Sandra Gómez
Estimado Lector, en artículos anteriores, presentaba a
escuela para padres #2 como una serie de conferencias para formar a los padres
de familia, otorgadas generalmente desde la propia escuela de nuestros hijos. Hoy lo que les presento es una idea para que
todos contribuyamos a la mejora de las condiciones de seguridad e higiene de
nuestras familias y en consecuencia de nuestra comunidad.
Preparándome
para dar inicio a mis publicaciones, encontré en You-tube una entrevista que
llamo mi atención del experto en aerosoles atmosférico, de la Universidad de
Colorado en Boulder (E.U), químico físico: José Luis Jiménez, subida por imagen
Radio el 22 de julio 2020. Esta
información la puedes revisar con esos datos. Ahora permítame explicarle la
relación que encuentro con escuela para padres 2.1
Cuando los maestros y/o directivos
preparamos conferencias es porque “diagnosticamos” la necesidad de dar alguna
información, más allá de la trasmisión de conocimientos del tema, también nos
preparamos para brindar apoyo emocional a las familias de víctimas, nos basados
en evidencias científicas para con ello “abrir los ojos” de nuestra comunidad
educativa.
Recuerdan que en numerosas ocasiones
les he compartido el proverbio africano: “para educar a un niño hace falta una
tribu”; esta no es la excepción. Los maestros debemos tener la información
veraz y oportuna para “permearla a la comunidad” y esta es una maravillosa
oportunidad.
El video señalado presenta un
parangón entre el humo del cigarro y el virus del COVID-19, la comparación es para
explicar la forma en que los aerosoles viajan y se propagan en el aire; desde
luego todavía no hay un estudio con rigor científico para llamarlo ciencia, sin
embargo los hechos a los que se les ha dado seguimiento dejan claro que la
mayor concentración de “humo de tabaco” se da en espacios cerrados, con poca
ventilación, y con un mayor número de personas “fumando”; a diferencia de un
fumador que se encuentra alejado de nosotros y en un lugar abierto. Si el virus que se “va” con el viento, es
como el olor del humo del cigarro, podemos señalar con claridad que, en un
espacio abierto, la impregnación del olor a cigarro será prácticamente
imperceptible, mientras que si vamos a un “bar-discoteca” llegaremos a casa aun
sin fumar oliendo a cigarro.
Ese puede y debe ser un punto de
partida para sensibilizar a los padres de familia y a los alumnos de que aun
sin poder verlo u olerlo, el virus está presente en el aire y es necesario
proteger las vías respiratorias expuestas: la nariz y la boca. Es
particularmente importante usar las mascarillas de manera correcta, cubriendo
perfectamente el rostro de tal manera que no sirven aquellos cubre bocas que no
se ajustan adecuadamente, como complemento se usan las “pantallas/ caretas” o
cubre rostro, que de igual forma deben usarse de acuerdo a las indicaciones del
producto.
Protégete,
quédate en casa si te es posible, si eres maestro difunde esta
publicación. Recuerda compañero maestro
y padre de familia, que primero debes protegerte tú para poder ayudar a los
demás, si tú te enfermas quedaran desprotegidos tus hijos y/o alumnos.
Hasta la
próxima historia de vida, su maestra Dra. Sandra Gómez Patiño.
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