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miércoles, 2 de septiembre de 2020

El Siglo del Cerebro. Neurociencias y Educación.

 



 

Sandra Gómez

 

Estimado Lector, en publicaciones anteriores les he presentado a las neurociencias; que se resume como el conjunto de disciplinas que influyen en el conocimiento de cómo funciona el cerebro.  Las neurociencias ofrecen teoría que apoya a la educación. En esta publicación me centrare en la oportunidad que ofrece para los educadores el conocimiento de cómo funciona el cerebro y algunas premisas de la NEUROEDUCACIÓN.


De acuerdo con L Hart (1962) “Enseñar sin saber cómo funciona el cerebro, es como querer diseñar un guante sin haber visto nunca una mano”; hasta hace pocos años no existían los instrumentos físicos para “ver cómo funciona la maquina viva”; imaginábamos e inferíamos, como funcionaba, con esa información reflejada en las conductas enseñábamos. Hoy con la información desde las neurociencias existen certezas de funcionamiento y se ven las relaciones de estímulo-respuesta que además se pueden medir en tiempo real.


El científico como el educador, son ambos escultores quienes deben saber cuál es su materia prima para poder optimizar los resultados. Recordemos que cada individuo es único, y por ello educar es un GRAN DESAFIO.


Para que los alumnos inicien en el camino de su propio aprendizaje, es importante hacer de su conocimiento los recursos con los que cuentan, enseñarles a hacerse de los recursos que les hacen falta y lo más importante optimizar TODOS LOS RECURSOS. Llámense recursos físicos inherentes a la persona o recursos humanos a su alrededor, que pueden encontrar en videos, lecturas, o tutorías especializadas.


Las personas de acuerdo a los estudios del cerebro necesitamos ligar los conocimientos a una EMOSIÓN, para poder fijarlo en nuestra memoria. De los estudios del cerebro se sabe que es falsa la idea de que el cerebro funciona por “módulos”, el cerebro funciona como un “todo”; aun cuando algunas partes físicas del cerebro se iluminan en el escáner cerebral después de alguna pregunta, la respuesta se da con otra parte del cerebro. En otras palabras, existe una RED que se encarga del proceso de aprendizaje.





Las emociones son un impulso para hacer funcionar la máquina, las emociones captan nuestra atención y fijan el conocimiento. El cerebro es el órgano del aprendizaje porque cuenta con la neuroplasticidad que permite que se reorganice una y otra vez a lo largo de la vida. De aquí que a cualquier edad cronológica se puede aprender. Para consolidar el aprendizaje es importante la memoria a largo plazo; se ha descubierto que esta funciona mejor cuando para aprender (input) se usan más de uno de nuestros sentidos, ya que se hacen asociaciones que permiten evocar (output) esas memorias gracias a esos estímulos sensoriales; por ejemplo, a mí me recuerda Navidad, el olor a pino, canela y ponche de frutas. De ahí se desprenden imágenes con luces y me emocionan algunas canciones. Para aprender hay que ocasionar un gran impacto emocional, y se consolida con la repetición acompañada de “novedad”.


Una clase se recuerda por los detalles novedosos en que se presenta, si se repite siempre de la misma forma, el cerebro no la almacena. La “novedad sacude” y hace que los circuitos neuronales se reorganicen.


Los estudios de las Inteligencias Múltiples aportan que las personas aprendemos de diferentes formas “preferenciales” es decir los niños y adultos tenemos diferentes “caminos/ pistas” para aprender. La clave que los maestros deben utilizar son la repetición creativa, esto se logra presentando los contenidos desde diferentes ángulos y con diferentes técnicas, para lograr una memoria a largo plazo variada, es decir presentar contenidos dirigidos a estimular diferentes sentidos (ojo/imágenes; voz/sonidos; manos, cuerpo piel/ haciendo; nariz/ aromas que asocien conceptos).


“Si el niño no está aprendiendo de la forma que tú le estas enseñando, no le estas enseñando de la forma que él puede aprender” (Dunn R; y Price G., 1979).


¡No todo funciona para todos los estudiantes!; en estos tiempos se nos pone a prueba como docentes. Los contenidos deben ser trabajados de diferentes maneras a lo largo del periodo de aprendizaje.


En tanto más sepamos acerca de cómo funciona el cerebro y con esto aprendamos como aprenden nuestros alumnos, mejores maestros seremos, aprendiendo de ellos y enseñando desde diferentes estilos de aprendizaje; diseñando clases con diferentes estilos de enseñanza.


Hasta la próxima historia de vida. #clases magistrales. #soy orgullosamente maestra; hasta la próxima historia de vida. Dra. Sandra Gómez Patiño.


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