Ama, Sé Feliz. El Amor es un Verbo de Acción

           

 

Sandra Gómez   

 

Estimado lector, en la siguiente lectura encontraras algunas de las pautas que les menciono a mis pacientes cuando me preguntan: ¿Debo casarme?

Cuando no te alcanza el entendimiento para decir que sí. ¿Qué edad es adecuada para casarse?; recuerdan cuando les hablaba de vocación, pues el matrimonio es una vocación, una vocación de una forma de vida en pareja. Una vocación de servicio, una vocación que implica crecimiento personal que a su vez implica compromiso y responsabilidad que no tienen edad cronológica fija.

La edad para casarse depende de la madurez de ambos contrayentes.  Cada persona dependiendo de sus vivencias crece de diferente forma y tiene oportunidades para desarrollarse que algunos aprovechan y otros no.

¿Cómo me preparo para el matrimonio? El matrimonio es de dos personas, no estoy de acuerdo que cuando el matrimonio llega a divorcio se debe a un 50% de ambos, es decir que los dos tienen la culpa. Creo que con que uno no quiera estar ahí es suficiente para desbaratarlo. No se trata de medias naranjas sino de naranjas enteras, dos personas con vidas independientes y caminos en común, con deseos, sueños, metas a realizar. La preparación debe ser desde la vocación, y debe ser seguida de la independencia emocional y económica.

¿A quién debo preguntar si debo casarme o no? A ti misma, si eres hombre o mujer no importa, debes hacerte las preguntas siguientes: ¿Qué le voy a aportar a esta persona?, ¿Por cuánto tiempo quiero estar con él o ella?, ¿Cómo puedo apoyarle para que ella o el sean personas plenas, quienes alcancen todas sus metas?, ¿Qué siento cuando estamos juntos, y cuando estamos separados?, ¿Cómo es nuestra comunicación interpersonal e intrapersonal?

Muchas bromas giran en comentarios como: que en “el enamoramiento una hora es como un segundo y que pasado el tiempo no soportas estar un minuto porque te parece una hora bajo el agua”. La relatividad del tiempo, debida a la percepción que responde a las preguntas anteriores.

El derecho a la libertad, incluye tu elección de casarte, la edad depende de tu madurez que generalmente se alcanza a los 21 años en las mujeres y a los 25 en los hombres, pero estas edades están muy alejadas de ser una regla.

Si eres una persona feliz, porque te encuentras realizada y plena entonces podrás aportar eso a la relación matrimonial. Si careces de estabilidad emocional; en definitiva, no la encontraras en tu pareja, aquí aplica el refrán de: “nadie da lo que no tiene”. 

Por otra parte, y no menos importante es la estabilidad económica, difícilmente podrás “ser pareja” si tus ingresos son muy dispares a los de tu futuro consorte. Valorar lo que tienes ayuda a valorar lo que se te camparte, además que te permite decir: “yo lo recibo en señal del cuidado que tendré, de que todo sea aprovechado en nuestro hogar”.

La cultura también juega un rol importante, para ser empático requieres conocimiento de la forma de vida de tu pareja. Entender el entorno social y familiar ayuda a una relación de pareja sana. Por ejemplo, la práctica de valores religiosos en común como el del sacramento del matrimonio, o el deseo de tener o no hijos.

El amor es un verbo de acción, yo amo, tú amas, nosotros amamos. Es una responsabilidad individual ser felices, el matrimonio debe ser un “contrato” en el que previamente se deben llegar a acuerdos de beneficios y obligaciones para cada uno. Esas cláusulas son TODO un tema, que implica poner sobre la mesa las creencias y una a una desvelar los objetivos de su vida en común. La práctica de relaciones íntimas y/o sexuales debe ponerse dentro de las negociaciones; la intimidad tiene un gran peso en la consolidación de la relación de pareja.

De antemano te digo, si no crees en el matrimonio para toda la vida, ¡no te cases!, cerciórate de tener una comunicación eficaz y efectiva, negociar, llegar a acuerdos antes de decir que sí.

El enamoramiento es un estado alterado de conciencia, el amor en cambio es un proceso que se construye día a día. El respeto, la responsabilidad, el compromiso se deben trabajar a diario y vivir el proceso del AMOR.

Hasta la siguiente historia de vida. Dra. Sandra Gómez Patiño.