René
Chávez Deniz*
En el valle de Tecalitlán la espesa vegetación, el agua de los ríos, la geografía toda, inspiran a un hombre para fundar ahí un pueblo.
Valido
de su inteligencia, de sus conocimientos y experiencia forma idea de establecer
en aquel feraz sitio una nueva población que redunde en servicio de Dios, dl
Rey y del Estado…
Miguel
Pérez Ponce de León, escribiría así la primera de las páginas en el libro de la
historia de Tecalitlán. ¿Buscaba minas y con ellas la fortuna? Es lo más
probable: no había español, o descendiente de ellos, que no aspirara a arrancar
del suelo de la nueva España la riqueza que le diera también blasones.
Sin embargo, en el caso de Ponce de León esos anhelos se frustraron, quizá por su mala administración, quizá por su propio si no. Ciertamente, no podía el mismo cambiar nada de su destino. Escrito estaba que no sería rico, escrito estaba, también que pasaría a la historia con la etiqueta de fundador … y es en ese tenor que habla con los poderosos, pelea con los ambiciosos, sufre atentados por parte de quienes, a su manera, defienden tierras que son ancestralmente suyas.
Tesonero, una y otra
otras presentan documentos, dibujos mapas, va y viene a y de las cortes de la
nueva España, en busca de la consolidación de su proyecto. capitanea a sus
lanceros, organiza a los vecinos, les brinda su protección militar y legal, les
proporciona el auxilio espiritual formando iglesias y propiciando la presencia
de sacerdotes, sacrifica su bienestar familiar prescindiendo de su esposa,
pierde su bonanza económica familiar producto del trabajo de sus minas, pero
nada le arredra: al final, satisfecho, todavía hará otro sacrificio: el de
dejar su querido Valle, el de alejarse a donde el señor lo dispusiere, quedando
a sus espaldas la población objeto de sus afanes, aquella que 18 años atrás
solo existiera en su mente y que a la postre deja cimentada y gozando de paz
sus moradores.
Con
los esfuerzos realizados también por José Pazarín y Quindos decisivos y
trascendentes, la nueva población se va cimentando y la suma de las voluntades
y de los conocimientos de ellos dos , más la de Manuel Gregorio de Orozco,
llevan, después de 18 años, a feliz consolidación el proyecto nacido en la
mente del comandante, quien no paró en recursos, legales o no, para lograr su
propósito, después de todo , muy al estilo de la época y dentro del marco
político –religioso tan sui generis de entonces.
Desde
luego, no es posible dejar de lado la participación del virrey Bucareli, quien
alentó los planes de la fundación, aunque siempre estuviera en la ciudad de
México.
Pazarín
y Manuel Gregorio de Orozco quedaron sepultados en el Valle donde eligieron
vivir - ¿Quién sabe si también morir? sin embargo el artífice, el contumaz
fundador, Miguel José Ponce de León Manuel y San Miguel, jamás volvió al valle
de Tecalitlán.
Fuente
informativa: Biografía de Miguel Pérez Ponce de León, Fundador de Tecalitlán,
Jalisco.
*Cronista
Municipal de Tecalitlán.
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