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domingo, 20 de septiembre de 2020

El feminismo contra el triángulo negro



 

Alan Arenas

 

 

Hace unos días mientras veía un video de la mexicana Mariana Bo, y su participación en Tomorrowland en su (versión 2019); observé a varios de los asistentes que, mientras levantaban las manos, realizaban un triángulo con ambas manos. Lo primero que pensé que era una forma de expresión dentro del mundo de la música electrónica, así que mi curiosidad y mi ignorancia me llevaron a investigar sobre el tema.


             Mi sorpresa fue que esta señal no tenía nada que ver con lo que yo pensaba. Este triángulo tiene un significado más profundo y mucho más significativo, es un símbolo que, por muchos años, se usa en manifestaciones feministas.





            En la actualidad se le ha dado varios significados, entre ellos la representación de la “vagina”; por lo cual algunas agrupaciones feministas, como el Artemisa están en contra de esta señal ya que “abogan por desgenitalizar la identidad de género”.


            Sin embargo, a pesar de ser un símbolo aparentemente de moda, su uso se remonta a mediados del siglo pasado cuando agrupaciones de mujeres sufragistas se reunían para manifestarse en pro del voto de la mujer; pero a diferencia de las manifestaciones actuales que lo asocian con la “vagina”, para estas mujeres era reinterpretar el Triángulo negro usado durante la etapa nazi.


            Este Triángulo negro estaba invertido, el cual era usado para marcar a aquellas mujeres que no se ajustaban al prototipo reproductor de la raza aria, es decir, mujeres no normativas, lesbianas, feministas, prostitutas o de alguna otra característica. Se cree que pudo haber surgido espontáneamente en un congreso realizado en París en 1971, en el que una activista italiana quiso contraponer el gesto al puño en alto mostrado por los hombres, esto como una forma de distanciarse de su manera de concebir lo político.


            Durante mi lectura y recorrido sobre esta señal, tope con otros datos interesantes de los símbolos que usan algunos movimientos feministas, por ejemplo, el color morado. 





            La apropiación de este color nace de manera poética, precisamente por lo cual se conmemora el Día de la Mujer el 8 de marzo, pero de 1857 salieron a protestar en la ciudad de Nueva York. Estas manifestaciones siguieron por décadas.  Una de las acciones trágicas en contra de estas manifestaciones sucedió en 1911 cuando, según narran algunas fuentes, que fue el dueño de una fábrica le prendió fuego a su propia empresa con las trabajadoras en su interior como represalia por las protestas.

             Se menciona por algunos testigos que el humo producido por el incendio tiñó el cielo de morado, en una estampa apreciable a kilómetros de distancia, debido a que ese era el color de las prendas que allí se fabricaban.


             Lo que se tiene más claro es que el color morado se fue ampliando progresivamente a más países. Rusia adoptó el Día de la Mujer tras la Revolución comunista de 1917. Le siguieron muchos países. En China se conmemora desde 1922, mientras que en España se celebró por primera vez en 1936.


            El color morado es el color representativo del Día de la Mujer, y el que adoptan las mujeres o los edificios como signo de la reivindicación. Fue el color que en 1908 utilizaban las sufragistas inglesas. En los 60 y los 70 las mujeres socialistas escogieron este color como símbolo de la lucha feminista y posteriormente se le asoció a la jornada que se celebra cada 8 de marzo.


            Ante lo anterior es importante entender y saber el origen de todos estos símbolos para usarlos correctamente ya que representa la revolución y resistencia de las mujeres ante un escenario nada empático a sus necesidades.

 

 

 

 

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