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domingo, 16 de agosto de 2020

Estela de corrupción

 


 

 



Juan José Ríos Ríos

 

 

Qué interesante están resultando las acciones que el Poder Judicial de la nación está llevando a cabo para que en nuestro país, por primera vez en su historia, se combata la corrupción imperante y de alguna forma se sancione a quienes la generan, cometen o son parte del dañino proceder en contra de la sociedad y en apropiación de los recursos y bienes públicos, lo que debe verse con serenidad, con imparcialidad y llevarse a cabo con un estricto apego a la ley por parte de quienes deben proceder y sancionar.


            El caso Lozoya que se ventila en los tribunales, está destapando la gran cloaca  que el sistema creó a lo largo de los períodos de gobierno que se han tenido en nuestro país y que, según la parte oficial, se recrudeció, se asentó y fortificó desde el período 1988 a 1994,  por quien asumió el cargo de Presidente de México. Parece que soplan nuevos vientos, vientos que levantan cortinas, que limpien de corrupción y para que impere la legalidad y con ello se genera el crecimiento y desarrollo que requerimos como nación.


            En este proceso, nuevo, inédito en la historia del país, surge un nuevo ejemplo, claro, de corrupción, cuando la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA) ratificó la responsabilidad resarcitoria que tienen dos responsables de la construcción del monumento Estela de Luz, uno de los miles de ejemplos de corrupción que sin duda hay a lo largo del territorio nacional, comprendiendo estados y municipios.




            Según se ha hecho público, las sanciones ratificadas por el tribunal son por la simulación de compra de acero para la construcción y señalan como responsables de irregularidades en la construcción a Andrés León Reguera, residente de obra, y a Juan Alberto Bravo Hernández, asesor técnico administrativo, quienes trabajaban para la paraestatal III Servicios, encargada de contratar a empresas privadas que realizaron la construcción.


            La Auditoría Superior de la Federación (ASF) determinó en marzo de 2019 que León Reguera debe responder por un daño de 216.3 millones de pesos, mientras que Bravo Hernández debe hacerlo por 230 millones de pesos, sanción que fue reiterada ayer por el TFJA.


            De acuerdo con el tribunal, Andrés León y Juan Bravo dictaminaron en abril de 2010 un cambio de acero inoxidable que implicó un aumento en el costo de la obra por 316.5 millones de pesos, pero el cambio no se realizó.




            Ambos impugnaron la sanción determinada el año pasado por la ASF argumentando que no causaron daño a la Hacienda Pública, lo que fue desechado.


            La construcción de la Estela de Luz fue ordenada por el expresidente Felipe Calderón Hinojosa y fue muy cuestionada. En la Cuenta Pública 2011, la ASF halló pagos improcedentes por 248.9 millones de pesos en la compra de acero estructural. También encontró erogaciones presumiblemente ilegales por 150.3 millones de pesos, “como resultado de la incorrecta integración de precios y de diferencias en conceptos de obra”.


            La obra costó más de mil millones de pesos. En su momento fue llamada también “Monumento a las Víctimas de la Guerra de Calderón”.


            Hasta aquí lo que se ha publicado al respecto.


            Cabe destacar que sobre el proceso que en esta área se viene dando, han sobrado quienes consideren que se trata de acciones revanchistas, de proselitismo con miras a los procesos electorales por venir, o bien para implantar en el país un gobierno radical, tipo dictadura, que si bien está garantizado el derecho a disentir o a la manifestación libre de ideas, denotan cierto sesgo, a crear confusión, inconformidad en la sociedad para que no se logren los propósitos de hacer justicia y acabar con la corrupción imperante, voces o corrientes que también expresarían otras opiniones sino se hiciese nada, que se dejara hacer y pasar todo, como sucedía antes pero que, para fortuna, ahora están siendo públicas, muy difundidas, sobre todo por medio de las redes sociales, muchas de las corruptelas cometidas por ex funcionarios públicos, de todos los niveles, algo que era necesario hacer saber y, sobre todo, que se corrigiera, se sancionara, algo bueno saldrá de todo esto. ¿No cree usted?


        

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