Sandra Gómez
Estimado lector, una de las labores más reconocidas
desde que somos niños son los bomberos. En esta ocasión presento un esquema
poco convencional de quienes son las personas que con su trabajo hacen posible el
apagar el fuego.
De acuerdo con la definición de
bombero encontrada en www.definicion.de/bombero; Un bombero es un sujeto cuyo
oficio consiste en combatir el fuego y brindar asistencia durante el desarrollo
de diversos siniestros. La denominación procede del término “bomba” que hace
referencia a la bomba hidráulica que era conectada a algún rio para apagar
algún incendio. Los cuerpos de bomberos surgieron en el imperio Romano y estos
pueden ser voluntarios o asalariados y en algunos países son empresas privadas
quienes realizan ese papel.
Por su trabajo
y riesgo, los bomberos con frecuencia sufren problemas de salud, derivados de
lesiones que pueden incluso acabar con su vida. De aquí que su oficio es
valorado en la sociedad ya que trabajan por el bienestar común arriesgando su
propia integridad física y mental.
Pocas veces se habla de los
requisitos para ser bombero, que independientemente de su género tienen que
someterse a duros entrenamientos físicos y mentales, así que uno de los
primeros filtros para tener un trabajo como este son los requisitos médicos
como el no poseer obesidad manifiesta, no haber perdido ninguna extremidad, no
tener pies planos, poder escuchar adecuadamente, no ser miope, entre otras
enfermedades como condiciones de insuficiencia respiratoria, problemas
cardiacos, etc.
Los aspirantes
quienes superan la prueba física además deben superar un entrenamiento previo,
que generalmente incluyen pruebas de velocidad de 100 metros; pruebas de
resistencia con carreras de 1000 metros, natación de 100 m.; salto horizontal y
subir sin dificultad a través de una cuerda; por si fuera poco, deben superar
el test de Cooper y de Barrow (agilidad), press de banca; lanzamiento de balón,
abdominales, y ejercicios de resistencia.
El test de Cooper consiste en
aguantar 12 minutos corriendo con la intensión de medir la capacidad aeróbica y
se cruza con una tabla preestablecida, esta es en realidad una prueba indirecta
que podría ser sustituida por una espirometría y una prueba de esfuerzo. Aunque
el test de Cooper puede a su vez servir para calcular el progreso de nuestros
entrenamientos teniendo como meta el manejo de el volumen máximo de oxigeno que
puede procesar el organismo durante un ejercicio.
En otras
palabras, ser bombero exige un estado físico impecable y una gran dedicación al
ejercicio y cuidado constante de la salud integral. Asimismo, se les prepara en
el terreno teórico cuyos contenidos varían en cada región.
Las pruebas de levantamiento de peso
(press de banca), prueba de dominio acuático, prueba de agilidad (test de
barrow) pruebas de resistencia (test de couerse Navette), prueba de
fuerza-resistencia y coordinación (test de saltos laterales), y un largo
etcétera, hacen del oficio una profesión, a la que además se debe sumar la
VOCACIÓN de servicio.
Cada ciudad, cuenta con su propio
“Cuerpo de Bomberos”, ubicado estratégicamente, e idealmente deben ser más de
uno los centros de operación. Los
bosques, las Industrias, requieren de su propio Cuerpo de Bomberos.
Les invito a acercarse al cuerpo de
bomberos de su localidad, conocerlos como personas, apoyarles como ciudadanos,
y engrandecerles a través del reconocimiento de su delicada labor. Ellos para
ser profesionales, requieren interactuar con otros grupos quienes hacen labores
semejantes en otros países, así que sugiero crear alguna Organización no
gubernamental (ONG) para apoyarles en su preparación teórica y la adquisición
de equipos, ninguna ayuda es pequeña, TODA ayuda es deseable. Asimismo, les
convoco a que lleve a sus hijos y/o alumnos a conocerlos, convivan con ellos.
Sin duda, sembrar la semilla del agradecimiento y trasmitir lo VALIOSO de su
quehacer puede ayudarnos como sociedad a tomar conciencia del cuidado que TODOS
debemos tener con el manejo del fuego.
Hasta la
próxima historia; valoremos a quienes nos asisten en emergencias, aprendamos a
decir gracias y recompensarles económicamente para que puedan obtener bienestar
para ellos y sus familias. Dra. Sandra Gómez Patiño.
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