Sandra Gómez
Estimado lector, los estudios del cerebro han aportado
información valiosa de su funcionamiento y en consecuencia esos conocimientos
se aplican al proceso de aprendizaje. A
través de la siguiente lectura le presento una introducción al tema que le
permita contar con un hilo conductor entre ¿Cómo se aprende?, ¿Cómo mejorar la
salud del cerebro?, la felicidad y su efecto en la educación.
En publicaciones anteriores se ha tocado el tema de la
felicidad y que esta se puede lograr a través de la psicología positiva, se ha
hablado que es un constructo, y que no tiene precio “Ser Feliz”; asimismo, se
ha mencionado con antelación que los estados emocionales positivos ayudan a la
atención y mejoran la memoria.
El médico Hipócrates (460-369 a.C) “describe al
cerebro como la sede de la experiencia y de la inteligencia. Gracias al cerebro
de manera especial adquirimos sabiduría y conocimientos y vemos y oímos,
distinguimos entre lo repugnante y lo bello, lo malo y lo bueno, lo dulce y lo
insípido. Los hombres deben saber que el cerebro es el responsable de las
alegrías, los placeres, la risa, la diversión y de la pena, el desaliento,
entre otras experiencias”.
Por otra parte, las neurociencias es un campo de la
ciencia que estudia el sistema nervioso y todos sus aspectos; como podría ser
su estructura, función, desarrollo ontogénico y filogénico, bioquímica,
farmacología y patología, y de cómo sus diferentes elementos interactúan, dando
lugar a las bases bilógicas de la cognición y la conducta. Siendo la conducta o
el comportamiento en términos de la psicología, el conjunto de respuestas que
según la circunstancia afectan a la persona de manera consciente o inconsciente
en relación con su entorno.
Con las descripciones anteriores no tenemos duda de la
importancia del estudio del cerebro y la oportunidad que representan esas
investigaciones para mejorar nuestro entendimiento de ¿Cómo aprendemos?
El cerebro se desarrolla a lo largo de toda la vida,
pero como hemos acotado en publicaciones anteriores (NEE), existen “portales
enormes” de oportunidad en la infancia para el aprendizaje acelerado y en la
adolescencia existe otra “puerta” para aprender, sin olvidar que a lo largo de toda
la vida existen ventanas para hacerlo.
Ahora se sabe que un catalizador para el aprendizaje
es el “sentido del humor” con este pequeño impulso se mejora la atención y
puede llegarse a la concentración. Por eso captar la atención utilizando como
estrategia didáctica el narrar la historia del científico es efectiva.
Los pensamientos y las emociones ocupan un lugar en el
espacio físico del cerebro; para que aprendamos necesitamos que los impulsos
nerviosos sean eficientes y esto se logra a través de la generación consciente
de emociones que permiten “fijar” los conocimientos.
De acuerdo con el neurocientífico Dr. Facundo Manes,
los siguientes seis consejos te ayudan a cuidar la salud de tu cerebro:
1.Socializar; 2.Optimismo; 3.Ejercicio; 4.Seguir aprendiendo; 5.Comer sano;
6.Manejar el estrés.
Ahora expliquemos cada uno de los seis consejos y
aprendamos a cuidar nuestro cerebro; asimismo, veamos que estos consejos son
muy semejantes a los caminos encontrados por los científicos para alcanzar la
felicidad.
Socializar, los seres humanos nacemos en grupo y
necesitamos de las personas a nuestro alrededor para poder desarrollar nuestras
capacidades en su máxima expresión, a este proceso le llamamos socialización. Los
vínculos entre humanos es lo que nos hace “HUMANOS”. Aprendemos unos de otros y
con otros y a través de otros.
Optimismo, la psicología positiva tiene mucho que
ofrecer en este punto. Aprende a ser feliz.
Ejercicio Físico. Los seres humanos requerimos del
movimiento para fijar los conocimientos, hay niños por ejemplo con TDAH, que
deben estar en movimiento si realmente queremos que “aprendan la lección”. En cualquier persona se generan miles de
conexiones nerviosas después de someter al cuerpo al ejercicio cardiovascular,
y su efecto en la memoria tiene un gran impacto. En otras palabras, el
ejercicio físico nos trae bienestar.
No dejar de aprender, ser inquieto, perseverante,
aprender cosas nuevas; logran que en nuestro cerebro se genere un “conflicto”
que permita un reacomodo de información y se agregue otra; modificando la
propia estructura del cerebro.
La dieta saludable, agregar agua recordando que
nuestro cuerpo es mayormente agua y que el cerebro la necesita; ingerir
alimentos ricos en Omega 3, ingerir: pescado, fruta, vegetales, semillas,
granos de manera balanceada y en cantidades adecuadas (menos es mejor, el extra
se elimina por la orina).
Manejar el estrés. Dormir lo que necesitamos, un sueño
reparador es excelente para el cerebro; diferenciar los hechos de la realidad
es una estrategia para manejar el estrés. El estrés en una cantidad razonable
es saludable; si se tiene en exceso y por mucho tiempo es NOCIVO para el
cerebro. La realidad es lo que creamos en la mente, así que diferenciarla de
los hechos ayuda a mantener a raya lo que podemos o no cambiar.
Mejorando la salud del cerebro a través de la práctica
de los seis consejos anteriores, seguramente te permitirá aprender mejor y ser
feliz en el trayecto de tu transformación a un ser humano pleno y con éxito.
Sé feliz, no te cuesta; cuida tu cerebro que el
cuidara de ti; no dejes de moverte; comer sano, descansar y seguir aprendiendo
sin olvidar seguir socializando. Hasta la siguiente historia de vida, Dra.
Sandra Gómez Patiño.
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