Sandra Gómez
Estimado lector, algunos adolescentes ya encontraron
su vocación y la ponen al servicio de los demás; es el caso de la señorita
sueca Greta Thunberg que desde el año 2018 empezó a alzar la voz contra el
gobierno de su país sobre el tema de el “cambio climático” al que los
reporteros han llamado “La huelga por el clima”.
“Algunas personas dicen que debería estar en la
escuela, pero ¿Por qué debería estar estudiando para el futuro, si
probablemente, este no existirá? Dicen que aman a sus hijos sobre todas las
cosas y aun así están robándoles su futuro frente a sus ojos. Hemos venido aquí
para hacerles saber que el cambio, ya viene les guste o no (Thunberg, 2019)”.
A un año de su travesía en barco de vela ecológico
desde Inglaterra hasta New York, Greta Thunberg expresa: “a veces puede ser
imposible lo que deseas, aun así, debes continuar, debes marcar la diferencia y
eso hará que pasen las cosas (14 al 28 de agosto 2019)”.
La determinación de esta jovencita es digna de
admiración y reconocimiento de algunos líderes políticos. La misión es poner a la
comunidad a hablar del tema e invitarles a implementar acciones sobre el
calentamiento global.
Se necesitan más jóvenes como ella, y más políticos
comprometidos con el cuidado de los recursos naturales. Quienes hemos vivido al
lado de un río, podemos ver lo que ha pasados a lo largo de las décadas; y es
triste como aquella agua que podíamos usar para nadar, hoy representa un serio
peligro. Nuestros nietos no podrán vivenciar esas experiencias. Con trabajos de
recuperación de los ecosistemas, es posible que las nuevas generaciones recuperen
por lo menos alguna parte de los ríos. Este es un vago ejemplo de las
implicaciones que tiene el mal uso de los recursos naturales.
En tiempos de la pandemia COVID-19, cuando se nos pide
que debemos estar dentro de nuestras casas, es imperativo volver y mirar a la
naturaleza. Es muy importante valorar el trabajo de todas las personas quienes
hacen posible nuestro abasto de alimentos. Es imperativo recuperar las acciones
de nuestro propio huerto familiar y la crianza de algunos animales de corral.
Asimismo, es fundamental enseñar a los niños que al desperdiciar los alimentos
y/o el agua, alguna persona dejo de recibir ese alimento.
Mi madre me dijo en alguna ocasión, “no acumules lingotes
de oro, sino les puedes dar una mordida”; esto en el mundo globalizado no es
tan real como en su época, pero si vemos el contexto de su niñez en los años de
1937, claro que era absolutamente valido en su pequeña comunidad. ¿Hoy cómo
podemos hacer valer nuestro “oro”? con el intercambio por recursos de las
cadenas alimenticias, el acceso a vegetales libres de conservadores, acceso a
aves de corral libres de hormonas, etc.
¿Y si no tenemos el dinero en efectivo? ¿Qué tal si teniendo el dinero
no se tiene acceso a los productos?
La señorita Thunberg tiene una preocupación genuina
por lo que va a pasar con el planeta si se siguen utilizando los recursos no
renovables de manera indiscriminada. Cada uno de nosotros debe ser un actor
vigilante del cuidado y buen uso de los recursos alimentarios de nuestro hogar.
El agua es un derecho universal, pero lleva la obligación de cuidarla y
utilizarla para lo esencial. Recuperemos los huertos familiares y la crianza de
animales de corral. Apoyemos activamente causas ambientalistas. Prepara a tus
hijos para el peor desabasto alimentario, y confía en que eso no pase mientras
tu estés vivo.
Hasta la siguiente historia de vida. Dra. Sandra Gómez
Patiño.
Le invito a buscar la historia de MEGAINCENDIOS, hasta la próxima historia de vida... cuida los recursos naturales a tu alrededor.
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