolivia, o sea, quitando a un mandatario legítimo y supliéndolo a la fuerza por
uno espurio. Como afirma un comentarista: “No tienen otra
propuesta que el caos, nada prometen salvo la fractura del orden constitucional
y de la paz social.” Bajo tal premisa, el desquiciado Lozano jura que
pronto estarán en el zócalo capitalino nada más ni nada menos que siete
millones de mexicanos, y que no se moverán de allí hasta lograr su objetivo:
derrocar al primer mandatario que arribó al poder con más de 30 millones de
votos, lo que no les importa porque AMLO, para ellos, es presidente ilegítimo.
¡!
Por lo antedicho, manifiestan estos
“desenfrenados” que no deben esperar hasta la consulta sobre la revocación de
mandato presidencial, programada para el 2022: ellos lo que ansían es expulsar
de palacio nacional al presidente, quitárselo de enfrente. Están obsesionados
en abatirlo, y acosarlo con fines de exterminio, no importa quien se perjudique
ni beneficie del caos que ocasionarían y la ruptura del estado de derecho que
provoquen.
Concluyendo:
el FRENAAA está desenfrenado, y ya sabemos que lo desenfrenado, significa lo
que no tiene contención, ni freno, solo disposición para los desmanes, obsesión
para alcanzar un objetivo, aunque sea ilícito. Y esto para su patético líder,
que es más católico ritual que cristiano, resulta como una cruzada en la cual,
lograr su fin es mandato de la divinidad. Como en la Edad Media o quizás,
anhelando revivir a la Santa Inquisición.
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