Juan
José Ríos Ríos
Sin que
en lo sustancial se hayan hecho los cambios que se requieren en el sistema
político mexicano, ya está abierta la temporada para que los aspirantes a cargos
públicos de elección empiecen a moverse para lograr sus propósitos, lo que de
hecho ya se comenzó a manifestarse, sobre todo en redes sociales, acciones que
podrán realizar, de acuerdo con los lineamientos que norman las campañas y los
procesos electorales, hasta tres meses antes de la elección.
Por lo que compete a Jalisco, aquí
habrán de elegirse diputados locales, federales y presidentes municipales, pues
para el gobierno del estado aún resta la mitad del ejercicio del período
constitucional que es de seis años, cargos a los que, por cierto, no se ven
muchos gallos para ocupar los cargos, sobre todo con las limitaciones que
impone la pandemia del COVID-19, cuando seguramente no podrán hacer campañas
masivas como antaño, aunque éstas hayan venido mermando, en cuanto al número de
asistentes a los actos políticos, precisamente por falta de fuerza o de
presencia de los aspirantes y del hartazgo que, en muchos ciudadanos, ha
causado tanto partidos y gobiernos, o los candidatos surgidos de éstos, muchos
de ellos porque no cumplen lo que prometen.
Sin embargo esto no para, es parte
del sistema y de la vida política del país, así está estructurado y no se ha
modificado en nada, por el contrario, cada vez más surgen nuevos grupos, aunque
sean las mismas gentes que hemos estado viendo en el panorama político
nacional, ocupando cargos y haciendo de las suyas, las más de las veces en
contra de los intereses de las mayorías y de la nación misma, las que, con
nuevas formas o partidos políticos quieren seguir pegados de la ubre generosa
que alimenta a los partidos y a los políticos, el presupuesto para los partidos
y para sus campañas.
Me pregunto: ¿Si no se diera tan
generosamente presupuesto, dinero público producto de las contribuciones que
hacen vía impuestos los mexicanos cumplidos, a los partidos políticos y a sus
candidatos, habría tanto partido y tanto sacrificado aspirante a ocupar cargos
públicos de elección popular?. Creo que no. Sin embargo, como nada se ha
modificado, siguen las mismas
instituciones que al por mayor se han creado para que la mal llamada
“democracia” se mantenga garante de los procesos que norman las campañas y
partidos políticos, procesos viciados de origen y que dan triunfos que
favorecen la permanencia de esa estructura corrompida creada por el sistema que
les dio origen y mantienen vivas.
Esto lo estamos viviendo ya, los
partidos políticos que mantienen sus registros, mediante todas las artimañas
que les permite el sistema y las instituciones creadas para esto, ya tienen
aseguradas las enormes sumas de dinero que se les dotará para el proceso en
puerta, sin que también en nada se toque los muy generosos salarios de los
altos funcionarios que forman parte de esas estructuras, a ellos no les afecta
la pandemia, ni las crisis, ni los recortes que en otros niveles públicos se
han aplicado para bajarle al derroche de recursos, o en el sector privado para
mantener la fuente de trabajo y a los empleados, el sistema está en la gloria
mientras que el resto de la población sufre el flagelo de la crisis.
Retomando el tema de las campañas y
los futuros candidatos, a través de las redes sociales ya hay indicios y se
exhiben algunos aspirantes, tímidamente, a sabiendas que el paquete no está
fácil, sobre todo por las limitaciones que impone la pandemia y la crisis
misma, y porque la mayoría de los partidos políticos, que antes ganaban todos
los procesos, tienen muy mermados sus padrones, sus dirigentes no dan señales
de vida y, los que gobiernan, no se ponen de acuerdo y dan muestras de las
crisis, que los intereses de grupo o de falta de liderazgo, privan entre ellos,
es decir; la caballada está flaca y los partido sin gente y sin organización,
los que gobiernan, divididos entre ellos.
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